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No
tardará el protagonista en descubrir la siniestra verdad: Bajo su apariencia
festiva e inocente, "La Villa" es una prisión; la prisión más sofisticada
jamas concebida. Un lugar especialmente diseñado para obtener información
de todas aquellas personas que, por su actividad, han tenido acceso a
asuntos confidenciales y de carácter restringido (como es el caso del
protagonista, dada su condición de ex agente secreto), bien por métodos
de tortura tradicional (aunque de un modo perversamente refinado) o bien
mediante la especialidad del lugar: La tortura psicológica. Todo en "La
Villa" esta especialmente planteado para convertir a sus habitantes-prisioneros
en sumisos y asustados corderos; para quebrar su voluntad, su autoestima,
su confianza, su equilibrio mental. Por eso el primer paso es privarles
de su identidad: En "La Villa" nadie tiene nombre; tan solo un número
que le es asignado a su llegada, que todos estan obligados
a llevar en la pechera de su ropa y por el cual se les denominará siempre.
El protagonista tiene el Número Seis, y como tal le conoceremos permanentemente:
El espectador nunca descubrira su nombre real ni el mismo sera mencionado
jamás en el transcurso de la serie.
Pero el Número Seis esta hecho de una pasta
especial. No sólo se resiste a ser doblegado sino que desafia abiertamente
el sistema represor de "La Villa", convirtiendose pronto en su rebelde
"oficial", en el elemento discordante en una estremecedora sumision generalizada,
lo cual le enfrenta directamente al Alcalde de "La Villa", el siniestro
Numero Dos, que toma como un empeño personal el someter la voluntad del
protagonista, y cuyo cargo sera ocupado por diversos individuos sucesivamente
(a cada cual mas diabólicamente astuto) a medida que sus predecesores
vayan fracasando en la tarea de doblegar al prisionero siendo sustituidos
por otros.
Metáfora
de la creciente uniformidad de una sociedad que limita cada vez mas la
expresión individual, himno a favor de la libertad frente a los sistemas
politicos dictatoriales, expresión simbólica de la angustia existencial
del hombre moderno enfrentado a una vida absurda y sin sentido, plasmación
en imágenes de cuestiones básicas de la filosofía ("¿Quién soy? ¿De dónde
vengo? ¿A dónde voy?")... A lo largo de los años, "El Prisionero" ha suscitado
multitud de interpretaciones diferentes (algunas realmente delirantes,
todo hay que decirlo) que revelan la modernidad de una serie cuyo poder
de fascinación parece inagotable.
Pese a su corta duración (sólo 17 episodios,
emitidos en 1967), "El Prisionero" ha dejado una huella imborrable en
la ciencia-ficción televisiva, convirtiéndose en serie de culto aún hoy
adorada por multitud de fans. Y aunque es obvio que posee un carácter
mucho más oscuro que el de Los Vengadores, su impacto provocó que el guionista Tony
Williamson y el director Don Chaffey (que dirigió también el primer episodio
de "El Prisionero") hicieran en "Wish you Were Here" (1969) un homenaje
explícito a la mítica serie de McGoohan, hasta el punto de que el título
provisional del episodio era precisamente... "El Prisionero".
En
conformidad con el espíritu festivo y surrealista de Los Vengadores, "Wish
you Were Here" enfoca el kafkiano y siniestro mundo de McGoohan (recordemos,
creador, protagonista e incluso guionista y director en ocasiones de su
serie) bajo un prisma cómico y desenfadado, convirtiendo "La Villa" Mcgoohaniana
en un hotel que, igualmente bajo una aspecto superficial encantador y
luminoso, es en realidad una prisión cuyos "huéspedes" no tiene posibilidad
de escapar, como descubre Tara King a su pesar. Dado que aunque su serie
no lo tenga por razones obvias de dramatismo, McGoohan tiene fama de ser
un hombre con bastante sentido del humor (a juzgar por quienes han trabajado
con él), me atrevo a vaticinar que pasaría un buen rato contemplando el
divertido homenaje que Los Vengadores proporcionó, en un episodio memorable,
a su inmortal creación televisiva. |