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Mrs Gale Se
Viste De Cuero
No
obstante, una vez resuelto ese incidente, se presentaría otro de similar
envergadura. Nadie cuestionaba a esa altura, el refinado personaje creado
por Patrick Macnee, ni mucho menos, su vestuario y apariencia, aunque
fueron diseñados modelos aún más sofisticados para él. Pero la pregunta
clave era... ¿qué ropaje usaría Mrs Gale? Una mujer que debía asumir un
papel en el que muchas veces tendría no sólo que portar un arma, sino
también pelear como un hombre, evidentemente no podía lucir vestidos de
noche.
Más aún. Honor expresó su descontento ante
una de las clases obligadas de defensa personal, de las que tanto ella
como Patrick tuvieron que tomar parte.
“Estará bien para vos, Patrick.
Cuando uno te arroja sobre su cabeza, el mundo no ve el puño de tus medias”.
Honor Blackman, citada por Patrick Macnee, “Blind In One Ear”, p. 225
Gran dilema... Honor pues, debía usar pantalones
para las escenas de combate. ¿Pero qué clase de pantalones? ¿Acaso cualquier
tipo de tela ofrecería la misma comodidad para ella? A ver Patrick,
contanos...
“Durante los ensayos de uno
de los primeros episodios, Honor debía arrojar a una de estas bestias
fuera de su camino. En ese momento usaba pantalones. Encaró al tipo pero
los pantalones se le abrieron por el medio, ¡justo cuando su trasero enfrentaba
la cámara! Bueno, no podíamos permitir que eso le pasara a nuestra heroína”.
Patrick Macnee, “The Avengers and Me”, p.37
Hechos a un lado los pantalones de tela,
que no servirían para nada más aparte de recrear la vista de los camarógrafos
y la de un Patrick que a pesar de sus ojos eternamente entrecerrados,
de hecho nunca fue míope, varias sugerencias fueron puestas en el tapete.
Descartada también la gamuza sugerida por Pat, dado que absorbía la luz
de los reflectores, al final se decidió que Honor usaría conjuntos de
cuero: pantalones, camperas y botas del más reluciente, sensual cuero
que podía ser tanto rojo, marrón o verde. Lo mismo daba para la vieja
pantalla en blanco y negro.
Solucionados todos los inconvenientes puntuales
y mientras Pat y Honor se lanzaban de lleno a la grabación nuevamente
en vivo y en videotape de los que serían los episodios de la segunda temporada
de la serie, los ratings progresivamente comenzaron a trepar y el show
se fue haciendo cada vez más popular. Lejos de un fracaso, la asociación
de Steed con una partenaire femenina como Mrs Gale, había probado ser
una receta de eficacia rotunda.
A su vez, la idea de incorporar a una ocasional
asistente de Steed en el papel de la cantante de nightclub Venus Smith,
prosperó igualmente en las mentes de los creadores y el proyecto comenzó
a tomar forma cuando la producción se lanzó a la búsqueda de esa actriz.
No queda muy en claro porqué se insistía
con la introducción de este papel, teniendo ya entre manos el semejante
protagónico femenino que aportaba Honor Blackman. Sin embargo Patrick,
en su libro “The Avengers and Me”, afirma que los directivos pensaban
que Steed necesitaba “un contraste con esta mujer firme y de tanto
control” (Pat, sic) y por eso se sugirió un personaje como Venus Smith,
para “alternar” semanalmente con el papel de Mrs Gale.
En agosto del ’62, luego de una minuciosa
selección, la actriz Julie Stevens firmaba contrato para interpretar a
la cantante de jazz Venus Smith, asistente de Steed, que sin embargo no
mostraría ninguna de las cualidades que exhibía Mrs Gale.
No obstante con esta movida, Patrick muy
pronto se dio cuenta de que el trabajo (no así el sueldo) se le había
duplicado.
“... En lugar de hacer un episodio
cada diez días, yo, que estaba en ambos, ahora tenía que ensayar dos simultáneamente.
Corría de una sala a otra, ensayaba un poco para el episodio con Julie
y luego subía corriendo las escaleras para retomar donde había dejado
con Honor”. Patrick Macnee, “The Avengers and Me”, p. 40
De todos modos, Patrick no tuvo que hacer
tanto ejercicio durante mucho tiempo. El atractivo que ejercía Honor Blackman
sobre la platea era tan abrumador, que Julie Stevens no se quejó en absoluto
cuando luego de filmar seis episodios, la producción decidió no renovarle
el contrato. No cabía ninguna duda de que el show era exclusivamente de
Steed y Mrs Gale.
Por aquellas épocas, Patrick no podía gozar
de mejor situación económica. De hecho no se había hecho millonario, pero
para alguien que había corrido la coneja durante tantos años, esta situación
le venía como anillo al dedo para sentarse un rato a descansar, con la
coneja ya entre las manos.
“Mi vida se transformó en una
aventura nueva y enormemente desafiante. Mientras los guiones se volvían
cada vez más extravagantes, parecía como si yo fuera transportado atrás
en el tiempo, hacia los lunáticos años de Rooksnest y Eton”. Patrick
Macnee, “Blind in One Ear”, p. 227
Siendo un hombre amplio de mente, Patrick
mantenía una excelente relación con su ex-esposa Barbara, lo cual le permitía
disfrutar de sus chicos cuantas veces quisiera. Pero su inquieto y fogoso
corazoncito, pronto lo hizo delirar por su compañera Honor Blackman y
él mismo confiesa que se le tiró el lance de un modo abrupto y poco meditado.
Honor le puso bien los puntos, mostrándole, por si fuera necesario, el
anillo de matrimonio que llevaba sobre su anular izquierdo. A partir de
ese momento y reconociendo su arrebato, Patrick hizo un paso al costado,
pero aún así, el incidente sería el detonante de una encomiable relación
humana que perdura incólume hasta el día de hoy.
Sin embargo los enredos amorosos de nuestro
galán inglés prosiguieron a paso firme y en 1963 Patrick y la desconocida
que había personificado a Peggy en el episodio debut de Los Vengadores,
Catherine Woodville, se reencontraron. En cuanto este bombón le lanzó
una de sus seductoras sonrisas, la libido de Pat se elevó como la columna
mercurial de un termómetro en una siesta de verano... y el flechazo fue
instantáneo entre ambas partes. A la mañana siguiente, no sólo que despertaron
juntos en la cama de Patrick, sino que Kate se había mudado definitivamente
a su departamento, llevando consigo a su perra Sheba, una futura invitada
de honor en varios episodios de Los Vengadores.
“La vida había arribado a esa
etapa de perfección que es encontrada principalmente en los dulces sueños”.
Patrick Macnee, “Blind In One Ear”, p. 229
Todo comenzaba a adquirir ese toque de
sofisticación y meticulosidad que haría de la serie, uno de los productos
más exquisitos del mercado británico. Por aquellos tiempos, los directivos
tuvieron la inteligente idea de contratar a un terceto de productores
que se sacarían chispas compitiendo por el talento y tarde o temprano
habrían de tomar las riendas de lo que sería la futura industria de Los Vengadores. Eran los señores Julian Wintle, Albert Fennelll y un “muchacho
maravilla” de poco más de 30 años de edad, que ya había dado sus primeros
pasos en el show como notable escritor de algunos episodios: Brian Clemens.
Si hay que atribuir nombres al verdadero suceso del que en poco más la
serie gozaría en el mundo entero, los de estos tres caballeros sin duda
treparían al tope de la lista.
La nota más graciosa de todos los tiempos
por parte de la dupla Blackman-Macnee y que en palabras de Patrick suena
desopilante, estuvo dada por la grabación de un famoso simple titulado
“Kinky Boots” en 1964. Ninguno de los dos había pisado nunca un estudio
de grabación, pero la pareja ya era lo suficientemente famosa como para
negarse a la solicitud de ciertos productores ávidos no sólo en inventar
un hit, sino también en exaltar al máximo el encubierto erotismo del show.
De modo que Patrick (que confiesa jamás haber tenido aptitudes para la
música) y Honor cantaron durante poco más de dos minutos y dejaron registrado
para la posteridad un tema que sería un fracaso en su momento, pero tras
su reedición en 1990 treparía en los charts ¡hasta quedar tercero! Todo
un acontecimiento que les debe haber redituado unos buenos e inesperados
dividendos, ya que se vendieron más de 40.000 copias.
Como corolario de un éxito que ya era cantado
en toda Inglaterra (no precisamente con “Kinky Boots”, claro) por medio
del cual ni Honor ni Patrick podían ir a un restaurant sin ser reconocidos,
un merecido premio llegó con bombos y platillos. Fue el que ambos recibieron
en 1964 de parte del Variety Club de Gran Bretaña junto a otras grandes
personalidades del año, entre ellas, los mismísimos Beatles.
Con un nudo en la garganta que apenas le
permitió decir “Thank you very much” al recibir el premio entre
sus manos, Patrick tuvo que parpadear bastante para comprobar que no estaba
soñando. Por fin el triunfo había llegado para él, un poco tarde para
sus 42 años, pero seguro. Muchos de sus verdaderos amigos le estrecharon
la mano con fuerza.
No obstante una adolescente disgustada
lo haría aterrizar con una forzada sonrisa de disculpa. “Papi, ¿¿¿te
olvidaste de traerme los autógrafos de John, Paul, George y Ringo???”,
se quejó Jenny, de 14 años, fanática de John Steed, sí, pero más aún del
legendario cuarteto de Liverpool. Y papá tuvo que admitir que su emoción
lo había traicionado.
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