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escribe Terylene
Como episodio inaugural de Los Nuevos
Vengadores, hay mucho que decir de "The Eagle's Nest." En primer
lugar, la nueva dimensión que había cobrado esta segunda
versión que de ningún modo puede compararse con su
antecesora de los '60 en ocasiones no dejaría de lado viejas
pautas que esta vez Brian Clemens vuelve a incorporar al guión.
La semilla plantada por "Split!" en la que básicamente
se trataba de aprovechar el cerebro de un agente enemigo mantenido con
vida por medio de una técnica similar a la criogenia, daría
sus frutos en "The Eagle's Nest" para presentarnos un caso aún
más inquietante. Frente a una historia como esta, uno deduce que
hasta el mismo título del episodio es simbólico: el Adlerhorst
(Nido del Águila) era uno de los reductos, en lo alto del Berghof,
en los que Hitler solía pasar buena parte de su tiempo hasta antes
de la guerra. ¿Podríamos compararlo con la isla de St. Dorca,
de la que los neo-nazis de "The Eagle's Nest" se apoderaron,
tras el derribamiento de un avión alemán en 1945 llevando
a bordo "el tesoro más preciado de Alemania"?
Pero más allá de la trama
y del buen debut del director Desmond Davis, queda la gran intriga de
la presentación de los nuevos colaboradores de Steed... y claro,
del Steed que a esta altura había bajado del cohete en el que fuera
impulsado al espacio con Tara en el episodio final "Bizarre"
de 1969. Habían pasado 7 años de la parafernalia de los
'60 y desde el mismo momento en que Steed aparece en pantalla, nos damos
cuenta que será un personaje diferente. Lejos de empuñar
el volante de su Bentley o Rolls, el Steed de 1976 se baja orgulloso de
un cuasi-deportivo Rover amarillo, para minutos después, terminar
de cara al suelo con su zapato enganchado en la correa de un simpático
caniche perdido, al mejor estilo del Super Agente 86. Como presentación
del personaje central de Los Nuevos Vengadores, no pudo estar mejor pensada.
El nuevo integrante del ahora terceto, Mike Gambit, hace su irrupción
atendiendo su moderno teléfono en su ultramoderno departamento
y ante las órdenes de Steed: "Quiero a Purdey,"
contesta presuroso: "¿Y quién no?" Como
sacándose de encima viejos tapujos de la serie original, Purdey
es presentada durmiendo en su casa y visitada en su dormitorio por Gambit.
Y así, aferrada a ositos de peluche y terminando también
en el suelo, aunque todavía envuelta entre las sábanas,
es como conocemos a quien ha sido considerada y no sin falta de mérito,
como la segunda gran chica Avengers, detrás de la inefable Mrs
Peel.
Claro que la inusual presentación
de Purdey no es el único indicador de las cosas habían cambiado.
Un puñado de escenas que en 1966 fueron severamente censuradas,
eran recreadas 10 años después en Los Nuevos Vengadores
sin grandes consecuencias. Los famosos latigazos a Mrs Peel en "A
Touch Of Brimstone" son reproducidos a su manera en "The Eagle's
Nest" cuando Purdey es azotada con una caña de pescar cuyo
anzuelo ha sido envenenado. ¿Sadismo? En todo caso y como su antecesora,
si bien sufre los efectos temporarios del envenenamiento, Purdey no parece
mayormente afectada por el incidente. La audiencia, aparentemente, tampoco.
Como si la participación de tres
caracteres principales no fuera suficiente, la producción se aseguró
de un cantado éxito de boletería para este debut. El maestro
del terror Peter Cushing, con 10 años de más y 10 kilos
de menos, reaparece con su talento para oficiar de héroe y no como
el villano que supo caracterizar en "The Return of the Cybernauts."
Y ya se sabe, si Mr Cushing o cualquier otra estrella de cine figura en
el reparto como invitado, el interés del público se eleva
a la décima potencia. "¿Cómo podríamos
equivocarnos con Peter Cushing en un rol estelar?" se pregunta
Patrick Macnee al presentar este episodio en video.
Entre otras novedades del show, muchos
fans han objetado la particular música disco-funk de Los Nuevos
Vengadores, en este y todos los episodios en general. No llevaremos a
discusión el hecho de que cada uno guste o no de este tipo de ritmo.
Pero hay que aceptar que esta fue la inconfundible música
de los '70, y que estuvo presente no sólo en Los Nuevos Vengadores,
sino también en casi todas las series de la época, desde
Las Calles de San Francisco a Cosmos 1999. Para los detractores del pentagrama
del Laurie Johnson de los '70, bien venga la música final de "The
Eagle's Nest": Steed, Purdey y Gambit silbando la inmortal melodía
del film "El Puente Sobre el Río Kwai." Alegórico,
¿no?
Imaginativo como pocos en lo que concierne
al destino de Herr Hitler (muchas historias al respecto han sido llevadas
al cine y la televisión, pero quizás nunca una como esta),
pionero en la temática Avengerish y auspicioso como debut
de Los Nuevos Vengadores, "The Eagle's Nest" ha sentado un precedente
en la trayectoria de esta segunda entrega de la serie. Y es un deleite
saber aprovechar los (muchos) buenos momentos que la misma nos ofrece.
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