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escribe Mackidockie
Ahhh, ¿qué mejor manera de mejorar las relaciones
internacionales que intercambiando científicos por permisos para
construir hoteles?. La idea es sin duda atrapante, y con un poco más
de investigación sobre la cultura china despegarse del sillón
hubiera sido más difícil que comer con palitos chinos. John
Wadkin reaparece en su casa después de habérsele perdido
el rastro dos años atrás, pero ya ni siquiera se acuerda
de su nombre, y todo indica que estuvo en un campo de concentración
en Manchuria. Steed y Emma tratan de hacerlo volver a la realidad mediante
su colega, el Dr. Cullen, pero nada bueno resulta del encuentro. Lo único
coherente que Wadkin repite es el número 621, y antes de poder
avanzar más dos intrusos vuelven a raptarlo en un vehículo
de una lavandería china. Al instante un tal Pascold entra preguntando
por el Dr. Cullen, y sospechando que será el próximo secuestrado,
Emma ingresa como recepcionista en el hotel Chessman, donde Wadkin fue
visto por última vez antes de su desaparición, mientras
que Steed se queda vigilando tras bambalinas junto a Varnals, un agente
muy protocolar. A Cullen le asignan la habitación 621, lugar donde
lo espera Pascold, pero a la mañana siguiente de su habitación
sale un Dr. Cullen distinto al que entró el día anterior
(¡misterio de misterios!). En realidad Pascold quiere simplemente
contratar sus servicios, y al igual que Steed se extraña cuando
no aparece por ningún lado.
El destino de Cullen es el mismo de Wadkin, una celda a su lado en un
campo de concentración. En el hotel, la diligencia de Emma trae
sospechas, sobre todo cuando la ven regresar de la sección de lavandería
luego de encontrar a Pascold muerto dentro de una canasta. Para ponerla
a prueba la envían a la habitación 621, la vía directa
al campo de concentración mediante unos gases adormecedores. Steed
se da cuenta de que la única forma de llegar al dueño del
hotel y responsable de estos secuestros es hacerse pasar por alguien importante,
como Monsieur Gourmet. Su plan resulta de maravillas, y la confianza ganada
con Chessman le permite ingresar a su penthouse, al enterarse que Emma
desapareció. Al parecer, el "señor del ajedrez"
está usando renombrados científicos para lograr su sueño
de poseer una cadena de hoteles alrededor del mundo, pero su debilidad
ante los cambios de temperatura le da a Steed la ventaja para descubrir
la ubicación real de todos los secuestrados: habitación
621, séptimo piso. Esta falsa habitación contiene
una falsa pared que conduce al famoso campo de concentración. Ya
liberada, Emma se encarga junto a Steed de los falsos Manchurianos (¡cuanta
falsedad en este episodio!), ¡y una vez más los scones triunfan
sobre el chop suey!
Segundo episodio que aborda la cultura oriental, quizás no con
tanta precisión como The Cybernauts, pero gana puntos en
otros aspectos como la exploración en el pasado de Steed, la graciosa
relación entre Varnals y Emma, Steed peleando y venciendo a dos
chinos (no los de los alfajores, ¿eh?), y Emma hablando un horrible
español. Bien ideado, con poco que objetar y mucho que resaltar.
¡Para tentarse y contratar a Steed de "chofer" de un cochecito
amarillo!
escribe Pablo Alonso
A quien no le guste mucho este episodio, debería agradecer
que no fue hecho con los valores de producción de temporadas anteriores,
si no, hubiera sido otro Death A La Carte. Aunque tampoco se gastaron
mucho a la hora de conseguir gente con verdaderos rasgos orientales, o
al menos maquillar ingleses de manera decente. Además es uno de
esos capítulos en los que el doble de Patrick Macnee es demasiado
obvio, además de que solía usarlos más de lo necesario.
Es un episodio bastante particular en lo que a pacing se refiere:
poca acción, información dada muy de a poco, con los villanos
confirmados lentamente. Esta estructura es interesante aunque falta el
dinamismo de otros episodios. Encima, tanto Peter Jeffrey como Peter Arne
desempeñan papeles que les quedan chicos. Supongo que la idea de
poner a Varnals como sidekick de Steed fue para agilizar un poco
las cosas, aunque no mucho; y Pasold es una mezcla de los personajes sospechosos
pero inocentes (no tanto, ya que está en el negocio de las patentes
medicinales...), como el Dr. Teasel en Too
Many Christmas Trees, y los que son boleteados alrededor de la mitad
del show, como el detective Jarvis en Death
At Bargain Prices.
Por suerte, otros dos actores invitados y Macnee (brillante el as en
la manga de Monsieur Gourmet), y los diálogos que mantienen entre
sí, son lo mejor del episodio. Chessman (Paul Whitsun-Jones, quien
supo ser jefe de Steed en la temporada anterior ) es la verdadera mastermind,
aunque no muy diabólica, por cierto, y muy fácil de vencer.
Su obsesión a la hora de hacer dieta es puro humor absurdo británico,
y además lo encuentro muy en sintonía con los grandes magnates
de hoy: ¿acaso extender sus negocios hasta el último rincón
del planeta y tener vínculos con actividades ilegales no es lo
que hace la gran mayoría? Pero la verdadera estrella es Philip
Latham. Su Carter es una pinturita. Pulcro, ejemplar, obsecuente (en especial
con su jefe Chessman), desagradable, casi un político en campaña.
Uno de los mejores personajes de toda la serie.
De Emma, no se puede decir mucho más que se la ve brevemente con
un peinado peculiar, pronuncia con mucha gracia un larguísimo nombre
en español, y es nuevamente tratada como objeto de deseo por un
villano, el jefe de los chinos, como ya lo había sido por Fitch
en Dial A Deadly Number. Es más, diría
que los malos le tienen más ganas a Mrs Peel en esta temporada
que en la época in color.
Mención especial para el recurso de utilizar un grabador de cinta
abierta para hacerle creer a los prisioneros de que están en un
lugar distinto al que realmente se encuentran, como en, precisamente,
el episodio de El Prisionero "The
Chimes Of Big Ben" o, sin ir mas lejos, Small
Game For Big Hunters. También merece recordarse a uno de los
personajes rusos más verosímiles, por los rasgos y por el
tono seco, que pasó por la tv británica: Pushkin (Vernon
Dobtcheff, con ese apellido no le debe haber costado mucho el personaje),
otro de los hallazgos de este episodio. No digo que éste sea un
motivo para volver a verlo (para eso están Steed-Carter-Chessman),
pero todo suma.
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