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escribe Mackidockie
Sin duda alguna el episodio más
divertido de la temporada, de la mano de un Philip Levene que hasta
se animó a hacer un cameo (como actor es un muy buen escritor, ¿no es
cierto?), emulando al tío Alfred (Hitchcock, ¿quién mas?). Con dos disparos,
subido a unos zancos, y con una rosa y una pistola a sus pies (o mejor
dicho patas), el Agente Hooper es descubierto por Steed y Emma en una
casa desolada. ¡Pobre Rosa!, no, no me refiero a Sandro, sino a Hooper,
cuyo nombre en clave dentro del departamento Floral era Rosa. A pesar
de olfatear una trampa, Steed sigue la pista encontrada en los zancos
de Hooper, y al llegar a su destino, cual cándido palomo, cae en la
trampa de Basil y Lola. Ayudado por uno de esos científicos locos que
nunca faltan, en este caso Krelmar, a la sola cuenta de veinte Basil
logra invadir el cuerpo de Steed. Idéntico procedimiento practican en
Emma, dejando a las mentes de nuestro amado y atractivo dúo en cuerpos
no muy "fashion" que digamos. Lo que no podemos negar es la eficiencia
de Basil y Lola, que se deshacen de la mitad de la red floral mientras
Steed y Emma tratan de zafarse de sus ataduras.
Este intercambio de personalidades obliga
al cuerpo de Steed a morder la punta de los cigarros, atrocidad que el
Steed posta-posta jamás cometería, mientras que el cuerpo de Emma masca
chicle y baila música go-go de una forma descarada y totalmente opuesta
a nuestra siempre correcta Emma. Intentando evitar una catástrofe mayor,
Steed y Emma se dirigen al departamento del primero, donde Basil y Lola
ya los estaban esperando con el agente Tulipán (parece que en Gran Bretaña
es solamente una flor...) para apresarlos por invasión de propiedad. Al
fracasar sus intentos de convencer al Mayor 'B' de sus verdaderas identidades,
Steed y Emma emprenden una huida que los lleva a encontrar a sus colegas
florales bien marchitos. El único error que cometió Basil fue olvidarse
de sus píldoras para la migraña en su saco, que ahora le pertenecía a
Steed. Ese descuido conduce a los buenos a la guarida de Krelmar, y siendo
Lola la primera en aparecer, Emma la doblega y se prepara para el intercambio.
Irónicamente termina siendo Krelmar el que acciona los controles, y como
premio recibe un golpe de karate de la Emma de siempre, esa del barrio,
la del potrero ¿viste?. Basil resulta un hueso más duro de roer, pero
finalmente devuelve a Steed ese cuerpo que a más de una hace suspirar...
¿Quién dijo que de una crisis no se saca
nada positivo? Con Patrick Macnee de vacaciones y Diana Rigg dejando
momentáneamente la serie, era necesario un guión con poca participación
de sus estrellas. Ello permitió a Patrick y a Diana improvisar más de
lo acostumbrado, brindándonos así escenas poco usuales pero de gran
aceptación entre la audiencia, como Emma bailando o mascando chicle
como una vaca, y Steed dándoselas de playboy y gran machista. Y hasta
queda un huequito para el franeleo entre Steed y Emma. Sí, está bien,
no son ellos, pero todos sabemos cual era la intención de Levene al
regalarnos esas escenas. Divertido, muy divertido, no es para exprimirse
las neuronas... pero es divertido.
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