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escribe Terylene
Los seguidores de "The Man From
Uncle" (conocida en la Argentina como "El agente de Cipol")
podrán apuntarnos si "The Girl From Auntie" contiene
o no sutiles referencias a dicha serie. Nosotros, más allá
de la similitud de los títulos ("Uncle": tío;
"Auntie": diminutivo de tía) no encontramos otras pistas.
Pero al margen de que la elección
del título del episodio (y del apellido del comerciante de arte)
seguramente es deliberada, "The Girl From Auntie" ofrece aún
más particularidades a tener en cuenta. Tal como ocurriría
en las futuras épocas de Tara con "Killer," esta entrega
fue filmada durante un período de vacaciones de Diana Rigg. Ergo,
y para gran desilusión de los Emmáfilos, nuestra inefable
Mrs Peel aparece en pantalla no más de 10 minutos en toda la
historia. Pero hete aquí que muchos consideran este episodio
como el mejor "sin" Emma, privilegio que ante tal dictamen,
dejaría a varios pasos de distancia al otro par, "The Superlative
Seven."
Hay que admitir que el desempeño
de Liz Fraser, en su evolución de chica-que-no-sabe-nada, a mano-derecha-de-Steed,
es absolutamente sorprendente. Esta joven actriz que aparecería
por primera y única vez en Los Vengadores, ofrece un rol más
que convincente como Georgie Price-Jones, el cual no hace más
que encajar adecuadamente en un episodio dentro del más característico
estilo Avengers.
Porque a decir verdad, lo extravagante
abunda por doquier. Desde el pintoresco Arkwright--interpretado por
un Bernard Cribbins que nunca pudo representar un papel "serio"
en Los Vengadores--hasta el mudo taxista que inexplicablemente pasea
a Steed por todo Londres (¿y el Bentley?) entreteniéndose
con cada uno de los adminículos que su cliente se ha llevado
de vacaciones, todo es peculiar. La alusión a los Beatles, quienes
de hecho son recordados en Los Vengadores no sólo en este episodio,
queda no obstante trunca cuando escuchamos mencionar a John, Paul, George...
y Fred. La distante mirada de Yolande Turner, circunspecta y
sofisticada, guarda un neto paralelo con las características
que repetiría en "The £50000 Breakfast," casi
en el mismo rol, lo que prueba que como villana, Miss Turner siempre
ha funcionado de maravillas. Y claro, la competencia de Alfred Burke
como el pulcro e inescrupuloso comerciante, es capaz de pintarnos un
Auntie que pasa de lo sublime a lo ridículo, cuando termina asomado
por el marco de su Mona Lisa.
El antagonismo este-oeste vuelve otra
vez al tapete en esta historia y como siempre, es tomado en solfa, bien
al modo de Los Vengadores. Ivanov, sin embargo, no alcanza a ser tan
bien retratado como aquel personaje anónimo en la subasta, al
que Steed le traduce las cifras en rublos y que por poco no se queda
con el "pájaro en la jaula dorada." Y no creamos que
ese "pájaro" no tuvo sus disputas con la censura por
aparecer en la jaula como aparece...
Mas a pesar de todo, la pareja Steed-Emma queda por fin restituida, alejando
por el momento todas las dudas que los espectadores podrían haber
tenido sobre "qué camino" tomaría Georgie en la
escena final. Corolario por otra parte, de un episodio que no esconde
su alta cuota de recreación y que al tiempo demuestra que un guión
más bien simple y sin pretensiones, puede transformarse, como en
este caso, en una genial experiencia sazonada con todo el loco encanto
de los años '60.
escribe Pablo Alonso
Lo más cercano, junto con The
Superlative Seven, a un episodio "solista" de Steed durante
el período de Emma, es, evidentemente, una historia atípica,
en la que a diferencia de las incursiones solitarias de Mrs. Peel (The
House That Jack Built, Epic y The
Joker), Steed trabaja con una partenaire, en este caso la "falsa"
Emma Georgie Price-Jones (la simpaticona Liz Fraser, quien no es la cantante
de Cocteau Twins). Si bien por momentos parece que se fuera a pasar de
gracioso, también es bastante macabro, uno de los episodios con
más víctimas de toda la serie. Además consideremos,
¿habrá pensado Emma todas las muertes que se causaron por
ella? ¿No es demasiado cruel que se le oculte durante todo el capítulo
a la tía Hetty (una tierna Sylvia Colleridge) que sus fabulosos
cuatro sobrinos (John, Paul, George y... Fred) han sido asesinados?
Pero en toda su particularidad, The Girl From Auntie reúne varias
de las virtudes de la época. La idea de una organización
para la cual todo puede ser conseguido y vendido es llevada a cabo con
mucha gracia, en especial debido a Gregorie Auntie (Alfred Burke, es una
pena que no volviera a aparecer hasta The New
Avengers) y su asistente (Yolande Turner, quien se graduaría
a villana mayor en The £50,000 Breakfast).
También tenemos una escuela de tejido que en cierto modo proporciona
una pantalla para los asesinatos cometidos por la organización
de Auntie, dirigida por Arkwright (un pequeño gran rol de Bernard
Cribbins, el mismo que tendría un par de las mejores escenas de
la historia de la serie en Look (Stop Me If You've
Heard This One) But There Were This Two Fellers..., quien curiosamente,
no es una víctima más ni está vinculado a los malos.
Con todo esto no haría ni falta aclarar que otro de los méritos
del episodio es el casting.
Steed lleva la batuta con mucha autoridad, realizando otro de sus inolvidables
movimientos encubiertos, en este caso bajo el nombre de Fitch (su primer
encuentro con Auntie es de lo mejor del episodio). Lo poco de Emma es
bueno (cuándo no, además con ese disfraz ya tiene el efecto
visual asegurado), aunque por la facilidad con que abre las rejas en la
batalla final uno se pregunta por qué no las abrió antes.
Lo que me lleva a mencionar otros dos pequeños detalles que restan:
el obvio blooper en las escaleras del doble de Macnee, y el hecho
de que el asesino disfrazado de anciana ya había visto a Steed
al principio, al salir de las oficinas donde había estado eliminando
pruebas (personas), por lo que debería haberlo reconocido luego.
Obviamente, esto no afecta demasiado la grandeza del episodio, uno particular
y subvalorado.
A modo de cierre, les dejo dos preguntas surgidas del hecho de que Steed
se mueva todo el episodio en taxi (el mejor ejemplo del riesgo de pasarse
de gracioso) ¿Steed tuvo que mandar el Bentley al mecánico?
¿Su taxista no se parece un poco a Dean Martin?
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