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Y Por Fin Llegaría La Revancha
Con
el retiro de Vincent Price como anfritrión de la serie de la PBS, Mystery!,
Diana fue la encargada de llenar sus zapatos, y lo logró a la perfección,
presentando cada episodio con su habitual gracia y competencia, y de vez
en cuando también formó parte del elenco de algún episodio. Esto fue lo
que ocurrió cuando Diana interpretó el personaje de Helena Vesey en Mother
Love, transmitida como varias entregas del programa Mystery!
Eligiendo este personaje, Diana aceptó el hecho de haber llegado a un
punto en su carrera donde sólo le ofrecerían papeles de madre, pero en
realidad es una aceptación a medias, ya que no se trata de una madre común
y corriente.
Helena es una mujer psicótica e inestable
cuyo marido la dejó por otra mujer. Por consiguiente, se volvió obsesiva
con su joven hijo, Kit. Además de ser posesiva, Helena es una peligrosa
criminal, que de niña asesinó a una de sus amigas por querer hacer amistad
con otras niñas. Durante el desarrollo de esta película, Helena asesina
a la segunda esposa de su ex-marido, e intenta envenenar a sus nietos.
Finalmente, intenta asesinar a su amado hijo con una rabia tan poderosa
que fueron necesarias tres personas para alejarla de su cuerpo.
Para interpretar a Helena, Diana logró
una mezcla de técnica física y una lectura de sus líneas con una distancia
emocional que subrayan las maquinaciones a sangre fría de su personaje.
Helena fue sólo el comienzo de una colección de personajes que Diana aceptaría
a lo largo de los ’90, formada por mujeres venenosas y madres psicóticas.
Y este comienzo le permitió ganar un Premio BAFTA (Premio Británico Anual
del Cine y la Televisión), como Mejor Actriz.
En cuanto a su vida personal, su matrimonio
se estaba desmoronando debido a un romance que su marido estaba sosteniendo
con Joely Richardson, una de las hijas de Vanessa Redgrave. En Agosto
de 1990 Diana solicitó el divorcio; luego retiró la petición, pero finalmente
se divorciaron. Fue en ese momento en que Diana intentó realizar terapia,
llegando a cambiar de psicólogo tres veces, y sin resultado alguno.
"El primer psicólogo que
visité me pidió que me acostara y me relajara. Me acuerdo de cómo miraba
las persianas mientras el silencio crecía. Sus honorarios eran de £80
la hora y tenía que ser los miércoles entre las dos y las tres de la tarde.
Ese era mi tiempo, y si no asistía, aún así tenía que pagarle". Diana
Rigg, citada por Grace Bradberry, The Times Newspaper, 3 de Mayo de 1999.
Ese mismo año Diana se unió a Stacy Keach
para interpretar Love Letters (Cartas de Amor), y continuó
su labor de anfitriona en Mystery!
Y el alivio emocional que necesitaba le
llegó en 1991, cuando hizo su vuelta triunfal al teatro, para lo cual
eligió el Almeida Theatre, en Islington, al noreste de Londres, trabajando
por el mínimo de £165 a la semana. Cuando le preguntaron porque trabajaría
en el Almeida, donde la paga es mínima y las condiciones detrás de escena
son básicas, contestó: "simplemente porque el trabajo es lo primero".
Su primera obra en ese teatro sería All for Love, de John Dryden,
dirigida por Jonathan Kent, con quien durante muchos años, compartiría
una serie de éxitos teatrales.
En 1992, nuevamente junto a Jonathan Kent
y en el Almeida Theatre, Diana encontraría en la obra de Eurípides, Medea,
el reconocimiento y la satisfacción personal que venía buscando desde
el inicio de su carrera. El personaje de Medea dio vida no sólo a Helena
en Mother Love sino a la mayoría de las madres maniáticas en la
historia del cine, el teatro y la televisión.
La interpretación de Diana, tenaz en su
intensidad e insensible en sus maneras teatrales, es hoy en día tema de
debate entre los asiduos al teatro. La gente suele amarla u odiarla, pero
nadie que la haya visto la olvidará. En esta obra Diana afirma que finalmente
dejó salir sus emociones, porque ya no tiene nada que esconder.
La obra se presentó durante dos meses en
Londres y tanto la critica como el público respondieron favorablemente.
Los diarios británicos más reconocidos (The Guardian, The Independent,
The Daily Telegraph), calificaron a la obra como "material de
clase, algo que vivirá en la memoria, una producción rigurosamente controlada
que entrega una puñalada emocional muy poderosa".
Durante la obra Diana parece más humana
que demoníaca, y la impresionante potencia de su representación descansa
en la compasión que mantiene magistralmente hasta el final, en donde esta
imagen es severamente truncada (recordemos que Medea asesina a sus dos
hijos). Por esta producción, Diana recibió el Premio Evening Standard
como Mejor Actriz, pero no todo termina aquí con esta obra. Además del
éxito de Medea, la Universidad de Leeds le otorgaría un título
honorífico por su contribución al teatro y al cine. En 1993 la obra Medea
volvió a escena, en varios teatros de Inglaterra, con prácticamente el
mismo elenco, Diana incluida.
Y los premios siguieron: el Premio Variety
Club como Mejor Actriz escénica, el Premio Times Readers’ Accolade como
Mejor Actriz, y una nominación a los Premios Olivier (el equivalente a
los Premios Tony estadounidenses) también como Mejor Actriz.
Con semejante éxito, la obra fue finalmente
estrenada en el Teatro Longacre de Nueva York en 1994, y Diana volvió
a Broadway después de dos décadas de ausencia. Las críticas de Nueva York
no fueron tan buenas como las de Londres. Algunos opinaron que Diana interpretaba
a Medea como a Emma Peel, y que enunciaba sus líneas tan rápido que se
terminaba perdiendo parte del diálogo. También recibió algunas criticas
negativas su vestuario y la falta de movimiento de su cuerpo. A pesar
de la mala onda por parte de algunos miembros de la prensa, el 12 de Junio
Diana finalmente obtuvo su Premio Tony como Mejor Actriz en una obra.
Por aquellos días, la Reina Isabel II le
otorgó el título de Dama del Imperio Británico (DBE), por su contribución
al arte escénico inglés, con lo cual a partir de ese momento, cada vez
que alguien se refiere a ella, lo hace como Dame Diana Rigg (si es que
ella los deja, claro está, ya que no quiere que la llamen así a menos
que sea absolutamente necesario).
Al entrevistarla sobre sus sentimientos
con respecto al título otorgado, Diana contestó que se lo dieron por dos
motivos: haber interpretado roles clásicos en teatros subsidiados, lo
cual significa que ella está ayudando a esos teatros, y el haber recaudado
dinero para las artes.
"La Reina te coloca una
medalla. Tienes que usarla en eventos oficiales sólo cuando la invitación
dice ‘Las medallas debe ser usadas’. ¿Qué diferencia ha hecho en mi vida?
Absolutamente ninguna". Diana Rigg, citada por John Koch, Boston
Globe Magazine, 1999.
Para variar un poco como es su costumbre,
Diana volvió al cine con la película A Good Man in Africa,
junto a Sean Connery. Y en el terreno de la literatura, publicó un segundo
libro compuesto de sus poesías favoritas referentes a la campiña inglesa,
titulado So to the Land.
En 1995 Diana alternó televisión y teatro,
para así descansar un poco del teatro que en sus propias palabras "te
consume la vida". Así, realizó una miniserie de 4 horas, basada
en una novela de Danielle Steel, titulada Zoya, en la cual interpretó
a la condesa Evgenia de Rusia, obligada a escapar a Paris junto a su nieta
Zoya, interpretada por Melissa Gilbert, en la época de la Revolución Bolchevique.
Otra de sus contribuciones a la televisión
la realizó mediante la película The Haunting of Helen Walker,
interpretando al ama de llaves de una casa llena de fantasmas, y con un
final trágico. Su vuelta al National Theatre (actualmente el Olivier Theatre),
se concretó de la mano de Jonathan Kent, con la obra de Bertold Brecht,
Mother Courage (Madre Coraje).
Diana describió esta obra como "un
Rey Lear con faldas y canciones". Este rol requiere actrices
de cierta edad y tener definitivamente calidad de estrella, y por ello
es que antes de que lo interpretara Diana estuvo a cargo de actrices como
Judi Dench y Glenda Jackson. Según Diana, la madre que da nombre a esta
obra debe tener alrededor de 40 años, ya que tiene 3 hijos grandes, y
para darle sustancia al personaje es necesario tener cierta "experiencia
de vida" que solo viene con los años. La obra estuvo 5 meses en cartel
y le permitió acceder a una nominación al Premio Laurence Olivier como
Mejor Actriz.
Al año siguiente Diana volvió a interpretar
una obra en el Almeida Theatre. Esta vez se trató de la famosísima Who’s
Afraid of Virginia Woolf?, que alguna vez llevaran al cine Elizabeth
Taylor y Richard Burton. Diana tuvo a su cargo el papel de Martha, la
esposa de George, un profesor de historia interpretado por David Suchet.
Ambos personajes invitan a una joven pareja a una cena, convirtiendo la
misma en un camino de oscuro sarcasmo, horribles revelaciones y peligrosos
juegos mentales.
Las criticas alabaron la actuación de Diana
con estas palabras: "la mejor del año, aguda, devastadora, y emocionante"
(Sunday Telegraph); "Dame Diana Rigg ha conquistado nuevo
territorio dramático" ( Evening Standard); "si no piensa
volver a ver nada más por el resto de su vida, no se pierda esto"
(News of the World). En lo que todos los críticos coincidían era
en que Diana se encontraba en la cúspide de su carrera.
Tanto por esta interpretación como por
la de Mother Courage Diana recibió el Premio London Evening Standard
(el segundo en cuatro años), de manos de Sean Connery. Su agradecimiento
por este premio incluyó estas palabras:
"Dicen que esta profesión
se vuelve difícil con los años, pero mi carrera parece haber ido en sentido
contrario. Ahora que estoy más vieja estoy interpretando los mejores papeles".
Diana Rigg, "The London Times", Noviembre de 1996.
Durante 1996 y 1997 continuaron las representaciones
de Who’s Afraid of Virginia Woolf? en el Aldwych Theatre ubicado
en el West End (el Broadway londinense), y Diana recibió el Premio Variety
Club of Great Britain como Mejor Actriz, y fue nuevamente nominada al
Premio Olivier como Mejor Actriz.
Ese mismo año, incursionó nuevamente en
la televisión, un medio que le permite seguir trabajando, pero al mismo
tiempo, descansar del teatro. Participó en una miniserie de la PBS titulada
Moll Flanders, y en una película que recrea la vida y muerte del
bíblico Sansón llamada Samson & Delilah, donde intepretó a
Mara, la madre de Sansón.
En 1997 Diana se animó a repetir el papel
de Mrs. Danvers, que alguna vez interpretara tan soberbiamente Dame Judith
Anderson en la versión original de Rebecca, de Alfred Hitchcock,
sólo que esta vez se trató de una versión televisiva para la PBS. Diana
aceptó el papel por la complejidad que contiene Mrs. Danvers, el ama de
llaves de Manderley, la casa donde Rebecca alguna vez vivió, y donde ahora
una nueva mujer -una usurpadora a los ojos de Mrs. Danvers– se ha instalado.
En opinión de Diana, Mrs. Danvers ha cuidado a Rebecca desde los 12 años,
y probablemente su amor por ella ronde el lesbianismo, sólo que ni ella
misma lo sabe. Por esta lograda actuación Diana consiguió el tantas veces
negado Emmy, como Mejor Actriz de Reparto en una Miniserie o Especial.
Para 1998 una cuarta colaboración con Jonathan
Kent se haría presente. Sólo que esta vez sería doble, ya que la idea
era montar e interpretar dos obras simultáneamente, ambas de Jean Racine.
Empezaron con Phedre, y dos meses después siguieron con Britannicus.
Las críticas para Phedré fueron
muy parecidas a las recibidas por sus anteriores obras. El Evening
Standard calificó la interpretación de Diana como "la más atrevida
y magnífica de su carrera". Iguales críticas halagadoras recibió
el resto del elenco, pero se criticó al director, Jonathan Kent, por no
haber capturado el sentido atemorizante de alta emoción de las obras de
Racine. Sin embargo, Racine era un autor no muy conocido en los escenarios
británicos, con un lenguaje bastante rígido y personajes guiados por pasiones
salvajes.
En Britannicus, Diana interpretó
a Agrippina, la madre asesina del Emperador Nerón. Nuevamente, la obra
fue catalogada como un arriesgado y valiente intento de adaptar al teatro
otra obra de Racine.
"No es difícil interpretar
dos papeles [Phedre y Britannicus] simultáneamente, porque se contraponen
en forma perfecta. Lo que sí me resultó difícil fue aprender Britannicus
mientras interpretaba Phedre. Instintivamente me surge la lealtad a lo
que estoy interpretando y le doy el 100% a ese papel, pero en cierto punto
me veía obligada a ‘cerrar’ una obra para ‘abrir’ la otra y aprenderla".
Diana Rigg, entrevista de la BBC, Diciembre de 1998.
Durante las representaciones de ambas obras,
Diana fue elegida canciller de la Universidad de Stirling, la cuarta en
los 33 años de existencia de la Universidad, pero la primera mujer en
ocupar ese puesto. En la ceremonia de aceptación Diana expresó su deseo
de ser creíble en su puesto y de poder aprender y disfrutar de este nuevo
mundo que se le presenta. Y siguiendo con su interés por la enseñanza,
ese mismo año pasó a formar parte del Departamento de Teatro de la Universidad
de Oxford. Su misión es sentarse con aquellos estudiantes de cualquier
carrera que hayan ingresado al curso de Teatro, e intentar ampliar su
interés en el mismo, pero sin por ello, intentar en ellos una conversión
hacia el teatro como profesión.
En televisión, se mantuvo ocupada con una
serie para la BBC, Mrs. Bradley Misteries, donde se podría decir
que Diana cierra el círculo iniciado con Los Vengadores, pero no
exactamente, ya que se acerca más a una novela policíaca de salón que
a una sátira social. Su personaje, Adela Bradley, significó un cambio
en el medio de tantas mujeres y madres asesinas y peligrosas.
Y también formó parte del elenco de The
American, interpretando a la dominante y maquiavélica Madame de Bellegarde,
cuya familia tiene estirpe, pero no dinero. El título de la película hace
referencia a James Newman, interpretado por Matthew Modine, un americano
con mucho dinero y nada de estirpe, quien ve la conveniencia en conquistar
a Claire, la hija viuda de Madame de Bellegarde, la cual se niega a rendir
su legado a la burguesía americana. A partir de la primera escena, el
estremecimiento ya está asegurado, cuando el esposo de Madame de Bellegarde
yace en su lecho de muerte y ella se inclina para suspirarle al oído,
lo suficientemente fuerte como para que la audiencia la escuche: "Nunca
te amé".
En cine se unió a Joanna Lumley y Gareth
Hunt (es decir, Purdey y Gambit de Los Nuevos Vengadores) en la
cinta Parting Shots, donde Diana interpretó a la ex-esposa de un
hombre que agoniza de cáncer.
En 1999 Diana partió hacia Nueva York para
presentar Phedre y Britannicus en repertorio. El International
Herald Tribune dijo sobre su actuación: "Diana Rigg, letalmente
vestida... aprieta su elegante cartera como un cocodrilo cerrando
sus dientes, preparando el ambiente para una maravillosamente siniestra
y malvada noche".
Con Agrippina en Britannicus y Phedré
en Phedré parece haber concluido, al menos por el momento, los
papeles de mujeres complicadas y abrumadoras, llenas de sentimientos como
celos, enojo, ambición, que comunicados por una actriz como Diana, pueden
provocarnos repulsión y fascinación al mismo tiempo.
Compartimos el dolor de personajes como
Medea, Mrs. Danvers y Helena Vesey, en sus pocas demostraciones de vulnerabilidad,
a pesar de que sabemos que todo terminará en tragedia. Con sus interpretaciones
Diana ha redefinido la maternidad como algo a lo que hay que tenerle mucho,
pero mucho miedo.
Y ella prefiere este tipo de personajes,
al igual que el público, por la cantidad inimaginable de facetas que tienen.
Y nadie más que ella para darle vida a estas mujeres peligrosas y asesinas.
Este "encasillamiento" en interpretar a mujeres asesinas llevó
a que se le hiciera difícil conseguir papeles de mujeres buenas y amables,
pero lo positivo de ello es que con esta ráfaga de mujeres malvadas prácticamente
ha eclipsado a Emma Peel.
Por fortuna, el año pasado interpretó a
la buena y dócil esposa de Isaac, Rebeccah (aunque se comenta que su papel
es tan corto que ni siquiera da tiempo a acomodarse en el sillón), en
In the Beginning (En el comienzo) una producción bíblica
de 4 horas de la Hallmark, y en donde casualmente su hija Rachael obtuvo
el mismo papel de Rebeccah, sólo que la interpretó en su juventud y Diana
en su vejez.
Y en Mayo del año pasado, todas las mujeres
que alguna vez acompañaron a Patrick Macnee en su trayectoria como John
Steed, Diana incluida, recibieron un Premio BAFTA honorífico por haber
influido en el cambio que se produjo en la forma de retratar a las mujeres
en la televisión. El segmento de la ceremonia correspondiente a su premiación
comenzó con una breve introducción, ofrecida mediante un clip grabado
previamente a cargo de Patrick Macnee, en la cual felicitó a las premiadas
y remarcó el privilegio que significó trabajar con todas ellas y haber
podido mantener su amistad durante tantos años.
Luego de aclarar que Diana no había podido
asistir, se proyectó un clip grabado previamente, con Diana aceptando
el premio, y sus palabras fueron más o menos estas:
"Gracias BAFTA, por este
maravilloso premio. Lo que voy a decir quizás no sea políticamente correcto,
pero en gran medida todo se lo debo a un hombre. Y ese hombre es Patrick
Macnee. Él estuvo en la serie desde el principio, él fue su eje central,
y quien defendió celosamente las bases y el estilo de Los Vengadores,
a lo cual debo sumar que es el más amable y el más generoso de los actores
con quienes trabajé. Así que muchas gracias, BAFTA, siento mucho no poder
estar allí, y un gracias enorme al querido Patty Nee" (o sea, Patrick
Macnee). Diana Rigg, entrega premios BAFTA, mayo 2000.
En estos momentos Diana se encuentra inmersa
en dos proyectos: por un lado encarnará a la malvada madrastra en la nueva
versión del clásico cuento infantil, Cinderella (Cenicienta) y
además participará en una miniserie para la televisión titulada Victoria
& Albert.
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