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escribe Terylene
Sí, okay, un submarino (aunque
a Malachev no le guste definirlo así) en el lago Ontario, albergando
toda una comunidad de espías enemigos, parece a todas luces una
idea disparatada. Pero si antes de pensar en disparate, nos retrotraemos
a Los Vengadores original... ¿no encontraríamos una oportuna
correspondencia con las tantas extravagancias vividas en Avengerland?
Si uno mira "Forward Base" desde esa óptica, entonces
no tardará en entender que estamos en presencia de un típico
episodio Avengerish, de esos que tanto disfrutamos en las épocas
Peel y King. No sólo por las extravagancias, sino también
por las actitudes y los diálogos, que tanto pueden involucrar a
Steed como a Purdey y Gambit, a los tres juntos... o incluso a los personajes
del elenco.
Por empezar, echándole un vistazo
al lifestyle de la "Forward Base," ya tenemos elementos
suficientes como para entrar en el terreno del absurdo. Malachev compone
uno de esos educados villanos a los que les agrada una asistente eficiente
pero sumisa ("Sí señor, no señor"),
detesta la idea de ser molestado mientras escucha música clásica
de su país y para alimentar su nostalgia, ha cubierto uno de los
ventanales del "bunker" con una pantalla en la que se proyecta
un video de su adorada y lejana Moscú. Lo que se dice, un enemigo
"con clase." También es "clase" lo que emplea
cuando debe deshacerse de Halfhide, luego de haberle expresado sus felicitaciones
por desobedecer sus órdenes.
Pero hay mucho más aún. Mientras
la "Forward Base" emerge y se sumerge con sorprendente recurrencia,
un impávido pescador canadiense arriba a las más delirantes
conclusiones. "¿Sabe? Hay peces anidando en los árboles",
le aclara a Steed, muy solemnemente. También les indica a Purdey
y Gambit a qué distancia queda el lago: "Por allá,
a unas 200 yardas... a veces." Podría hablarse además,
de la insólita persecución de Purdey y Gambit a Halfhide
a bordo de pintorescas barcazas en forma de cisne. O de cuando Steed en
persona, es conducido por Gambit en la misma barcaza, para asistir al
lugar desde donde... ¡ooops! supuestamente Halfhide había
arrojado el circuito. ¿Alguien puede imaginarse a Steed (con su
traje de tres piezas, bombín y paraguas) paseando en tal barquito,
como si fuera una de esas bicicletas acuáticas que alguna vez poblaron
los lagos de Palermo? ¡Pues aquí lo vemos! "Estoy
confundido, lo cual no es habitual en mí," confiesa Steed,
cuando Purdey y Gambit intentan explicarle que Halfhide había desaparecido
bajo las aguas del Ontario vistiendo camisa y pantalón, para luego
emerger muerto usando pijama y bata. Y claro, nada puede ser más
contrastante que un caballero inglés paseándose por las
mundanas calles de Toronto, ingresando en un negocio de artículos
de pesca y comprando un equipo de juguete. O saliendo a pescar con un
imán en la punta de su caña y con un transmisor en su canasta.
Como se ve, extravagancias es lo que "Forward Base" tiene de
sobra.
Hasta la violencia que supo estar presente
en algunos pocos episodios anteriores, aquí es tratada con chispa
y gracia. Aparte de los ojos negros que Gambit le deja a cuatro policías
canadienses (ya lo había hecho previamente en "Complex")
y de los consabidos balazos o cuchillazos de los que son víctimas
dos de los espías, Steed tiene a su cargo la mejor escena "violenta."
"Agarralo," le dice a uno de los espías, arrojándole
un cesto de basura en llamas, que éste rápidamente deja
caer al suelo. "¡Papanata!" (del original en inglés
"Butterfingers!", es decir, "Dedos de manteca")
remata Steed, mientras pone al villano knock-out con un golpe de su bombín
forrado en acero, que, admitámoslo, siempre sonó como si
fuera una sartén.
Desde cualquier arista en que sea analizado,
"Forward Base" es un episodio delirante, pleno de humor y situaciones
absurdas que lo hacen genial, muy en el espíritu de Los Vengadores
de los '60. Sólo la presencia de Purdey, Gambit, del escenario
canadiense y de los años que visiblemente habían transcurrido
en la cara de cincuentón de Pat Macnee, nos devuelven a la realidad
de los '70. Pero con estilo. Con gran estilo.
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