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escribe Mackidockie
Perfecta combinación de
Ten Little Niggers (Los Diez Indiecitos), de Agatha Christie,
con Dressed To Kill, episodio de la tercera temporada con Cathy
Gale. Y la fiesta continúa hasta que no quede nadie en pie. Kanwitch
desea contratar a un grupo de "asesinos top", pero para asegurarse
de que Jessel, el contratista, no lo está engañando, desea
someterlos a una última prueba ... y en otro apartado rincón
de Ciudad Gótica... perdón, de Londres, Steed recibe una
invitación para asistir a una fiesta de disfraces en un avión.
Ya embarcados y más ó menos por la décima copa,
los siete invitados llegan a la conclusión de que fueron reunidos
bajo un falso propósito, al haber sido invitado cada uno por
un anfitrión distinto. Las habilidades excepcionales que poseen
los instalaron en ese avión, el cual descubren que no tiene piloto
(ahora lo único que falta es que salga una chica de la torta
...). Una vez en tierra firme entran a una casa abandonada, con una
mesa preparada con armas en lugar de platos y seis ataúdes ubicados
en la parte de atrás. De ultratumba se escucha la voz de Jessel,
explicando que uno de ellos es un asesino entrenado y para obtener un
diez en su prueba debe matar a los otros seis. Decididos a no dejarse
derrotar salen todos menos Steed a investigar la isla (alguien tenía
que quedarse a hacer guardia, ¿no?). El primero en averiguar
que Jessel no estaba bromeando es el hombre forzudo, quien aparece en
uno de los ataúdes con su cuello roto.
El siguiente es el torero, asesinado
con una lanza, luego el espadachín, encontrado con una espada
en su pecho. Como Steed es siempre el primero en encontrar los cuerpos,
Dayton, el héroe de guerra, y Hana, la chica lista con la pistola,
dudan de él. De vuelta en la casa hallan al cazador, Wade, en
otro ataúd, lo cual aumenta las sospechas sobre Steed. Dayton
y Hana lo atan y se dirigen al avión, pero una vez allí
Dayton también es asesinado. Sólo quedan Steed y Hana
.... ¡no, momento!, también está Emma, recién
llegada a pedido de Steed, quien sospechó desde un principio
que algo raro estaba pasando. A todo esto, este astuto hombre no sale
de su asombro cuando luego de recuperarse de un garrotazo que Hana le
propina, debe enfrentarse a Wade, supuestamente muerto. De más
está decir quien gana la contienda ... a medias, porque Wade
vuelve a knockear a Steed y a Hana, y a punto de fusilar a Steed, Emma
lo despacha con un golpe de karate. Como nadie vuelve de ultratumba,
la obvia explicación a todo esto es que Wade posee un gemelo.
Al ser descubierto, Jessel elimina a Kanwitch y se dispone a hacer lo
mismo con Steed y Emma, pero halla en Hana a una rival imparable en
el manejo del pistolón. ¡Eso para todos los que dicen que
las mujeres no son imprescindibles!... ¡Ja!.
Un argumento bastante predecible, pero
eso no impide disfrutarlo. Como una digna historia de la tía
Agatha, los personajes se conocen y crean lazos de amistad, hasta que
se enteran que uno de ellos intentará matar al resto. Ahí
comienzan las sospechas e intrigas que aquí fueron muy bien manejadas.
Brillante el aplomo de Steed, la maldad de Jessel y la autosuficiencia
de Hana. Quizás su falla sea unos asesinatos poco elaborados
y sin misterio, lo cual es una lástima porque en un principio
el suspenso parecía estar garantizado, ¡pero me saco el
sombrero ante el truco del gemelo!.
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