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Temporada Emma Peel, Monocroma
Too Many Christmas Trees

Demasiados Árboles De Navidad

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Too Many Christmas Trees
Steed Hangs Up His Stocking
Emma Ask For More

DEMASIADOS ÁRBOLES DE NAVIDAD
Steed Cuelga Su Soquete Navideño
Emma Pide Más

Too Many Christmas Trees

Ficha Técnica Títulos

Producción: Febrero 1965
Re-emisión en Argentina: 21/12/99
Escrito por: Tony Williamson
Dirigido por: Roy Baker

Reparto
Brandon Storey / Mervyn Johns
Dr. Teasel / Edwin Richfield
Janice Crane / Jeanette Sterke
Martin Trasker / Alex Scott
Jenkins / Robert James
Jeremy Wade / Barry Warren

Titulos De Apertura

Títulos De Cierre
Conexión Avengers In & Out
Temas vinculados a este episodio Teasers & Tags. Secuencias de Introducción y Cierre.

Sumario
Steed es acosado por pesadillas con un extraño Papá Noel y con un colega muerto en medio de un onírico ambiente navideño. Pero esas pesadillas tienen conexión con la realidad y cuando Mrs Peel lo invita a la fiesta de Nochebuena en la casa de Brandon Storey, un fanático de Dickens, se encuentra con el mismo escenario de sus sueños. Un grupo de telépatas asistido por una psíquica, está intentando penetrar en su mente para arrebatarle sus secretos, mientras una Emma preocupada por Steed, pone fuera de combate a un misterioso Dr Teasel, quizás el principal sospechoso de la historia.

Comentarios
Terylene | Mackidockie | Pablo Alonso
 

escribe Terylene

Quien haya logrado descifrar la complicada trama de este episodio con una sola mirada, que arroje la primera piedra. Enigmático como pocos; sutil como la mayor parte de las historias de la temporada Peel en blanco y negro; inquietante y macabro como para ser un cuento de navidad y poseedor del más exquisito rapport entre su pareja protagónica, "Too Many Christmas Trees" es, a los ojos de muchos entendidos, el mejor episodio de Los Vengadores.

Nos hacemos eco de semejante distinción, sin más argumentos de los pocos que podemos esgrimir. Cuando el espectador cae en la cuenta de que sus razonamientos discurrieron por el camino equivocado durante casi tres cuartos de hora y que el relato lo mantuvo expectante sin imaginar qué características tendría el desenlace, no puede menos que sacarse el sombrero para admitir que está en presencia de una verdadera obra maestra. ¿No ha sido ese, acaso, el eje motor de Los Vengadores? ¿Situarse a gran distancia de los lugares comunes del espectáculo, dejando de lado lo trivial y previsible, y manejando el elemento sorpresa con fluidez Hitchcockiana?

Cada vez que el abordaje de temas tales como la telepatía, la percepción extra-sensorial y los experimentos psíquicos es puesto en el tapete en series televisivas, el público queda de algún modo enganchado. ¿Casualidad o consecuencia? Los resultados pueden ser dispares, la forma de encarar el tópico puede o no ser creíble, pero siempre estas temáticas han encontrado una cómoda ubicación, particularmente, no sólo en Los Vengadores, sino también en Los Nuevos Vengadores. Quizás haya sido por obra y gracia de una excelente producción detrás de cada uno de esos relatos. Quizás no. Sea como fuere, cuesta aceptar que "Too Many Christmas Trees" no lleve la rúbrica de Brian Clemens o Phillip Levene, ni la dirección de un James Hill o un Sidney Hayers, quienes infaliblemente han estado al frente de los mejores episodios Avengers. No obstante, al mismo tiempo resulta gratificante comprobar que esta vez, otros nombres han estampado una marca de fuego en el compendio que registra lo más brillante de la serie. Porque hay que admitir que Tony Williamson y Roy Baker se sacaron chispas en guión y dirección respectivamente.

Es precisamente esa soberbia conjunción entre ambos la que enciende tantas escenas que sería arduo enumerar. Ejemplos hay de sobra, pero el clímax logrado en el momento en que la intricada historia comienza a develarse y en esa lucha final, que sólo vemos a través de las cóncavas y convexas imágenes de esos singulares espejos--a modo de realidad exquisitamente distorsionada--representan una síntesis de lo mucho que podríamos decir.

Pero claro, gran parte del mérito de "Too Many Christmas Trees" también se apoya en las interpretaciones, que incluso van más allá de ciertos encasillamientos. Que Robert James siga oficiando de mayordomo y villano, no es novedad en Los Vengadores. Pero que Edwin Richfield nos entregue un Dr Teasel del lado de la ley, nos deja sin palabras. Que Mervyn Johns personifique un Papá Noel desfigurado ("particularmente desagradable," remarca Steed) que sucumbe de un tiro delante de uno de los espejos deformantes, deja sin mácula la propia imagen angelical de tan mítico personaje--después de todo, él no es el Papá Noel de nuestros años inocentes. Que Steed saque a relucir sus cualidades de "artista" simulando ser la "víctima" durante buena parte del episodio, es tan apasionante como descubrir que Mrs Peel fue, inconscientemente, la primera damnificada del experimento psíquico. Y que ambos nos desentrañen la clave del episodio en medio de villancicos navideños (hay quien dice que Patrick Macnee entona mejor aquí que en "Kinky Boots"--¡cierto!) suena tan metafísico como surrealista.

Es que... no hay calificativos para "Too Many Christmas Trees" que no recaigan en estos términos. Imposible es también estereotipar un episodio en donde incluso por primera vez se hace mención a alguna ex-socia de Steed (en este caso, Mrs Gale) mezclando realidad, ironía y fantasía en un suculento cóctel, listo para ser paladeado desde la pantalla. Aunque decir esto, es poco. "Too Many Christmas Trees" es la más pura esencia de Los Vengadores. Y allí está, 37 años después, desafiando incólume el paso del tiempo. Un honor reservado exclusivamente para los grandes.



escribe Mackidockie

Episodio para convencerse de una vez por todas que Papá Noel no existe y para hacerle caso a las abuelas y tomarse un vasito de leche antes de ir a dormir. Sumergido en un profundo sueño, Steed experimenta una pesadilla en donde participa su colega Freddy Marshall, en el papel de muerto. Cuando al día siguiente se entera de que la misma se volvió realidad, para levantarle el ánimo Emma lo invita a una fiesta en casa del editor Brandon Storey, quien resulta ser un entusiasta de la obra de Dickens. Grande es la sorpresa de Steed cuando al llegar a casa de Storey nota que la decoración es idéntica a la de su sueño, pero lo que él ignora es que dos telépatas, Trasker y Wade, están escondidos experimentando con su mente como lo hicieron con la del malogrado Marshall. Ambos inducen a Steed a buscar la almohada y a tener una pesadilla ambientada en Historia de Dos Ciudades, la obra de Dickens cuyo protagonista es Sydney Carton, personaje que Steed interpreta en su pesadilla tan pero tan bien que sufre su misma suerte: morir en la guillotina. Al despertar, todo se vuelve más confuso cuando a la mansión ingresa la misma mujer que lo ejecutó en su pesadilla, la telépata Janice Crane, recién llegada para una fiesta de disfraces navideña al estilo Dickensiano, a la que Steed concurre disfrazado de Sydney Carton, mientras que Emma luce un exclusivo modelito de Oliver Twist.

En el punto álgido de la celebración, y en un último intento de extraer información de la cabecita de Steed, Janice organiza un juego de lectura mental a lo Tony Kamo usándolo como asistente. Sospechando una trampa, Emma rompe la concentración de Janice y de Steed y se dirige a interrogar a su amigo Wade, pero es asesinado antes de que pueda develarle todo. Preocupada por Steed, Emma acorrala al Dr. Teasel intuyendo su complicidad en todo el asunto. Y como es mejor prevenir que curar, lo despacha con un golpe certero antes de enterarse de labios de Steed que en realidad él pertenece al bando de los buenos. ¡Ay, Emma, Emma!. Ya de vuelta en sus cabales, y después de compartir un canto navideño para despistar a los telépatas, Steed la acompaña a la biblioteca desde donde puede ingresarse a la habitación que hace las veces de punto de reunión de Janice y compañía. Atravesando ciertos obstáculos, como unos graciosos espejos distorsionadores de la imagen, llegan hasta el cerebro detrás del engaño: el excéntrico Brandon Storey (¡para los que no lo vieron, les arruiné el final!). Feliz de poder volver a dormir y a roncar (¡!) como antes, Steed parte en su "trineo" junto a Emma mientras desliza un muérdago por encima de sus cabezas (¡Qué final, qué final!).

Si alguien me pregunta cual es mi episodio preferido enseguida respondo Too Many Christmas Trees, y eso que no soy muy amiga de la Navidad. El juego psicológico presentado aquí, en una tendencia claramente hitchcockiana, unido a la amalgama de emociones y acciones que exhiben Steed y Emma (celos, amor, preocupación, coqueteo desfachatado, cantos sonoros y otros más), mas la excelente ambientación navideño-dickensiana, invitan a salir a comprar un arbolito en pleno julio y a prepararse a que te griten "¡loco!" por la calle.



escribe Pablo Alonso

Por consenso general uno de los mejores episodios de la serie, es también uno bastante atípico. Nada de excéntricos, nada de vueltas de tuerca sobre elementos típicos de la vida diaria. En cambio, tenemos un episodio lleno de secuencias oníricas, tomando ventaja a full de la fotografía blanco y negro, con una magistral dirección (posiblemente la mejor en la serie entera) por parte de Roy (Ward) Baker. También aparece el rey de los doppelgangers, Edwin Richfield (cinco apariciones en total), en un rol ambiguo hasta el desenlace; lo cual por supuesto no dice nada del nivel actoral de este capítulo, ya que todas las performances son correctas, sin descollar ninguna.

Las verdaderas estrellas son, además de la dirección, todos los otros elementos que le otorgan un clima único (los decorados, la música, el vestuario de la fiesta dickensiana, los dibujos b&w en los sueños de Steed) y el interplay entre Diana Rigg y Patrick Macnee, llenando de matices la relación Emma-Steed, de grandes amigos a supuestos amantes, con escena de celos incluída.

Si bien el episodio (escrito por Tony Williamson, autor de algunas de las mejores historias de la época Tara King, incluyendo el también atmosférico Stay Tuned) es de los más opresivos, tensos y cercanos al terror que dio la serie (con las escenas de Emma encontrando el cadáver de Jeremy —con el detalle de haber sido cubierto por telarañas y el plano de Diana Rigg horrorizada— y la pelea del final en el salón de los espejos), también hay varios momentos graciosos de la dupla protagónica, algunos justo antes o en medio de la tensión. Too Many Christmas Trees no es uno de los episodios que uno pondría como paradigma de lo que se trataban Los Vengadores, pero sí un ejemplo perfecto de la gran serie que fue.

a The Cybernauts / Los Cibernautas

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