|
Un Viaje A América Y Dos Aventuras En El Altar
Los
estadounidenses decidieron sacar provecho al éxito televisivo que obtuvo
Diana Rigg, gracias a su personaje de Emma Peel, dándole la posibilidad
de interpretar a la primera mujer divorciada de la televisión, proveniente
de Inglaterra, y dibujante de modas de una gran tienda de departamentos
en Manhattan. La crítica, luego de su premiere en los Estados Unidos el
10 de septiembre de 1973, sepultó el programa y luego de 14 episodios
fue cancelado, aduciendo que sólo era una pálida imitación de El Show
de Mary Tyler Moore.
"...Después de filmar
el segundo episodio, sabía que iba a ser una basura. Nunca tuve un fracaso
en tan gran escala...(...)... si uno enfrenta ese fracaso es menos doloroso.
¡Esa es una de las mejores lecciones que aprendí! Diana Rigg, texto
de Ronald L. Smith, "Femmes Fatales", USA, Vol. 7 Nro. 4, Setiembre
1998.
Uno de los invitados al programa fue Patrick
Macnee, quien interpretó a un viejo amor del personaje de Diana, Diana
Smythe. En su libro Blind In One Ear, Patrick atribuyó el fracaso
del programa al hecho de que en su personaje, Diana fue colocada en la
posición de recibir órdenes de otros y los ejecutivos se olvidaron de
explotar las fortalezas actorales de Diana.
A pesar de ello, Patrick recuerda con mucho
afecto su participación como Bryan Harris (en el episodio You can’t
go back), un ególatra concertista de piano que se ocupa de "molestar"
a una de sus antiguas conquistas. Las referencias a la siempre enigmática
relación de Steed y Emma, encantó a los fanáticos de Los Vengadores.
"Como estás", me
preguntó ella [Diana]."Estoy encantado – ¿y tú?", "Seductora
como siempre. ¿Cómo me encontraste?". "Cuando te marchaste,
seguí tu rastro. No eres exactamente poco notoria. Fui al Aeropuerto de
Londres y allí, reconociendo mi gusto impecable, me indicaron tu partida
hacia el Oeste (...) Sabes, a veces desearía no haber cometido la idiotez
de dejarte", le digo."Yo te dejé a ti", dice Di..."
Patrick Macnee, "The Avengers and Me", p. 93
En una entrevista otorgada en 1976, explicó
que las estrellas americanas que protagonizan una serie suelen controlar
absolutamente todo: los guiones, los actores, los directores, el camino
que está tomando el programa. El error que ella cometió, en su opinión,
fue dejar todo en manos de quienes ella consideraba que sabrían más del
tema, pero que más tarde descubrió que no era así, y que sólo estaban
realizando una mala copia de El Show de Mary Tyler Moore (aunque
en mi opinión, después de haber visto un episodio de Diana, no
es así).
Por ejemplo, en el episodio titulado "The
Guilt Complex" (El Complejo de Culpa), Diana vive situaciones
tan graciosas como llegar a su casa y encontrar a un amigo de su hermano,
desconocido para ella, cubierto con tan sólo una toalla y tener luego
que soportar las miradas inquisidoras de su amiga Norma Brodnik.
El título del capítulo hace referencia
a ciertos remordimientos que siente su jefe, Norman Brodnik (el marido
de su amiga Norma) cuando, habiéndose ido su esposa de viaje, invita a
Diana a cenar para no sentirse tan solo. De ahí en más nos podemos imaginar
todos los malentendidos y situaciones graciosas que se generan, todas
muy bien manejadas por Diana y por el resto del elenco.
Sin embargo estoy de acuerdo con Patrick
Macnee sobre el poco aprovechamiento del talento de Diana y de la posición
pasiva en que fue colocada en su propia serie, ya que ambas situaciones
son bastante evidentes a lo largo del episodio. Tampoco ayudaba mucho
el hecho de estar rodeada de un montón de misóginos. Este fallido intento
de gloria, enseñó a Diana a ser muy cuidadosa antes de volver a comprometerse
con algo parecido y a imponer más su autoridad la próxima vez. Afortunadamente
su confianza, luego de lo que pasó, no fue destruida y ello no impidió
que en Estados Unidos le siguieran ofreciendo protagónicos en series.
Antes de partir hacia América, más precisamente
el 6 de julio, Diana había contraído matrimonio con un pintor israelí,
miembro del ejército Israelí Palmach, de nombre Menahem Gueffen. Su relación
siempre fue catalogada como turbulenta y destinada al fracaso. Diana cuenta
un incidente ocurrido en el sexto piso de un hotel:
"Le dije que me iba y
él aceptó y me ayudó a empacar. Luego levantó mi valija y todas mis ropas
y las tiró fuera de la ventana. Me quedé muda. Sinceramente pensé que
había encontrado a mi igual". Diana Rigg, citada por Ronald L.
Smith, "Femmes Fatales", USA, Vol. 7 Nro. 4, Setiembre 1998.
A pesar de discutir todo el tiempo, Diana
se volvió muy obediente. Pero la obediencia duró sólo once meses, y en
junio de 1974 ya se habían separado. Diana describiría más tarde ese matrimonio
como un " grotesco error". La pareja se divorció el 3 de Septiembre
de 1976. En la época de su separación, Diana ya había vuelto a su amada
Inglaterra para formar parte de la obra Pygmalion, en el papel
de la recordada Eliza Dolittle, en el Albery Theatre de Londres.
En 1975 volvió a unirse al National Theatre
para interpretar la obra de Moliere, The Misanthrope, donde
se hizo cargo del personaje de la malvada y sexy Celimene. Para ello,
instruyó al personal encargado del vestuario sobre cómo debería ser el
suyo, para así lograr que su cuerpo se vea fluido y evidente, y nada aprisione
su personalidad. La obra fue estrenada en el St. James’s Theatre de Nueva
York en Marzo de ese año, para luego volver a Londres. Gracias a su trabajo,
Diana recibió una segunda nominación a los premios Tony como mejor actriz
en una obra.
Mezclada entre todas estas obras, y para
calmar un poco su necesidad de cambios, Diana vivió su debut televisivo
en Estados Unidos, a través de la película de Hallmark, In this House
of Brede, interpretando a Philippa Talbot, una mujer que renuncia
a su carrera y a su vida personal para convertirse en una monja de claustro.
La combinación de limitación y técnica que le brindó a su personaje le
valió una tercera nominación al Emmy como mejor actriz dramática en una
película hecha para la televisión.
Tanto 1976 como 1977 fueron años de descanso
para Diana, dedicándose tan sólo a ser co-anftriona de los Premios Tony,
junto a Richard Burton y George C.Scott, a formar parte del elenco de
una película del género musical titulada A Little Night Music,
y a interpretar 18 personajes diferentes en una serie de 6 semanas de
duración para la BBC, llamada Three Piece Suite.
Por ese entonces Diana se hallaba románticamente
involucrada con un famoso dueño de tierras en Escocia y antiguo miembro
de la Guardia Escocesa de nombre Archibald Hugh Stirling de Keir. Con
38 años y sin haber contraído nupcias, Diana dio a luz a una niña el 30
de Mayo de 1977 a la que puso el nombre de Rachael Atlanta Stirling, fruto
de su relación con Archie.
"Trabajé duramente durante
18 años y para ese entonces me dí cuenta de que mi carrera no iba a ser
suficiente. El embarazo y todo lo que que lo acompañaba, fue divertido,
relajante". Diana Rigg, citada por Ronald L. Smith, "Femmes
Fatales", USA, Vol. 7 Nro. 4, Setiembre 1998.
En una entrevista brindada cuando Rachael
tenía casi 3 años, Diana se admiraría de lo bien que había tomado la maternidad,
ya que pensó que no sería así, considerándose ella misma un poco pasada
en la edad de ser madre. También comentó el hecho de haber disfrutado
muchísimo su embarazo, y de haber aprovechado para descansar y relajarse
y que el mismo no impidió que se diera el gusto de tomar champagne.
El sacar por primera vez a su hija a pasear
fue toda una experiencia, ya que la gente se quedaba mirándola, como si
fuera imposible que ella y un cochecito con un bebé pudieran relacionarse.
Con la maternidad, Diana descubrió lo competitivas que son las madres
entre sí para demostrar cual es la mejor, competencia en la cual ella
no tuvo interés en entrar.
A pesar de los comentarios maliciosos de
una que otra entrometida, Diana se divertía mucho mordiéndole la cola
a su hija y comentó que esta diversión no estaba reservada tan sólo para
su bebé... La forma en que su hija se comportó de pequeña fue una excepción
a la regla, en comparación con la forma en que normalmente se comportan
los niños de esa edad, salvo a la hora de meterse el dedo en la nariz,
rito del que sí formó parte. Con la maternidad Diana no sólo vivió un
cambio biológico, sino también una apertura hacia la religión, algo con
lo cual ella no había contado de pequeña.
"...Siempre tuve cierta ambición sobre el tipo de madre
que quería ser. Quería darle [a Rachael] una base realmente segura, donde
pudiera compartir con ella mis creencias...(...) ...y cuando Rachael nació
fue bautizada, y cuando creció, le escribí una plegaria para cuando se
fuera a dormir." Diana Rigg, citada por Grace Bradberry, The
Times Newspaper, 3 de Mayo de 1999.
Para 1978, y a pesar de estar empeñada
en dedicarle todo el tiempo posible a su hija, Diana no resistió la tentación
de leer sus poemas favoritos en el Kenton Theatre para la radio de la
BBC. A fin de año pasó a formar parte del elenco de la obra de Tom Stoppard,
Night and Day, pero en Febrero de 1979 debió retirarse temporariamente
debido a una molestia en la espalda. Para Marzo estaba de vuelta en el
campo de batalla y su actuación la haría merecedora de su segundo Premio
Play and Players como mejor actriz (el primero le fue otorgado en 1975
por la obra de Racine, Phaedra Brittanica).
En los próxjmos años, decidida a tomarse
su trabajo con más calma para poder estar con su hija, Diana se dedicó
a actuar en obras de teatro adaptadas a la televisión, como la obra de
Noel Coward, The Marquise, y la de Henry Ibsen, Hedda Gabler.
Como regalo para su pequeña hija Diana se animó a participar en la nueva
película de los Muppets, The Great Muppet Caper, y a compartir
cartel con la Rana René y Miss Piggy.
El 25 de Marzo de 1982, cuando Rachael
contaba con casi 5 años, Diana y Archibald se hallaban en Manhattan y
le pidieron a un empleado del Ayuntamiento, David Dinkins, que los casara.
"Nos casamos para avivar un poco un
jueves bastante lento". Diana Rigg, citada por Ronald L. Smith,
"Femmes Fatales", USA, Vol. 7 Nro. 4, Setiembre 1998.
Con este comentario, cualquiera diría que
Diana se tomó su segundo matrimonio a la ligera, pero nada más alejado
de la realidad. De hecho, se convirtió en la señora de la casa, yendo
a misa los domingos, organizando fiestas y aprendiendo a pescar salmón
utilizando moscas. Su lugar de residencia pasó a ser Escocia, más precisamente
Stirling, lugar donde vive desde hace más de 20 años. En una palabra,
se volvió convencional.
"Si después de 25 años,
llega a decirse que no alcancé mi potencial como madre y como esposa,
estaría devastada, pero si llegan a decir que no alcancé mi potencial
como actriz, al menos sabría cuales fueron las razones, y en lo que a
mí respecta, eso es suficiente." Diana Rigg,citada por Robin
Dougherty, Salon Brillant Careers, 14 de Septiembre de 1999.
En 1986 durante una entrevista que le brindó
a la revista People, Diana hizo algunos comentarios sobre las costumbres
que enuncian que el vivir juntos antes de estar casados es algo inmoral,
ya que para ella el casarse no tiene sentido hasta que uno no está totalmente
seguro de que está preparado para hacer los votos y apegarse a ellos.
Diana continuó por un tiempo, hasta que
su hija fue pequeña, con su política de elegir roles menores, con el objeto
de poder mantenerse cerca de su familia y así resignó dos de sus sueños:
convertirse en la actriz más grande de su generación y llegar a ser lo
suficientemente rica como para hacer lo que quisiera. En mi opinión, no
sé si logró el segundo pero en cuanto al primero, creo que lo logró ampliamente.
El motivo por el cual Diana contrajo matrimonio
en Nueva York fue el estar participando de la obra teatral musical
Colette, cumpliendo así con una asignatura pendiente en su variada
carrera: el género musical. Gracias a esta obra se embarcó en una gira
por varias ciudades de Estados Unidos, aunque la misma nunca llegó a Broadway.
Ello no le impidió retornar a Inglaterra
para participar en dos producciones televisivas: la obra de Henrik Ibsen,
Little Eyolf, junto a su "amigo" Anthony Hopkins, para
la BBC, y la obra de Agatha Christie, Witness for the Prosecution (Testigo
de cargo), para la Hallmark. Ese mismo año se reunió con un grupo
de colegas para co-fundar United British Artists, para la cual sirvió
como directora.
Incursionando en un nuevo terreno, Diana
se animó a publicar su primer libro, llamado No Stone Unturned
(No hay piedra sin dar vuelta), el cual contiene una recopilación
de las peores críticas teatrales, tanto las propias como las hechas a
sus compañeros.
Y para culminar un 1982 bastante ajetreado,
a pesar de la promesa de estar más tiempo con su familia, se unió al variado
elenco que siempre nos ofrecen las adaptaciones al cine de las obras de
Agatha Christie. En este caso se trató de Evil under the Sun (El Diablo
bajo el Sol), gracias a la cual Diana recibió el Premio Variety
Club de Gran Bretaña como Mejor Actriz.
En oposición al año anterior, el año 1983
le encontró sin mucho trabajo. Realizó una gira de 6 meses por toda Inglaterra
con la obra de George Bernard Shaw, Heartbreak House, junto a Rex
Harrison y participó en una nueva realización de King Lear para
Granada Televisión, pero esta vez en el papel de Regan y con Sir Laurence
Olivier como Lear, quien alguna vez decribiese a Diana como "deliciosa".
La experiencia de trabajar con Olivier resultó extenuante, ya que insistía
en interpretar los largos, largos discursos de Lear sin cortes. El problema
era que su memoria ya no era la de antes y cada vez que se olvidaba su
parlamento, era necesario repetir la escena.
Saliendo un poco del terreno laboral, en
1984 Diana se convirtió en vide-presidenta de una obra de caridad llamada
Baby Life Support Systems (algo así como Sistemas de Soporte para la Vida
del Bebé).
Para 1985, y luego de descansar un año,
Diana volvió a interpretar la obra de Ibsen, Little Eyolf,
pero esta vez en el teatro, y al finalizar esta obra formó parte del elenco
de la obra de Shakespeare, Anthony & Cleopatra, en el rol,
obviamente, de Cleopatra. Además, participó en una miniserie de la obra
de Charles Dickens, Bleak House, interpretando a Lady Dedlock,
un personaje oscuro al cual Diana supo darle una dimensión elegante. Durante
la década del ochenta, Diana bajó su ritmo de trabajo, por un lado para
estar con su familia, pero por el otro, porque no le ofrecían buenos papeles.
En 1987 volvió al género musical con la
obra Follies, de Stephen Sondheim y William Goldman, demostrando
que si bien lo suyo nunca fue el baile, al menos se defiende bastante
bien a la hora de cantar.
Y también continuó con su nueva costumbre
de interpretar a mujeres malas, costumbre que en los noventa se haría
más habitual, en la película Snow White, una nueva versión del
archiconocido cuento de Blancanieves, recreando a la Reina Malvada.
El año 1988 la encontró con poco trabajo
pero con muchos premios. Primero, la Reina Isabel II de Inglaterra la
condecoró Comandante del Imperio Británico (CBE), y luego, la Universidad
de Stirling le otorgó un título honorífico por sus logros en el teatro
y en el cine.
A finales de la década del ochenta, Diana
había declarado que necesitaba trabajar pero que nadie le ofrecía papeles,
y que temía seriamente por su carrera.
"Levanté mi mano y dije ‘presente’, pero a nadie le
interesó". Diana Rigg,citada por Robin Dougherty, Salon Brillant
Careers,14 de Septiembre de 1999.
Fotografía de Diana Rigg cortesía de Liz
Eggleston |