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El Steed De Emma Peel (1965-1967)
El
cambio entre el Steed de la temporada Gale y la nueva temporada
Peel es prácticamente rotundo. También las circunstancias eran completamente
diferentes. No sólo el show dejaría de ser grabado en videotape para pasar
ahora a ser filmado, sino que también un terceto de innovadores guionistas
y productores (Julian Wintle, Albert Fennelll y Brian Clemens) tomaría
las riendas del mismo de ahí en más, y hasta la música de neto corte de
jazz de Johnny Dankworth esta vez se abriría paso hacia la más portentosa,
enérgica y orquestal de Laurie Johnson.
Aunque éstos son elementos que escasamente
harían mella en el personaje de Steed, sí han sido factores clave para
establecer un mojón en la historia de Los Vengadores, señalando que la
casa había sido completamente remozada y ahora todo aparecía con colores
nuevos (por más que en la cuarta temporada la serie aún fuera filmada
en blanco y negro).
Y claro, uno de los pilares esenciales
en la virtual transmutación del Steed de la era del film, fue la llegada
de una actriz que ya no era Honor Blackman ni interpretaría su personaje,
sino que ahora se llamaba Diana Rigg y le daría vida a su Mrs Emma Peel.
Si la afinidad que demostraron Steed y
Cathy Gale fue digna de mención, especialmente en la tercera temporada,
la que habría de surgir del binomio Steed-Emma Peel alcanzaría proporciones
ciclópeas. Quizás debido al encuentro y a la confluencia absoluta de sus
dos caracteres que mucho tenían en común (menos la edad) Patrick y Diana
elevaron al cenit a sus respectivos personajes, haciéndolos funcionar
como un ente compacto, plenamente integrado y hasta visiblemente compensador
de sus diferencias.
Ya desde el primer episodio que filmaron
juntos, The Murder Market (El Mercado De
Los Asesinatos), Patrick insistió en que Emma Peel sería la socia
de Steed, no su asistente. Y así fue: el binomio siempre se perfiló como
un equipo de socios, resaltando un Steed que ahora había dejado su chauvinismo
bastante rezagado (por no decir olvidado), se había vuelto incluso
protectivo de Emma, a pesar de la manifiesta independencia, emancipación
y determinación de ella y hasta admitía sin ningún tipo de recelo, la
inteligencia superior que ella demostró en más de una ocasión.
Esto último se pone principalmente en evidencia
en The Master Minds (La Inteligencia Superior),
episodio en el que Steed y Emma se infiltran en una organización llamada
“The Ransack Club”, una diabólica versión de Mensa, a la que Emma ingresa
sin dificultades, pero Steed tiene serios problemas para lograr una aceptable
calificación que demuestre su elevado cociente intelectual. Sin embargo,
con una gran “ayudita” de ella, que le resuelve clandestinamente el examen
de admisión, Steed también queda adentro. No sin antes, claro, “sudarla”
de lo lindo en el aula de examen, donde fingiendo que piensa concienzudamente
con el lápiz en la boca, con absoluta parsimonia despliega el “machete”
de Emma que tiene escondido en la manga y copia las respuestas, al inimitable
estilo de un escolar travieso. La escena es memorable, sobre todo porque
Steed en ningún momento parece avergonzado por demostrar inferiores aptitudes
intelectuales que su partenaire femenina, lo cual agregaba su granito
de arena para derribar toda una barrera imperante desde que el mundo es
mundo.
Cuando decimos que Steed se había
vuelto protectivo hacia Mrs Peel, en efecto conforma una realidad que
es palpable en muchos episodios como The
Gravediggers (Los Sepultureros) The Hour That
Never Was (La Hora Que Nunca Existió) y en especial aquellos
que eran protagonizados unilateralmente por ella. Tanto en The
House That Jack Built (La Casa Que Jack Construyó), como en
The Joker (El Bromista"), Epic
(Épico) y Murdersville (El
Pueblo De La Muerte), los contados minutos en los que Steed aparece en
pantalla siempre están reservados a su preocupación por
una Mrs Peel que acaba de dirigirse a un lugar luego revelado como siniestro,
donde su vida puede correr peligro. Invariablemente, el que sale corriendo
es él (incluso herido, como en The Joker) para rescatar a la damisela
en desgracia.
Claro que este arrojo por rescatar al par
también se reflejó del otro lado del espejo, cuando Emma manifiesta preocupación
por las recurrentes pesadillas de Steed en Too
Many Christmas Trees (Demasiados Árboles De Navidad), o atiende
sus heridas en Silent Dust (Polvo Silencioso),
o cuando acude en su socorro al final de The
Hidden Tiger (El Tigre Silencioso), The
Living Dead (Los Muertos Vivos), A Funny
Thing Happened On The Way To The Station (Algo Gracioso Ocurrió Camino
A La Estación) y The Superlative Seven
(Los Siete Magníficos). Este último, precisamente, abrió airadas polémicas,
según cuenta Patrick en su libro “The Avengers and Me”, ya que visto bajo
los ojos de los directivos de la ABC, el personaje de Steed parecía perder
su masculinidad al ser rescatado no por una, sino por dos mujeres,
Mrs Peel y Mrs Wilde (interpretada por la actriz invitada Charlotte Rampling).
Al parecer, ésta habría sido una de las razones por las que, al comienzo
de la era Tara King, el prolífico guionista
Brian Clemens sería despedido del staff, aunque afortunadamente, no por
mucho tiempo.
Y
aunque eran la pareja ideal que demostraba cómo ser entrañables
amigos sin terminar juntos en la cama... bueno, por ahí surgían
ciertas escenas que también ponían la teoría en el
peligroso terreno de la duda. En el comienzo de Honey
For The Prince (Miel Para El Príncipe) vemos a Steed y Emma
volviendo aparentemente de una fiesta y entreteniéndose en el camino
a la casa de él mientras juegan picarescamente con sus globos,
como si fueran dos adolescentes disfrutando de su romance juvenil. Y en
muchos otros episodios, las miradas o las actitudes manifiestamente celosas
de ambos surgen de modo perfectamente patente. Quizás el episodio
que más lo demuestra es Return Of The
Cybernauts (El Regreso De Los Cibernautas), en el que un magistral
Peter Cushing intenta conquistarse a Emma para sus (posteriormente revelados)
pérfidos fines, actitud que Steed de ningún modo parece
disfrutar.
Como nunca, quizás, la perfecta afinidad
de la pareja protagónica brindó tantos detalles para llevarnos a concluir
que el Steed de Emma Peel también hizo uso del mejor humor picante, irónico
y mordaz, un rasgo que compartían por igual Patrick y Diana y que no hizo
más que acentuar la mágica química que emergía de ambos y de la
que tanto se habló. Fueron sin lugar a dudas, la versión televisiva británica
de la pareja cinematográfica que el Hollywood de Oro inmortalizó con Katharine
Hepburn y Spencer Tracy. Tal era el “rapport” que encendía cada una de
sus actuaciones. “¡No pelee Mrs Peel... somos inseparables!”, le
dice Steed en el tag de The Positive-Negative
Man (El Hombre Eléctrico), donde aún “activado” por la carga eléctrica
que portaba el singular asesino que da título al episodio, se queda graciosamente
“pegado” a la carrocería de su Bentley, mientras una risueña Emma trata
de auxiliarlo luego de preguntarle si él funciona con corriente alterna
o continua y se queda igualmente “pegada” a él. O si no el diálogo: “Usted
conoce mi longitud de onda...”, pregunta Emma en Death’s
Door (A Las Puertas De La Muerte), cuando sintonizan sus respectivos
transmisores para comunicarse entre sí durante la vigilancia de un dignatario
del Ministerio. “Claro que la conozco”, contesta un libidinoso
Steed. O el cuasi-diálogo en Mission... Highly
Improbable (Una Misión... Altamente Improbable), cuando Emma comprueba
azorada que Steed ha quedado reducido al tamaño de su propia mano. “Hmmm...
Dígame Steed... ¿está todo en escala?”, a lo que él responde con un
lascivo “¡Ja, ja!”. Y habría tantos ejemplos más para citar...
Tal como adelantáramos, el Steed de la
era Peel careció no sólo de mascotas, sino también de sus superiores.
“Simplemente estábamos ahí, en la escena dice Patrick.
No tenía que explicarse cómo habíamos llegado ahí, simplemente estábamos.
No éramos vivos, no éramos inteligentes, éramos reales, dos personas que
tenían un gran sentido común...(...)... No importaba de dónde veníamos.
Llegábamos. Investigábamos. Nos íbamos. Las cosas no tenían por qué ser
justificadas o hacerse obvias”.
Sin embargo en muchos episodios se hacía
mención de que tanto Steed como Emma pertenecían a un supuesto “Ministerio”
de origen evidentemente oficial, pero en ningún caso, como en las primeras
épocas, eran visitados por One-Ten (Uno-Diez) o sus colegas para recibir
alguna instrucción sobre lo que debían hacer. En reiteradas oportunidades
los hemos visto velar por la seguridad de diplomáticos o entidades gubernamentales,
tratando de dar caza al villano que ellos sabían, haría peligrar esa seguridad
(Honey For The Prince, A
Touch Of Brimstone, Death’s Door, Who’s
Who???, Mission... Highly Improbable)
Y tantos episodios más. Pero... ¿cuáles eran principalmente esos villanos?
Bueno, en una época en que la Guerra Fría se encontraba en su punto más
caliente, no nos resultaría novedoso entender que las alusiones iban directamente
hacia los rusos, aunque, empeñados ante todo en no mostrar una realidad
conflictiva, tanto Clemens como el resto de los guionistas le otorgaron
al tema una alta cuota de sarcasmo y humor. Los episodios más envueltos
en esta contienda bien tomada en solfa, fueron The
Correct Way To Kill (Matar Con Corrección), The
See-Through Man (El Hombre Invisible) y Mission...
Highly Improbable (Una Misión... Altamente Improbable), pero de hecho,
no son los únicos de un conjunto que por primera vez incorporaría esta
temática virtualmente inexplorada en la temporada de Mrs Gale y que luego
continuaría, aunque en menor medida, en la época de Tara King.
Una de las múltiples ventajas que ofreció
la producción de la serie en film, fue la posibilidad de introducir escenas
increíblemente realistas (a gran diferencia de la época Gale, ya que en
videotape éstas eran irrealizables) en especial, las de combate. Esto
trajo aparejada obviamente, la inclusión de dobles tanto para Diana como
para Patrick, ya que la producción no podía darse el lujo de que alguno
de los dos sufriera un accidente de trabajo por filmar alguna escena de
riesgo. Es por eso que muchas veces nuestro heroico Steed de la era Peel
en realidad no es tanto cuando, deteniendo las imágenes de ciertos episodios
en nuestra videocassettera, apreciamos claramente que el Steed que pelea,
por ejemplo, con el enfurecido doppelganger de Christopher Lee en Never,
Never Say Die (Nunca Digas Morir) o el Steed que trata desesperadamente
de salir del pozo donde una topadora ha comenzado a arrojarle tierra encima
en The Fear Merchants (Los Mercaderes Del
Terror), o el Steed que en reiteradas ocasiones maneja el Bentley... en
realidad no es Patrick Macnee. Pero... ¡relax! De hecho sí es Patrick
el que monta ese elegante caballo blanco en Silent
Dust (Polvo Silencioso).
En definitiva, no hemos agotado aquí todo lo que hay para decir sobre
el Steed de Emma Peel. Ese Steed que dejaría el cigarrillo de lado, que
adoptaría el traje de tres piezas como su uniforme de rutina (principalmente
en la temporada en color) y que como nunca se vería envuelto en la etapa
más insólita, más fantasiosa, más mágica, más surrealista, más sugerente
y más creativa que haya tenido el show en todas sus épocas, particularmente
si hacemos hincapié en los 26 episodios filmados en blanco y negro. Fue
la época de los genios diabólicos (los “masterminds”), la época donde
Steed podía emerger de una lámpara de Aladino, o ser miniaturizado del
tamaño de un escarbadientes, o usar faldas escocesas (tal como Patrick
había sido obligado en su infancia), o sumergirse en una máquina del tiempo
que lo haría retroceder al año 1790. Fue la verdadera época del reino
de “Avengerland”, es decir, del “país de Los Vengadores”, una tierra única,
propia, original y exclusiva, donde lo más insólito era posible. Fue una
época en la que la imaginación no concibió fronteras. Y obviamente Steed
no se mantuvo al margen.
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