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Llegan Los Vengadores
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Primera Temporada

Steed y el Dr. Keel, Vengadores de la primera hora...Los Vengadores, la serie que reemplazaría a Police Surgeon y que llevaría como distintivo la genial música jazzeada del compositor e intérprete Johnny Dankworth, sería una producción de la “Associated British Corporation”, “ABC” (no confundir con la ABC norteamericana) y comenzaría a ser grabada en vivo y en videotape, tal como era la costumbre en esas épocas, en los Teddington Studios de Londres.

La grabación en vivo y en videotape significaba todo un desafío para los actores, aunque Patrick ya traía un buen entrenamiento de sus épocas en Canadá. Se ensayaba durante unos diez días previos y finalmente llegaba el día de grabación, donde todo el mundo se ponía nervioso, los ánimos se caldeaban y la tensión subía al límite. Era exactamente como actuar en un teatro, no se podía parar y no había ocasión para corregir los errores, que irremediablemente quedarían grabados en el videotape.

En el primer día de trabajo, fines de noviembre de 1960, Ian Hendry y Patrick Macnee fueron presentados. Dice Pat que ambos se olfatearon mutuamente, como si fueran dos perros recelosos, preguntándose cada uno quién diablos era el tipo con el que le tocaría trabajar en Los Vengadores. Al principio existía cierta frialdad entre los dos, ya que aunque no fuera 100% verdad, Hendry no podía evitar ver a Patrick como un patricio (valga la redundancia) recalcitrante y Patrick tenía que aguantarse el carácter podrido de Hendry. Pero por suerte la tirantez se aflojó con un poco de whisky escocés, tabaco y mujeres, un cóctel que gozaba de la amplia predilección de ambos. De ahí en más, el dúo Hendry-Macnee pasaría a constituir una sólida sociedad establecida entre dos buenos amigos.

El primer episodio que puso en marcha esa formidable maquinaria que, totalizando todas las épocas, habría de producir nada menos que 187, se llamó Hot Snow (Nieve Caliente) y fue televisado el 7 de enero de 1961, fecha histórica para la serie.

“¿Nieve caliente’? ¿Qué quiere decir? Si la nieve estuviera caliente, se fundiría, por lo tanto ¿no sería lógico llamar al episodio ‘Agua caliente’?” Patrick Macnee, “Blind In One Ear”, p. 208
“Agregale ‘bolsa’ y todos nos mataremos de risa... ¿Adónde estuviste? ‘Nieve’ quiere decir ‘cocaína’, ¡tarado!” Ian Hendry, citado por Patrick Macnee, “Blind In One Ear”, p. 208

Hot Snow se basaba en el guión que había sido escrito expresamente para presentar a John Steed como el comedido misterioso que ofrece su ayuda al Dr Keel para encontrar al asesino de su novia. Sólo faltaría agregar un pequeño detalle concerniente a esa novia que aparece fugazmente en el episodio. Peggy estaba protagonizada por Catherine Woodville, Kate para los íntimos, una incipiente actriz de entonces 23 años. Desconocida para la inmensa mayoría, pero ello no le impidió captar instantáneamente las miraditas indiscretas, tanto del señor Hendry como del señor Macnee. A la larga, Patrick, viejo zorro, emergería triunfante...

Luego de que a Sydney Newman se le cayeran los dos monóculos que tenía por anteojos cuando vio que, de acuerdo a su sugerencia, Patrick había cambiado su eterno impermeable tipo Robert Mitchum por un traje de tres piezas, bombín y paraguas, al mejor estilo inglés, las cosas comenzaron a ser diferentes.

No sólo el Dr Keel encontraría a John Steed atrás de una puerta; muchos hogares ingleses también lo harían a través de sus aparatosos televisores extrachatos en blanco y negro. Steed comenzaba a sonreírle a la platea, las chicas ahora compartían su corazón entre el doctorcito y el fino galán irreverente de sombrero y paraguas... y la fama empezaba a guiñarle el ojo al señor Patrick Macnee, que tanto la había buscado y con la que tanto había soñado durante 20 largos años.

A los seis episodios que comprendía el contrato original, se le adicionaron varios más y finalmente se estipuló extender las misiones del dúo Dr Keel-Steed a 39 episodios en total. Esto no sólo significaba que los dos personajes deleitaran a las audiencias con sus apasionantes intrigas semanales. El binomio Hendry-Macnee era también responsable en gran medida de la respuesta del público. El hecho de entenderse bien, los llevó a que, movidos por un impulso absolutamente iconoclasta, decidieran lanzarse por terrenos en los que ninguna serie (inglesa, al menos) había incursionado hasta entonces.

“Desarrollamos la idea de mirar la vida a través del otro extremo del calidoscopio, tomar las cosas y ponerlas cabeza abajo. Pensábamos en cómo hacer las cosas de modo diferente, de atacar la norma. Queríamos excitar a la gente, hacer algo que nadie había hecho, ser infames”. Patrick Macnee, “The Avengers and Me”, p. 22

Ian Hendry solía ser el alma creativa, confiriéndole una vívida técnica de actuación a su Dr Keel. Patrick era su fiel seguidor, empujando su John Steed hacia horizontes cada vez más excéntricos. Es más, por las mentes de algunos productores, comenzaba a germinar la idea de asignar una asistente femenina a esta dupla de agentes que velaban por la seguridad de su país. Hasta habían pensado en un nombre para ese personaje femenino: sería una cantante de nightclub llamada Venus Smith...

Patrick por su parte, alternaba su entusiasmo y su meticulosa tarea diaria de pulir y sacarle lustre a Steed, conviviendo como siempre, con damas tan emocionalmente inestables como él mismo. Su madre seguía empinando el codo a rajatabla y no dejaba de causarle dolores de cabeza a su hijo, que continuamente debía estar cuidando de que Thea no se metiera en ningún lío de los grandes.

Más aún, la balanza no le estaba haciendo justicia al flamante Steed, quien a pesar de sus ropas elegantes, develaba con cierto disimulo adónde iba a parar semejante cantidad de vasos de whisky ingeridos diariamente. A partir de ese momento y en muy reiteradas ocasiones, Patrick, dueño de un curioso metabolismo capaz de hacerlo aumentar y bajar de peso continuamente como si fuera un globo, sería puesto bajo una dieta especial a base de “prune juice”, jugo de pasas de ciruela. Este no sería un detalle anecdótico si no hubiera hecho mella en la amistad que reinaba entre el dúo Hendry-Macnee. Cuenta Patrick que cierta vez que Hendry lo invitó a tomar una de sus acostumbradas copas en un bar, en lugar de ordenar un whisky, fiel a su régimen, él pidió su jugo. Hendry lo miró incrédulo y lo instó a cambiar de opinión, pero Pat no cedió. Según parece Hendry consideró el rechazo como una ofensa, asumiendo que Patrick le daba la espalda a su leal compañero de tantas copas. Las explicaciones fueron inútiles. Pat afirma que desde ese incidente, la relación entre ambos comenzó a enfriarse.

De modo que Steed era casi una sílfide allá por octubre del ’61, cuando la producción recibió una noticia que dejó perplejos a muchos. El sindicato que nucleaba a todos los artistas, la “British Actors’ Equity Association” (“Asociación Unificada de Actores Británicos”) había convocado a una huelga general por demandas salariales. Se recomendaba que ningún actor se arriesgara a aparecer por el estudio de grabación, pero Patrick, poco avispado de que la huelga también incluía a “Los Vengadores” se encontró con el estudio vacío desde el primer día de vigencia de la misma.

Aunque declarado eterno “alérgico a la matemática”, Patrick hizo un rápido cálculo mental y dedujo que si la serie no se seguía grabando, no habría trabajo y por ende, no habría sueldo. Elemental, querido Watson...

Consecuencia: después de casi un año de total frenesí, de completa dedicación a un trabajo que parecía ser tan auspicioso como estable y de gozar de una paga que no era para desdeñar, Patrick tuvo que colgar su sombrero y su paraguas, sacarse su traje elegante y ponerse el cartelito de “desocupado”. Luego de pedir un préstamo a los directivos de la ABC, maniobra de la que se arrepentiría penosamente, Patrick agarró de un brazo a su ex-esposa Barbara y a sus chicos y se los llevó a Portugal, en las que confiesa, fueron “las primeras vacaciones decentes que pude pagarles”.

Pero los meses pasaban, la huelga seguía y el trabajo brillaba por su ausencia. Patrick se procuró un agente que le encontró un papel en la obra de Shakespeare “The Winter’s Tale” y hubiera aceptado otra excelente propuesta si la huelga no se hubiera levantado por fin, en mayo del ’62.

a página 3, Segunda Y Tercera Temporada

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