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The New Avengers / Los Nuevos Vengadores
Dead Men Are Dangerous

Los Hombres Muertos Son Peligrosos

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Dead Men Are Dangerous
LOS MUERTOS SON PELIGROSOS

Steed Ve Un Fantasma
Purdey Habla Con Él
Gambit Llega Tarde

Dead Men Are Dangerous

Dead Men Are Dangerous

Ficha Técnica Títulos

Producción: Marzo 1977
Estreno en Argentina: s/d
Escrito por: Brian Clemens
Dirigido por: Sidney Hayers

Reparto
Mark Crayford / Clive Revill
Perry / Richard Murdoch
Penny / Gabrielle Drake
Hara / Terry Taplin
Dr. Culver / Michael Turner

Titulos De Apertura

Títulos De Cierre
Conexión Avengers In & Out
Temas vinculados a este episodio Teasers & Tags. Secuencias de Introducción y Cierre.

Sumario
La destrucción sistemática de todo lo que Steed atesora -su viejo Bentley, sus trofeos, medallas y su colección de porcelana- no arroja ninguna luz sobre el responsable de semejante vandalismo. Pero cuando los ataques continúan y no sólo Steed es víctima de dos tiros "de advertencia", sino que también Purdey es secuestrada, finalmente el agresor es identificado. El agonizante Mark Crayford, amigo de la infancia de Steed y desertor vendido a los rusos, está de vuelta para vengar su deshonra de ser el eterno segundo detrás de Steed y para depararle, quizás, el peor momento de su vida.

Comentarios
Terylene
 

escribe Terylene

¿Cuántas veces ha sido Steed, directa o indirectamente, el objeto de planes maléficos o enconadas venganzas por parte de sus enemigos? ¿Cuántas veces ha sido de algún modo traicionado por sus amigos? A decir verdad, muchas. Desde los viejos tiempos de "The Wringer," "Man With Two Shadows" y "Too Many Christmas Trees" hasta los más cercanos de "The Forget-Me-Knot," "Game," "Split!" "They Keep Killing Steed," "Stay Tuned" y "Noon Doomsday," siempre han aparecido diversos diabolic masterminds o infames villanos, tendiendo las trampas más sofisticadas para el dandy de bombín y paraguas. Mas en todas las oportunidades, Steed supo gambetear las calamidades con una alta cuota de profesionalismo, gallarda determinación y con ese toque de fino humor que por siempre ha laureado cada una de sus acciones.

Más allá de los consabidos nervios o dolores de cabeza que estas siniestras maquinaciones habrán supuesto para Steed, no hay duda que la que el "amigo" Mark Crayford le tenía preparada en "Dead Men Are Dangerous," significaría algo más que un mal rato para el mejor agente secreto al servicio de Su Majestad. Sólo un mastermind movido por un odio supremo y resuelto a someter a Steed a una derrota de por vida, podría haber elegido un método de destrucción tan emparentado con la "tortura china de los mil cortes." Quebrarlo de a poco y atacando preferentemente lo que Steed más quiere, en lugar de propinarle una directa golpiza, es la manera en que Mark planea vengarse de su antiguo camarada. No sólo por la bala de Steed que durante diez años se ha ido acercando fatalmente a su corazón, sino también para cobrarse la vieja deuda de ser el perpetuo "second best", con su nombre siempre brillando debajo del de Steed... aunque sólo una vez en la vida le haya ganado "en su propio terreno."

Esta alienación que de hecho carcome la conciencia de muchos individuos de este lado de la pantalla, ha sido soberbiamente plasmada en otra meritoria creación del tandem Clemens-Hayers y presentada al público como una virtual contratapa de todo lo que habíamos visto de Steed hasta ahora. No sólo porque "Dead Men Are Dangerous" nos brinda la posibilidad de enteramos de cómo es Steed en su interior más profundo, sino porque también lo retrata a considerable distancia de su humor tongue-in-cheek y de su flema inglesa propia de épocas pasadas. Todos sabemos que el Steed de Los Nuevos Vengadores nunca fue el mismo que el de la serie original. Pero siempre hacen falta episodios como este, que reflejen claramente las emociones y los sentimientos de los personajes, para darnos cuenta del ser humano que habita en cada uno de ellos. Y hay que decir que en ese aspecto, Los Nuevos Vengadores resplandeció invariablemente en el fiel retrato de sus héroes.

Pero también hay otros rasgos de Steed que como nunca quedan bien evidenciados en este episodio. Cuando Purdey deja oír ese "Guau!" tan sincero ante la vista del impresionante historial de Steed en el Ministerio, compuesto por decenas de biblioratos en cuyo lomo se leen los nombres de cada una de sus socias anteriores, uno comprende la colosal trayectoria de Steed en su vida de agente secreto. Y ya que hablamos de Purdey, cabe preguntarse si ella no representa un amor imposible para Steed, o una realidad que él se niega a aceptar. Al comienzo del episodio, Purdey flirtea abierta pero infructuosamente con Steed en el interior de su Jaguar. No obstante al final, cuando Steed cae en la cuenta de que todos sus preciados objetos están en peligro, no duda en llamar a Purdey rogándole que se cuide, aunque ya sea tarde y Purdey tenga el cañón de revólver de Crayford apuntándole a su cabeza.

Las interpretaciones se encuentran a la altura de la historia. Gambit tiene un interesante rol que por suerte ha sido bien aprovechado y Gabrielle Drake (claro, con diez años más de cuando la vimos en "The Hidden Tiger" personificando a la gélida Angora) quizás sea su mejor conquista. Clive Revill no necesita mayores comentarios por su papel maduro, cansino, de contornos temibles pero a la vez sombríos, propios del hombre que juega la última carta de su vida, sin más emoción que la de ver vencido a su eterno vencedor. Las escenas brillan por sí solas, con un pináculo, quizás, en la secuencia de los altoparlantes, en la que Crayford tortura psicológicamente a Steed anunciando no sólo que atrapó a Purdey, sino que su hora final ha llegado. Viéndolo a Steed en esta secuencia, uno se queda pensando en la curiosa ironía del destino que le ha impedido a Patrick Macnee emerger más allá de su categoría de actor eternamente subestimado.

Sin embargo Patrick jamás se cobraría venganza como Crayford por ver su nombre muy por debajo del de muchos de sus colegas actores. Es más, hasta diría la misma línea con la que Steed cierra "Dead Men Are Dangerous," cuando les confiesa a Purdey y Gambit que la única vez que Crayford le ganó, fue porque jugó sucio y sin embargo Steed nunca se lo hizo saber. "El desesperadamente necesitaba ganar. No pude decírselo. Era mi amigo."

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