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escribe Terylene
Hay que confesarlo: la cara de "inocente"
del "Reverendo Steed," alias "Johnny, The Horse" ("Johnny,
El Caballo") lo vende solo a la hora de infiltrarse en este singular
sindicato del crimen. Después de todo, para el Steed de la era
Gale, el fin justificaba los medios. Y no resulta dañino para nadie
verlo como falso mafioso, que mucho parece conocer del oficio como para
engañar a sus compañeros, pero no tanto como para despertar
las sospechas del capo que está detrás de todo.
Poseedora de un relato difícil de
digerir cuando se la ve por primera vez, esta historia presenta matices
ultra-contrastantes que habrán causado mucho mayor impacto hace
casi 40 años que ahora en nuestros días. La reunión
de los "clérigos" tiene lugar en un aula de cierta escuela
primaria en ausencia de sus alumnos. Es así como vemos a estos
pervertidos personajes que visten hábitos y usan títulos
eclesiásticos, depositar sus armas en una bandeja de plata antes
de iniciar las "negociaciones" (en el mejor estilo de las congregaciones
de gangsters o de cowboys del Far West) con una escenografía rodeada
de pupitres, juguetes y láminas escolares. Lo angelical de una
escuela de chicos se contrapone a lo nefasto de la banda criminal y ese
mensaje subliminal perdura hasta el final de episodio, cuando sólo
quedan enfocados los revólveres sobre los pupitres.
Sin embargo "The Little Wonders"
no sólo se queda en eso. Muchos habrán deducido que la muñeca
cuya cabeza es objeto hasta de barbarie hay quien la destroza con
un martillo y por la que se pide una cifra sideral por su reparación,
debe portar algún tipo de información vital. También
las sospechas aumentan en torno a Fingers ("Dedos," nada que
ver, por cierto con el simpático "personaje" de Los Locos
Addams) cuando vemos que se salvó milagrosamente de la metralla
de la Hermana Johnson. Y así se abre una importante rama amparada
bajo las maniobras delictivas de "Bibliotek": la traición.
Fingers, Beardmore y la Hermana Johnson son villanos refinados que aprovechando
la debilidad y la "rectitud" del Obispo, hacen sus
propios negocios por cuenta y orden de la organización... hasta
antes de tener la mala fortuna de toparse con Mrs Gale y el Reverendo
Steed...
Las interpretaciones, una vez más,
hacen más por el episodio que la historia misma. Es un lujo apreciar
nuevamente a Kenneth J. Warren (sí, el frenético Z. Z. Von
Schnerk de "Epic") en su papel de caradura ambicioso, intentando
una alianza con Steed para eliminar al Obispo. Otro de los "clérigos"
es un actor de color, al que no obstante no se le conceden más
de dos o tres palabras en el libreto. El cinismo y la displicencia de
la Hermana Johnson, particularmente cuando dispara su ametralladora, posiblemente
la sitúen al tope de la lista de las mujeres más malvadas
de Los Vengadores, con la particularidad de que además, recibe
un tiro por parte de Mrs Gale.
Y si de rarezas hablamos en este episodio,
mucho se comentó en su momento sobre el beso que Steed estampa
en la boca de Cathy para fingir delante de los criminales que son marido
y mujer. Okay, fue el primer y último beso en cámara de
esta pareja y sólo porque las circunstancias lo requerían.
Pero es obvio que Mr Macnee no parece sentirse mayormente incómodo
para darlo ni Miss Blackman demasiado reticente para recibirlo...
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