|
El Salto A La Gran Pantalla (1998)
La
idea de trasladar Los Vengadores al cine es vieja,
y ha pasado por tantas manos, siendo objeto de tan diversos rumores, que
los fans de la serie ya no hacían el menor caso cada vez que surgía
uno nuevo; por eso el anuncio de un nuevo intento a finales de los 90
fue acogido en un principio con escepticismo. Sin embargo, esta vez iba
en serio: la poderosa Paramount había decidido dar luz verde al
proyecto, enmarcado en la marea de adaptaciones de series clásicas
de TV ("Maverick", "Mision Imposible", "Perdidos
en el Espacio", "Jim West") emprendida por Hollywood por
aquellas fechas con notable éxito de taquilla.
El entusiasmo inicial de los admiradores de la serie ya empieza a enfriarse
con la adjudicación de la dirección de la película
a Jeremiah Chechik, ilustre muerto de hambre de origen canadiense cuya
escasa y poco destacable filmografía hasta el momento incluía
filmes como "Benny y Joon" o "Diabólicas",
y que a priori no parecía adecuado para un reto necesitado de un
cineasta más creativo y curtido en el campo del nonsense, en la
onda de Tim Burton, por ejemplo. Sin embargo, la esperanza es lo último
que se pierde, en particular considerando que Chechik se confiesa un auténtico
fanático de la serie y es de esperar que se entregue en cuerpo
y alma a su resurrección, por lo que la llama de los fans sigue
encendida.
Como era previsible, el verdadero problema surge a la hora de seleccionar
a los interpretes que han de dar vida a dos de los personajes más
famosos de la historia de la TV. El pasmo es mayúsculo cuando se
anuncia la designación de Ralph Fiennes como futuro John Steed:
el actor galés, a pesar de su impresionante y probado talento,
no da en absoluto el tipo físico del personaje, mucho más
cercano al toque "british" de un Pierce Brosnan, por ejemplo.
Pero su compañera resulta aún más dificil de elegir:
la escogida en un principio es la fragil Gwyneth Paltrow (?), que a pesar
de su interés ha de rechazar la oferta por problemas de fechas.
A continuación se hace la misma propuesta a la pelirroja Nicole
Kidman (!), que, atrapada en el interminable rodaje del ultimo film de
Kubrick, se ve obligada a hacer tres cuartos de lo mismo. Finalmente,
la candidata definitiva al papel de Emma Peel (sin duda la "vengadora"
mas famosa) será Uma Thurman, monumento andante a la lujuria cuya
elección levanta el ánimo (además de otras cosas)
a los ilusionados fans tras el estupor proporcionado por Fiennes. Aunque
el verdadero regalo viene con la designacion del villano: nada menos que
Sean Connery, que acepta encarnar a un malvado manipulador del clima llamado
August de Wynter (Agosto de Invierno), en un toque de ironía muy
propio del estilo "Vengador". Chechik promete incluso una breve
aparición de Patrick Macnee como guiño a los nostálgicos
de la serie, una vez que Diana Rigg declina humorísticamente hacer
lo propio, a no ser que se la presente como "el fantasma de Emma
Peel", y los avengerófilos de todo el mundo comienzan a hacerse
ilusiones con el largometraje.
La inquietud comienza con las noticias acerca del rodaje, accidentado
hasta lo indecible, incluído un incendio que destruye buena parte
de los decorados. Llegan rumores sobre cambios de ultima hora destinados
a sustituir el tono clásico de la serie por un aire a lo James
Bond considerado "más comercial", pero también
de supuestas escenas que homenajean el surrealismo característico
de la era dorada, como un combate de la señora Peel con un oso
de peluche gigante en lo alto de un tejado (!), lo cual aumenta la confusión
de los anhelantes fans.
Mientras tanto, comienzan a publicarse las primeras fotos promocionales,
que confirman su peores temores: a Fiennes le pegan menos el bombín
y el paraguas que a Drácula un traje de torero; y la pobre Uma,
peinada y teñida por su peor enemigo, tiene que cargar con una
ropa de carnaval que Diana Rigg jamás se habría atrevido
a usar y que no la favorece en absoluto (lo cual es difícil con
semejante físico). Los presagios empiezan a oscurecerse.
Cuando, tras múltiples retrasos, la película está
por fin lista para el estreno, un hecho más que sospechoso provoca
el furor de los críticos: la productora anuncia que el tradicional
pase de prensa previo al estreno -que toda película suele hacer,
con objeto de ser presentada a los medios de comunicación- no se
realizará con Los Vengadores, para que "el público
no acuda a verla con ideas preconcebidas". Se rumorea que la verdadera
razón es que, todavía a esas alturas, se están realizando
cambios de última hora en el montaje (más bien auténticos
hachazos a la desesperada) como parece indicar la sospechosamente corta
duración de la cinta (menos de 90 minutos, cuando el metraje previsto
inicialmente era bastante superior), aunque no falta quien sostiene que
no se han atrevido a enfrentarse al juicio de la prensa simplemente porque
la película es tan mala que saben será destrozada por los
criticos.
Con
los animos así de tensos, cuando por fin llega el día del
estreno en Londres, en pleno mes de julio, Los Vengadores recibe un repudio,
tanto crítico como de público, de los que hacen época.
Los fans la rechazan horrorizados, y los especialistas se ceban con ella,
calificándola de "caricatura de James Bond", haciendo
hincapie en la nula química existente entre sus protagonistas,
y salvando a duras penas del penoso conjunto únicamente la actuación
de Sean Connery y (literalmente) "el trasero de la Thurman".
La enorme campaña publicitaria no impide un taquillaje menos que
escaso. Y en EEUU, si bien la cosa marcha algo mejor, no consigue pasar
en el fin de semana de su estreno de un discreto tercer puesto, revelador
de su evidente fracaso.
¿Qué es lo que fue mal? ¿Cómo es posible
que con un gran presupuesto, actores de valía y un guionista aparentemente
documentado acerca de las claves de la serie, el resultado fuese tan torpe
y carente de sentido del ridículo? Quizá algún día
lo sepamos si quienes intervinieron en semejante fiasco (Sean Connery,
por ejemplo, que al parecer mantuvo fuertes discusiones con el director
durante el rodaje) deciden contarlo, como sería oportuno. La verdad
es que nos lo deben, ya que miles de avengerófilos de todo el mundo
tenemos derecho a saber por qué la gran ocasión que estuvimos
esperando ilusionados durante lustros, terminó convirtiéndose
en la mayor decepción de nuestras vidas cinematográficas
y en un broche funesto a una trayectoria tan llena de méritos como
la de Los Vengadores.
• Todas las imágenes utilizadas en este artículo
son fotografías de cámara fija tomadas durante el rodaje
de los episodios. Pertenecieron originalmente al sitio web "Second
Sight" y aparecen aquí por gentileza de Alan
y Alys Hayes, exceptuando la foto de Ian Hendry en "Police
Surgeon", gentileza de David
K Smith.
• Este artículo, así como todas las notas que aparecen
firmadas en Los Vengadores, no refleja necesariamente la opinión
de todo el equipo editorial, sino la de su autor.

|