escribe Terylene
Seguro que todos dijimos lo mismo cuando
lo vimos por primera vez, embutido en esos impecables trajes de tres piezas
que le calzaban como a un perfecto maniquí, blandiendo su paraguas con
la maestría de un experto en florete y portando ese sombrero con la elegancia
de un dandy sofisticado:
“Patrick
Macnee, sos el prototipo más ortodoxo del caballero inglés, el que mejor
destila ese sabor británico que de un plumazo nos pinta el Támesis, Picadilly
Circus y Trafalgar Square a través de esos ojos tan profundamente grises
como el eterno cielo de Londres”.
Sin duda.
Pero ¿qué hubiéramos dicho si en ese mismo
momento alguien venía y echando por la borda nuestra exitosa cadena de
razonamiento, nos confesaba que el señor Patrick Macnee en realidad es
norteamericano?
¿Quéeeee? ¿Norteamericano con esa pinta?
¿Con semejante tonada inglesa? ¡Vamos!
Mmmm... Intrigados, ¿eh? Quizás debamos
explayarnos un poco más.
Tan enigmático como John Steed, tan conversador
como la más perfecta antítesis de John Steed, tan interesante como Los
Vengadores a través de todas sus épocas y tan magnético como el principio
que rige la misma televisión, el veterano Patrick Macnee hoy por hoy hace
alarde de casi 80 años de una vida fulgurante, en la que debemos necesariamente
detenernos durante un buen rato.
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