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escribe Terylene
Relevante puntal de la era Tara King,
por varias razones. En primer lugar, esta entrega está brillantemente
dirigida por Ray Austin, en su segunda intervención a la cabeza
de un episodio de Los Vengadores. Por otra parte, en un impulso por cambiar
drásticamente de escenario, "All Done With Mirrors" está
filmado casi totalmente en locación, mostrando el mar y los bellos
acantilados de la costa inglesa; lo que no deja de ser remarcable para
un show cuyos exteriores (a excepción de "The Town Of No Return")
siempre se remitieron a retratar paisajes campestres. Además, al
igual que en otros muy pocos antecesores, en este caso Steed se toma "vacaciones"
en la pantalla por más de media hora. Por tal razón, la
batuta queda en manos de Miss Tara King luciendo por primera vez
su cabello natural la que aprovecharía la ocasión
para entregar sin lugar a dudas, su mejor performance en Los Vengadores.
Es posible que los que nunca han visto
nada rescatable en Tara, sigan esgrimiendo excusas para desacreditar "All
Done With Mirrors." No obstante, también es cierto que muchos
otros señalan este episodio como lo mejor de la sexta temporada.
No vamos a favorecer ninguna de estas dos posturas que se van a cada extremo.
Pero sí vamos a traer brevemente a colación el remanido
tema del guión, la dirección y el talento actoral. "All
Done With Mirrors" es una prueba más que contundente de las
nada desdeñables aptitudes artísticas de Linda Thorson y
demuestra que cuando la historia contaba con un buen guión y con
un idóneo director, los resultados de su actuación podían
llegar a ser, como en este caso, notables.
Linda le confiere una gran determinación
a su personaje, la cual se ve acentuada ante la asignación de Watney,
un inepto compañero de rubro en reemplazo de Steed. Sus peleas
son asombrosamente convincentes el duelo con ese gigante barbudo
es espectacular y es obvio que los villanos (oh, Dios, ¡¿Edwin
Richfield, otra vez?!) pronto se dan cuenta que Tara será un hueso
duro de pelar.
Como en otras historias de Los Vengadores,
esta contiene algunas pequeñas falencias dignas de mención.
Tara puede aparecer muy segura de sí misma, pero su aparentemente
mortal caída del acantilado sin sufrir el menor golpe, es tan poco
creíble como el hecho de ver a Mother sentado cómoda y estáticamente
en un sillón de jardín en el medio de una pileta de natación.
O como admitir que el sonido puede ser transmitido a través de
un rayo de luz, siguiendo el proceso que se muestra en pantalla. Pero...
claro. Esto es Avengerland, señores, un universo que aceptamos
sin reservas y como si fuera poco, uno en el que nos encanta entrometernos.
Y ya que hablamos de Mother y su singular
"oficina" de turno, ¿hay algo que decir de Steed en este
episodio? Bueno, quien esto escribe siempre tendrá algo que decir
de Steed. A decir verdad, Steed vive en un paraíso durante los
primeros 40 minutos del show. "Condenado" a un "arduo"
pasar frente a semejante pileta de natación, rodeado y acariciado
por bellas damas y con varias copas y botellas de champagne bajo su sombrilla
y dentro de su estómago uno se pregunta qué
hace con su eterno traje de tres piezas aún puesto... Ah... ¿y
no es Rhonda una de esas chicas que tanto mima a Steed? Claro que sí,
también en su debut oficial en Los Vengadores (¡vaya debut!).
En tanto y en cuanto la física no
nos condene por adorar esas últimas escenas en la que Steed casi
choca con su Rolls tras escuchar la voz de Tara desde "el más
allá," las cosas andarán bien. Después de todo,
ese banquete en el medio de una colosal pradera florida, mostrando la
pericia de Steed tanto para cortejar a su socia como para cocinarle un
bife sobre el motor del Rolls, acaba por definir un episodio que brilla
con luz propia.
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