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escribe Terylene
Oh, bienaventurado Philip Levene,
que tanto has recreado lo absurdo y sobrenatural en Los Vengadores...
¿qué dirían tus devotos seguidores que han visto
"The Curious Case..." alguna vez? ¿Dónde hubieran
encontrado la ciencia-ficción y el ensueño en un relato
que hasta se toma el trabajo de parodiar a Mr. Sherlock Holmes? Pero esto
es elemental, querido Watson: el genio de Philip Levene abarcaba todos
los géneros por igual. Podía manipular con idéntica
fluidez tanto la fantasía como las intrigas políticas, el
espionaje y el mundo de los diabolic masterminds. ¿Alguien
dijo las historias de chantajistas? Pues, además de "The Curious
Case..." también existe un jugoso antecedente: "You
Have Just Been Murdered". En otras palabras, Levene manejaba
lo que quería. Y siempre lo hacía bien.
Pensemos que muy posiblemente gracias al
gran carisma leveniano, esta cuarta y última entrega de la efímera
administración Bryce de fines de 1968 salió como por un
tubo en cuanto Fennell y Clemens volvieron a tomar las riendas del negocio.
Y vaya que se nota la intervención de los "nenes maravilla":
hasta el director Sharp, haciendo gala de su apellido, aparece mucho más
preciso aquí que en el episodio anterior "Invasion
of the Earthmen".
A no ser por la secuencia pre-títulos,
brillantemente orquestada y cargada con esa típica ironía
Avengeriana, en realidad la historia no va más allá de un
cuento detectivesco, que se volvería intrascendente para Los Vengadores
si Levene no hubiera insertado algunas perlas de varios kilates.
Hete aquí la primera: Sir Arthur
Doyle (¡vaya nombre para un personaje con cara de Sherlock Holmes!)
es uno de los pocos excéntricos que nos regalaría la era
Tara King. Pipa, sombrero y sobretodo al mejor estilo del detective más
famoso del Reino, Sir Arthur es sin duda el elemento pintoresco del episodio.
Los villanos Earle y Gardiner, pulcros, finos y meticulosos, conocen bien
su oficio... hasta que les toca lidiar con Tara. También saben
cómo deshacerse de Steed en una pelea en la que nuestro British
gentleman comete un inexplicable descuido, por ende queda de cara al piso
durante un buen rato y cuando por fin despierta y pretende levantarse,
su cabeza choca contra un farol colgante. Algunos sugerimos que el detalle
no fue en absoluto premeditado y que vino de perilla para otorgarle mayor
realismo a la escena de un Steed groggy y tambaleante.
El "niño-bien" Flanders
cumple su papel con eficacia, pero es su hermana Janice la que se lleva
todos los comentarios. Si bien en las épocas Peel se había
insinuado, en algunas pocas ocasiones, que Steed podría haber tenido
erráticos amores desperdigados por ahí, "The Curious
Case..." nos sirve las insinuaciones en bandeja. Las miradas sugerentes,
los abrazos medianamente afectuosos y ella refiriéndose a él
como "John" en todo momento, nos hacen asumir que Janice y Steed
han vivido un romance posiblemente efímero pero difícilmente
olvidable. "Ah, el que tiene la hermana..." comenta una
celosa Tara cuando Steed le menciona a Flanders, como una evidencia más
de un amorío que ni siquiera ella desconoce.
Muchos han argumentado que Tara no desempeña
un papel activo en esta historia. Bueno, chicos... con ese criterio, tampoco
lo desempeñaba Jimmy Stewart en su silla de ruedas, observando
(e imaginando) todo desde la ventana del clásico hitchockiano
"Rear Window" (La Ventana Indiscreta, 1954). No exageremos.
Tara cumple un excelente rol a lo largo de todo el episodio y para quienes
no están satisfechos con ello, sólo basta darle una segunda
ojeada a los últimos 10 minutos, que son exclusivos de Tara. Incapacitada
para defenderse como debería y ante el accionar de dos asesinos
que se encargan de organizar "el lugar del crimen" para aportar
"incontables pistas" en contra de Steed, Tara libra una lucha
que quedará para la posteridad. Cuando finalmente Steed llega para
rescatarla, Tara ha despachado a los malhechores y se encuentra cómodamente
sentada leyendo una revista. "Miss King!" es todo lo
que le queda por decir a Steed. Una escena impagable.
Escena que, dicho sea de paso, nos demuestra
que a pesar de que investiguen por separado, de que Tara no se mueva de
su departamento y de que Janice haga una breve (pero contundente) aparición,
la fórmula eficaz de "The Curious Case..." es nomás,
Tara-Steed con todas sus letras. Genial entrega que nos hace cavilar un
poco acerca de "El curioso caso de por-qué-Uniseries-ignoró-este-episodio".
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