|
Mrs Emma Peel Entra En Escena
La
nueva tarea que Diana se propuso llevar a cabo: nada más y nada menos
que reemplazar a Honor Blackman, alias Cathy Gale, la compañera de John
Steed, en la popular serie británica Los Vengadores (The Avengers), serie
que ella jamás había visto, ya que no tenía televisión, porque nunca hallaba
tiempo para eso. Para ello interpretaría al personaje de Emma Peel (nombre
creado por Marie Donaldson, encargada de la prensa del programa, producto
de la transposición fonética de "M Appeal", o sea "Men
Appeal", que en castellano significa "atractiva a los hombres",
y demás está decir que Diana jamás apreció el origen tan interesante de
este nombre).
Pero reemplazar a Cathy Gale no sería una
tarea fácil, ya que a lo largo de sus dos años al lado de Steed se había
transformado en la primera mujer emancipada, lo cual implicaba una profunda
admiración por parte de las mujeres y una incondicional devoción por parte
de los hombres (aunque en los hombres, nada es incondicional, como comprobaremos
más tarde). Pero lo que Diana, con su personaje de Emma Peel, logró a
nivel nacional e internacional, no ha sido nunca superado por ninguna
partenaire de Steed.
Este éxito fue producto de la mezcla de
varios factores, pero el principal fue la química instantánea con su compañero
de reparto, Patrick Macnee, una de las personas más generosas y queridas
con las que Diana ha tenido la oportunidad de trabajar, postulado que
hasta hoy, Diana sostiene.
Otro factor decisivo para el suceso logrado
se basó en el staff de escritores y directores contratados para planear
y llevar a cabo las andanzas de Steed y Emma en su lucha contra los crímenes
y las injusticias que hacían peligrar al mundo. Entre ellos podemos mencionar
a James Hill, Sydney Hayers, Peter Graham Scott quien sería uno
de los involucrados en las pruebas que realizó Diana para convertirse
en Emma Peel Brian Clemens y Albert Fennelll.
Y por supuesto, no podemos dejar de nombrar
el aporte personal y profesional que Diana brindó al personaje, un aporte
que jamás imaginó ni en sus sueños, ya que su esfuerzo fue mínimo a la
hora de audicionar para el papel, sin por ello dejar de ser una profesional
como lo fue y lo sigue siendo a lo largo de toda su carrera.
Una vez que la reemplazante de Honor Blackman,
Elizabeth Shepherd, comenzó a desempeñar su
papel de Emma Peel, los productores notaron rápidamente que la química
con Patrick no existía y esa picardía característica entre Steed y todas
sus partenaires estaba, pero no quería salir. La única solución viable
era despedir a la señorita Shepherd y reiniciar la búsqueda de la sucesora
de Honor Blackman.
Y ahí es donde entra en escena Diana. Peter
Graham Scott, uno de los directores de las audiciones de las aspirantes
a convertirse en Emma Peel, y director a su vez de varios capítulos de
Los Vengadores, había conocido a Diana en una fiesta de fin de año en
la casa de Julian Wintle, productor de la cuarta temporada de la serie.
"... Le dije al cameraman ‘Haremos un acercamiento
de su cara. La dejaremos leer las líneas y veremos cómo se las arregla
con eso’. En eso consistió la audición de Diana." Peter Graham
Scott, citado por Patrick Macnee, "The Avengers and Me", p.
63
Contra todo lo esperado frente a una audición
tan precaria por falta de tiempo, Diana consiguió un papel que en realidad
no deseaba fervientemente, pero que venía bien como experiencia y como
complemento monetario de un magro sueldo teatral.
El paso siguiente era recibir lecciones
de kung-fu y tai-chi, tarea a cargo de Ray Austin, coordinador de todas
las peleas y acrobacias que se han visto a lo largo de toda la serie.
Habiendo realizado una prueba de cámara junto a Patrick y viendo que las
cosas ahora sí iban por buen camino, todo estaba listo para comenzar la
filmación de la cuarta temporada.
A esta altura ya era evidente que las cosas
saldrían más que bien, básicamente por la más que perfecta camaradería
que se había generado entre Di y Pat.
" ...Descubrimos que compartíamos el mismo sentido
del humor y rápidamente desarrollé un inmenso cariño por ella..."
Patrick Macnee, "The Avengers and Me", p. 67
El público respondió a Emma Peel (y a Diana
Rigg) coronándola como su nueva heroína. Sus poses de karate, tan comunes
hoy en día, recorrieron el mundo a través de miles de fotos, y demostraron
que una mujer puede conquistar el mundo no sólo con su atractivo sexual.
Semana tras semana los espectadores, "pegados a sus asientos"
disfrutaban viendo a Emma enfundada en sus trajes de cuero negro (los
famosos "cat" suits).
Durante
la cuarta temporada de la serie (es decir, la primera de Emma como compañera
de Steed) estos "cat" suits incomodaban mucho a Diana, ya que
su falta de flexibilidad, la llevaban a, por ejemplo, disponer de 45 minutos
para ir al baño, que era lo que tardaba en sacárselo y volvérselo a poner.
Esto se vio resuelto al inicio de la quinta temporada, cuando con la llegada
del color Emma comenzó a lucir "cat" suits más alegres y estilizados.
Y además de los coloridos
"cat" suits, Diana logró que los productores del programa
y los ejecutivos de la ABC británica le permitieran incorporar a su guardarropas
minifaldas y vestiditos super-cortos, convirtiéndose así en la primera
actriz de televisión en aparecer con minifalda.
"Sentía que el conjunto de cuero tenía que acabar.
Esa no era yo. Eso le pertenecía a Cathy Gale. Si bien yo no diseño
el vestuario de Emma Peel, lo discuto con los diseñadores y esta vez
usaré el tipo de ropa que me gusta." Diana Rigg, citada por
Dave Rogers, "The Complete Avengers", p. 126
Lo curioso es que tan sólo unos meses atrás,
en Abril de 1966, cuando Diana visitó los Estados Unidos junto a Patrick
Macnee, con motivo de una gira para promover el show recientemente adquirido
por la ABC estadounidense, le prohibieron entrar a un famoso restaurante
neoyorquino hasta que no se cambiara el pantalón que llevaba puesto por
una pollera, como en ese momento estilaba vestir toda dama de sociedad
en USA.
"Y bueno, espero que no sean así de quisquillosos
en el resto del país." Diana Rigg, citada por Patrick Macnee,
"The Avengers and Me", p.72
Con la llegada de esta repentina fama internacional,
Diana comenzó a sentirse asediada no sólo por la prensa, sino, y sobre
todo, por los fanáticos, mayoritariamente del sexo masculino, a través
de cartas o en forma personal, tanto a las 7 de la mañana en su camino
hacia el estudio de grabación, como a las 8 de la noche, en su agotadora
vuelta hacia su hogar en St. John’s Wood, donde residía con su pareja,
el director Philip Saville.
Para una persona tan celosa de su vida
privada como es Diana, semejantes muestras de cariño (según Patrick Macnee,
Diana recibió más propuestas de matrimonio de gente desconocida en sus
dos años como Emma Peel que en sus por ese entonces 27 años como Diana
Rigg) provocaron pánico y mucha angustia por no poder responder a todas
las cartas recibidas diariamente, las cuales ocupaban una habitación completa
de su casa, y entre las cuales se encontraban algunas bastante alarmantes,
como la de un niño que le comentó en su carta que el motivo de la misma
era el parecido de Diana/Emma con su madre muerta.
Para no sentir tanta culpa por desatender
el correo de sus fanáticos, Diana puso a su madre al frente de tal tarea,
quien se encargó más que nada del correo de origen masculino, aconsejándole
a los hombres interesados en su hija, sobre todo a los más niños, que
"se dieran una ducha fría o salieran a dar una vuelta manzana".
Diana siempre consideró lejano a su entendimiento
el síndrome del autógrafo y a pesar de haberse divertido mucho al principio
con el hecho de ser reconocida en todos lados, admite no haber estado
nunca equipada para manejar la fama. Esto quizás se deba a la forma en
que fue educada, siempre evitando que se desarrollara su lado vanidoso,
como por ejemplo cuando era pequeña y su abuela la retaba cada vez que
la encontraba mirándose al espejo. Su familia la educó con una serie de
valores: no te quejes, no seas vanidosa, esmerate en todo lo que hagas.
Esto tuvo su lado positivo porque posibilitó que a Diana no se le subiera
la fama a la cabeza, pero a tal extremo que no le permitió reaccionar
y disfrutar lo que estaba ocurriendo en su vida.
"A veces veo fotos de mí misma y pienso ‘Dios, realmente
era apetecible’, pero en ese momento no lo sabía". Diana Rigg,
citado en "Diana Rigg", por Robin Dougherty.
Esa misma falta de vanidad es la que hoy
en día, con 62 años, le impide sucumbir a una cirugía estética, porque
dice que no tiene objeto ya que todo el mundo sabe su edad y que con ello
sólo lograría sentirse tonta, pero que igualmente admira a las mujeres
que lo han hecho para preservar su imagen original.
Muchas veces, esta sencillez fue vista
como desdén hacia el personaje de Emma Peel, por el simple hecho de negarse
a hablar en todas las entrevistas de lo mismo, cuando en realidad Diana
nunca ha negado el enorme impulso que Emma ha significado en su carrera
y el eterno agradecimiento que siempre le profesará. Cuando Diana representó
la obra Medea en Nueva York, allá por 1994, ella sabía que mucha gente
asistía a la obra para ver a Emma Peel, pero a ella no le molestó, porque
gracias a Emma Peel mucha gente conoció una tragedia griega que, de otra
manera, jamás hubieran ido a ver.
Otro problema que se suscitó en el set
fue el de dejar contentos a los censores televisivos, quienes se opusieron
a emitir cierta escena del episodio Un Toque Diabólico (A Touch of Brimstone)
en que Emma es castigada con un látigo por el malvado de turno. En Estados
Unidos les fue peor: lo prohibieron en su totalidad. Y Diana no hizo mucho,
quizás inconscientemente, por evitar que esto sucediera, ya que el traje
que luce en dicho episodio, como "La Reina del Pecado", fue
diseñado por ella.
También fue necesario complacer a los censores
con su prohibición de que Diana/Emma expusiese su ombligo a la audiencia
en el episodio Miel para el Príncipe (Honey for the Prince) al presentar
su "danza de los seis velos". La solución: colocarle una joya,
que lo único que logró fue incomodarla ya que se salía de su lugar continuamente.
Pero los problemas de vestuario y de acostumbrarse
a la fama y a los censores eran lejanos al lado de los problemas que Diana
tuvo que afrontar cuando, luego de 12 episodios, y al enterarse que ganaba
menos que los camarógrafos, optó por reclamar lo que ella consideraba
justo por su trabajo y en caso de que no lo obtuviese abandonaría el programa.
"Diana siempre me ha dado la impresión de desear estar
en otro lugar. En ese momento no podía entender porqué. Ahora sí. ¡Su
único amigo era su chofer!...(...)... Y asumí que todo era adorable
con ella porque yo pensaba que todo era adorable junto a ella".
Patrick Macnee, "The Avengers and Me", p. 73
Al finalizar la cuarta temporada Diana obtuvo
un aumento salarial del 100% (su sueldo se elevó de £90 a la semana a
£180, a pesar de que exigía £450) y una reprogramación de sus horarios
para poder formar parte del elenco de la producción de Twelfth Night (La
Duodécima Noche) junto a sus antiguos compañeros de la RSC, además de
toda la adulación posible por parte de los productores del canal, pero
en un futuro no muy lejano ello no sería suficiente para convencerla de
permanecer por mucho tiempo más al frente de su mundialmente idolatrada
Emma Peel.
|