La Punta Del Ovillo
escribe Terylene
“Fui bautizado como Daniel
Patrick Macnee y en 1960 apenas podía imaginarme que estaba a punto de
ser conocido en ciento treinta países alrededor del mundo por un nombre
completamente diferente, John Steed”. Patrick Macnee, “Blind In One
Ear”, p. 203
La
historia comienza como suele comenzar ese tipo de cosas, con una reunión
entre amigos (curiosamente todos hombres) que Patrick había conocido en
Canadá. Una salida del teatro, una cena posterior y los infaltables comentarios
de sobremesa, entre copa va y viene. Quizás por eso, vaya uno a saber
si Patrick al principio se tomó muy en serio la propuesta que escuchó
de boca de su compatriota Leonard White, uno de los comensales.
“Pat, ¿te interesaría personificar a
un tal John Steed en el relanzamiento de una serie que estoy haciendo?”
Patrick tenía muchas más ganas de seguir
como productor detrás de su cómodo escritorio, que volver a la inestabilidad
que le había deparado siempre su vida de actor. Y hubiera dicho un NO
rotundo si “The Valiant Years” no habría estado a punto de culminar y
si hubiera logrado que el debe y el haber de sus libros estuvieran correctamente
balanceados, tarea para la cual ha declarado que nunca tuvo habilidad.
Quizás hasta hoy debe estar agradeciendo esa “ineptitud”.
Así que con sus libros eternamente en rojo
y con la perspectiva de que su trabajo como productor comenzaría a menguar
en poco tiempo más, Patrick consideró la propuesta y fue a hablar con
el capo que estaba detrás de todo eso: Sydney Newman, otro famoso productor
canadiense de sus días en Toronto.
Newman fue al grano:
"¿Vas a ser John Steed o no?"
"¿Y vos me podés explicar quién
c... es este John Steed?”, preguntó Pat sin mucho entusiasmo.
Por el momento, no era nada más que un
proyecto. La incipiente televisión británica, que a decir verdad en lo
que se refiere a tecnología por aquellas épocas no estaba en absoluto
mucho más adelantada que la televisión argentina, venía proyectando una
serie llamada Police
Surgeon (Cirujano Policial) protagonizada por un actor de extracción
tanto teatral como circense: Ian Hendry. Atractivo, apuesto, enérgico
y de un carácter un tanto explosivo, Ian Hendry había conquistado, a sus
29 años de entonces, cientos de corazones femeninos entre la platea televisiva
inglesa, personificando al Dr Geoffrey Brent, un médico que intervenía
en casos policiales.
Dado que exceptuando la respuesta de las
fans de Hendry, Police Surgeon no hacía temblar los medidores de rating,
el sagaz Newman decidió reformatear la serie, dándole un nuevo nombre
y asignándole un compañero al apetecido médico, de modo de crear un show
que se moviera en un contexto de acción pura.
A tal efecto fue escrito un nuevo episodio
el cual presentaba a Hendry ahora en el papel del Dr David Keel, quien
con horror ve cómo su novia Peggy es asesinada erróneamente por una banda
de narcotraficantes. Impotente ante el crimen y encontrándose con muchas
puertas cerradas para esclarecerlo, el Dr Keel se topa de pronto con un
desconocido que emerge de una de esas puertas y le ofrece su ayuda para
vengar la muerte de su novia.
Nadie dudaría que de ahí en más la serie
pasaría a ser conocida como The Avengers (Los Vengadores) y que ese misterioso
personaje que aparece de la nada habría de llamarse John Steed, nombre
de cierta fortaleza implícita si consideramos que “steed” en inglés significa
“corcel”, es decir, la denominación poética para “caballo”.
“¿Interesado, Pat?” , inquirió Newman,
con la garganta seca después de contarle toda la historia sobre John Steed.
“Hmmm...”
“Bueno, ¿cuánto querés?”, siguió
Newman, ya con la mostaza subida hasta el cuello.
En ese aspecto, Patrick venía bien asesorado
de antemano... Le habían dicho “Ni sueñes con pedir menos de £300”.
Y aunque le pareció una cifra sideral, Pat miró bien fijo hacia los anteojos
de su amigo canadiense y dijo con firmeza:
“Dame £300”.
Newman refunfuñó un rato, pero al final
estuvo de acuerdo. Patrick se quedó absorto.
“OK, Macnee, dado que justo vos sos
el tipo que estaba buscando para este papel, tendrás lo que pediste. Ahora,
querido, si quisieras firmar en la línea de puntos...”
No obstante después de firmar, Patrick
se enteró que esas £300 se referían al pago por episodio y cada
uno demandaba dos semanas de trabajo, de modo que en realidad, cobraría
solamente £150 por semana, cuando supuestamente él quería el doble. Pero
aún así, se quedó calladito la boca, ya que había una notable diferencia
entre ese nuevo sueldo y las míseras £50 semanales que se metía en el
bolsillo por trabajar como productor en “The Valiant Years”.
|