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escribe Terylene
Es fácil imaginar el impacto que "The House That Jack
Built" debe haber causado en la audiencia en el momento de su estreno.
No sólo porque era la primera vez que Mrs Peel se hacía
cargo prácticamente de la totalidad de la historia (luego vendrían
otros episodios por el estilo), sino porque se trata de un relato dominado
por el misterio, aterrador por momentos, excitante en otros y definitivamente
despojado del tradicional humor Avengeriano. Todo lo cual lo transforma
en un episodio raro, con una cuota de intriga, incertidumbre y ansiedad
que crece aún más vertiginosamente que en "The Hour
That Never Was," porque en este caso uno intuye que se esconde un
factor diabólico que no estaba presente en aquel episodio.
Emblema indiscutible de cómo la venganza era retratada
en Los Vengadores (valga la redundancia) "The House That Jack Built"
presenta al único villano inexistente de toda su historia. El Prof.
Keller es sólo una voz grabada que brota de parlantes ocultos,
máscaras luminosas o, en imagen y sonido, de la pantalla de un
televisor. Pero a diferencia de "Mr Teddy Bear," en donde el
mastermind se hacía oír a través de un osito
de juguete pero tenía existencia real, el Prof. Keller no es más
que un cuerpo embalsamado de quien en vida, había construido esa
casa para torturar psicológicamente a Mrs Peel, satisfaciendo sus
deseos de revancha. En este punto el surrealismo es tan evidente como
el que se percibe en los infinitos pasillos y puertas que confluyen en
ese extraño domo con espejos que giran en su interior. Posiblemente
un sueño, no sería capaz de describir mejor esa atmósfera
densa y confusa, que juega con la cordura de Mrs Peel como un gato con
un ratón.
Algunos consideran este episodio como una "vaga fantasía
Hitchcockiana." Otros han establecido interesantes paralelos con
"The Joker," una historia que vendría poco tiempo después,
en la era Peel color. Ambos argumentos son válidos, de hecho, pero
también hay más. Por primera y hasta donde recordamos, única
vez en Los Vengadores, se utiliza el recurso de la voz en off para
"hacer hablar" a un protagonista, en este caso, Mrs Peel. Esa
técnica se repetiría con más asiduidad en Los Nuevos
Vengadores, aunque preferentemente para citar escenas en flashback
más que para revelar los pensamientos de quien vemos en pantalla.
También por primera vez, algunos detalles aunque no muchos
de la vida pasada de Emma salen a la luz, tal como ocurriría una
década más tarde con Steed en "Dead Men Are Dangerous,"
de Los Nuevos Vengadores. Si bien esto es novedoso, aunque no sorprendente,
puesto que los personajes centrales de la serie siempre estuvieron rodeados
de un impenetrable misterio en lo referente a su propia vida, sí
es original el enfoque de la historia hacia la expresión de sus
emociones. "The House That Jack Built" deja virtualmente de
lado esa imperturbabilidad a la que Emma y Steed nos tenían acostumbrados,
para mostrarnos que al fin y al cabo, también son seres humanos
que pueden sufrir el tormento de la perplejidad y la frustración
(idéntico caso es el de Steed en "Stay Tuned" o "Dead
Men Are Dangerous"). Y puestos en situaciones extremas como estas,
deben de algún modo retomar esa impavidez y mente fría para
salir airosos de esa mala jugada que les propone el destino.
Los resultados son convincentes para todos aquellos a los que no nos
complace enteramente la idea de héroes perfectos, sino de individuos
pensantes capaces de derribar los peores obstáculos con raciocinio
y espíritu de lucha. La ingeniosa historia de Brian Clemens y la
soberbia dirección de Don Leaver, nos acercan con "The House
That Jack Built" uno de los mejores ejemplos.
escribe Pablo Alonso
Para Brian Clemens, escribir un episodio "solista" de
Emma (en los que a diferencia de las incursiones individuales de Steed,
está realmente sola, sin partenaire circunstancial) implica
encerrarla en un lugar muy grande y exponerla a una serie de peligros
(en este caso, tortura psicológica destinada a que la mente le
haga crack) sin que ella tenga la menor idea de por qué alguien
le está haciendo eso. Y siempre le salieron muy buenos installments,
terminando con un avengers masterpice con The
Joker (remake y todo de Don't Look Behind You).
Volviendo al capítulo que esta página nos ocupa, el debut
de Emma en solitario nace del rencor del Profesor Keller hacia ella, cuando
todavía usaba su apellido de soltera, y lo despidió de la
empresa que había heredado de su padre por querer reemplazar a
hombres por máquinas. ¿Se imaginan un empresario haciendo
eso hoy en día? ¡Keller hubiera sido ascendido, sin dudas!.
Este, otro tecnócrata en la veta del Dr. Armstrong de The
Cybernauts, evidentemente no debe haber vuelto a encontrar un buen
trabajo para haberse dedicado a perpetrar semejante casa-máquina
para volver loca a Emma.
En un episodio claustrofóbico y de tensión psicológica,
donde la protagonista pasa gran parte del tiempo sola, es lógico
que Diana Rigg brille, teniendo chance de utilizar recursos que por lo
general su personaje no requería. Podemos ver a Emma pasar de la
total tranquilidad y seguridad, a la furia cuando grita "¡Keller!",
al borde de quebrarse, pasando por estados de confusión, miedo
y frustración. Y qué decir del reencuentro entre Steed y
Emma al final del episodio; sus miradas echan más luz sobre su
relación que miles de sus diálogos. Todos los demás
personajes agregan un poco a la torta. Frederick "Pongo" Withers,
enviado por Steed para verificar que todo anduviera bien, es otro excéntrico
que sufre una muerte violenta. Burton es una muestra del estado patético
en el que la casa puede dejar a la gente, pasando de un convicto fugado
(un "bad, bad, man", diría él) al triste hombre
con el cerebro frito. Finalmente, Keller se encarga con su aparición
de propulsar la historia y evitar que se vuelva tediosa como ya se había
vuelto para Emma volver siempre a la misma psicodélica habitación.
En ese sentido hay que reconocer que Brian Clemens y Don Leaver realizaron
ambos un maravilloso trabajo, evitando que la historia se quedara estancada,
con un ágil pacing. Leaver nos transmite muy bien todas
las sensaciones que experimenta Emma ante tan extraña situación.
Cuenta con la ayuda inestimable de Laurie Johnson, quien no necesita trabajar
mucho en la composición sino tocar las teclas adecuadas para potenciar
la extraña atmósfera. Teclas que deben ser de un Mellotron
o uno de los primeros Moogs, ambos en el mercado desde 1963. Si alguien
sabe exactamente que teclados usaba Johnson (además del clavicordio
y del órgano Hammond), favor de comunicarse con nuestro site.
Otra distinción de esta historia es que contribuye como ninguna
otra al background de Emma. En rigor, es el único episodio
que nos dice algo, ya que en ninguno (a excepción, claro de The
Forget-Me-Knot) se menciona que ella es viuda ni que su marido era
piloto de pruebas; toda esa información se hizo conocer a través
de la prensa, pero si nos limitamos a la serie, Emma bien podría
estar separada. Este capítulo es además el único
en el que accedemos al monólogo interno de un personaje, recurso
necesario para "explicar" el mecanismo de la casa. Como vemos,
éste es un episodio extraño dentro de la serie pero muy
sólido, en donde todo funciona a la perfección.
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