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Nuestra
querida Juana Kenis, quien con ánimo de sortear la solicitud que
le hicimos trató primero de persuadirnos, advirtiéndonos
que "como escritora soy muy buena bióloga", accedió
gentilmente a escribir para Los Vengadores un resumen y comentario
de Juegos Flotantes, una rara novela Avengers en castellano, publicada
en Chile a finales de los 60's. Juana compró el libro "en
Mar del Plata, por enero de 1969-1970, cuando andaba husmeando por las
librerías todavía abiertas y llenas de gente a las 12 de
la noche. Como mi amor por Los Vengadores estaba recién estrenado,
lo compré en el acto. Lo leí unas 3.450.000 veces, no porque
fuera una obra maestra de la literatura, sino porque constituyó
el único resto de la serie que estuvo a mi alcance durante mucho
tiempo."
Juegos Flotantes, Una Novela Más
O Menos Avengers
Por Juana Kenis
"Sir
Arthur Smeck-Hudson, miembro de la Cámara de los Comunes, se suicida.
Veinte pastillas para dormir, alineadas sobre la mesa e ingeridas sin
prisa pero sin pausa, acaban con años de deshonra, deudas de juego...
Tamara. Sir Arthur quiso ocultar su decadencia, pero no pudo. John Steed,
que desde hacía un tiempo estaba vigilándolo sin saber bien
por qué, asiste a su funeral. Sir Arthur está muerto. Asunto
concluído. ¿Pero qué hacían allí un
miembro de la embajada rusa, un norteamericano de aspecto desagradable...
y Tamara? ¿Y porqué Fletcher, del MI5 parecía desorientado?
Steed decide que una última mirada al departamento de Sir Arthur
puede echar alguna luz sobre la verdadera causa su muerte, más
allá de lo obvio. Pero allí sólo encuentra una tarjeta
de membresía del Mississippi... y al norteamericano de aspecto
desagradable."
Así comienza Juegos Flotantes.
Ante la sospecha de que un miembro del parlamento está involucrado
en la fuga de secretos ostensiblemente poco importantes hacia el otro
lado de la cortina de hierro, John Steed es comisionado por "el jefe"
(un híbrido entre 1-10 y "Madre") para averiguar qué
tan serio es el problema y quién está detrás de todo
eso. Para llamar la atención de los rusos, nada mejor que reemplazar
a Sir Arthur en el parlamento y mostrarse apropiadamente inclinado a apostar
más de lo recomendable. Su "afición" al juego
y la tarjeta de membresía de Sir Arthur llevan a Steed (candidato
a parlamentario por el partido... qué importa, con tal de no representar
a los liberales) al "Mississippi", un casino flotante que pertenece
a Curt Krystal, donde trabaja el norteamericano aquél y al que
concurre asiduamente Tamara.
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"Una vez más, proyectada más allá
del televisor, la señora Peel aparece en escena. Las emociones
más increíbles, la vida en permanente riesgo, la violencia
que impera en medio de las gentes, contibuyen a que el lector sienta
aquello que un columnista inglés denominaba "el horror
cotidiano que nos salva del fango, cuando, abrumados por este tiempo,
abrimos las páginas de un libro violento, implacable, que
es la voz de nuestra propia conciencia vigilante". Con ustedes,
la señora Peel." (de la contratapa original de Juegos
Flotantes).
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Tamara Petrova es una neurocirujana especialista
en lavado/reestructuración de cerebros, que oficialmente cambió
a la Madre Rusia por la libertad y la democracia occidentales. El norteamericano
y Tamara están ligados de alguna manera a Sir Arthur. ¿Qué
hacen estos personajes en ese lugar? Steed decide que el "Mississippi"
merece ser investigado. Y mientras él se zambulle alegremente en
una campaña electoral que lo expone a todas las miradas, especialmente
las provenientes del "Mississippi", Mrs. Peel, la nueva crupier
del casino, expone su pellejo enfrentándose a... ¡La Mafia!
Emma pronto descubre que La Mafia, siempre alineada con la derecha, está
tratando de desacreditar a miembros del partido laborista para impulsar
una reacción popular en su contra (vía elecciones, como
no podría ser de otra manera). Y lo logra por medio de involucrarlos
en escándalos, juego y venta de secretos de estado. Todo con una
pequeña ayuda de Tamara, la especialista en reacondicionamiento
cerebral. Curt Krystal intuye que existe alguna relación entre
su hermosa crupier y el aparentemente tonto-pero-yo-sé-que-es-peligroso
candidato al parlamento, y cuando Emma es "invitada" a participar
en una "fiesta" en la casa del capo mafioso, ella sabe que no
saldrá de esa con facilidad. Por suerte, Steed está tras
la pista de Krystal. Aún no conoce todos los detalles, pero sabe
entre quienes elige Curt a sus amigos. Utilizando una treta poco caballeresca,
Steed encuentra la casa y arruina la "fiesta", pero es recibido
con un balazo que lo deja inconsciente.
Mientras Steed es "reacondicionado"
por las ayudantes de Tamara, Krystal intenta sacarla de Inglaterra, enviándola
a Norteamérica. Emma viajará con ella. A partir de aquí,
las cosas se resuelven con rapidez. Emma escapa y corre a ayudar a Steed
y, de paso, hacer papillas a Krystal. Casi simultáneamente, Tamara
muere en un muy conveniente "accidente" automovilístico
arreglado por el MI5. Y aquí no ha pasado nada. Ah, sí,
hay un tag, al mejor estilo de The Avengers: Steed pierde la elección
por un pelo. Profundamente aliviado se va con Mrs. Peel en su Bentley
de pre-guerra y de pronto, cuando están en el medio de la nada,
el motor no va más. ¡Sugestivo!
Hasta aquí el resumen del libro.
¿Quieren saber ahora qué me pareció? Bueno, la traducción
es bastante mala, lo que impide apreciar el estilo del escritor. A la
relación John Steed-Emma Peel, tan típica de Los Vengadores,
le falta esa sintonía fina que la caracterizó en la serie.
Ellos daban la sensación de que compartían sus mentes, de
que se entendían sin hablar. Eso no existe en esta novela. El argumento
no es demasiado brillante tampoco y no hay villanos con mentes espectacularmente
retorcidas ni personajes hermosamente excéntricos. Poca cosa, bah.
Sin embargo, el librito es un tesoro para
mí, pues por mucho tiempo constituyó el único vínculo
que me unía a una serie de TV que, por muchas razones, nunca abandonó
mi memoria durante los largos años de ausencia en las pantallas.
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