|
Historietas en Los Vengadores / Introducción
Como
producto típico de los años 60, Los Vengadores estuvo atravesado
por las distintas corrientes artísticas surgidas durante esa década
pródiga en novedades y transformaciones radicales. Fue así
que a su original manera de resumir corrientes tradicionalmente británicas
en cine y literatura (Reed, Hitchcock, Shakespeare, Swift, Carroll, etc.),
Los Vengadores también integró a su universo visual las
nuevas concepciones estéticas producidas en el ámbito del
Pop Art, movimiento que a pesar de haber cobrado celebridad de la mano
de sus representantes americanos (Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Robert
Rauschemberg), tuvo su origen en Inglaterra, con la obra de artistas como
Richard Hamilton, Peter Phillips y Allen Jones.
Fueron
precisamente los artistas Pop —especialmente Lichtenstein y Warhol—
quienes revalorizaron el carácter artístico de expresiones
populares hasta entonces consideradas menores, como la historieta. Animados
por el rescate de un lenguaje visual condicionado por las técnicas
de impresión de la época, estos creadores desentrañaron
del papel los colores planos y brillantes, los bordes nítidos,
las texturas de punto y la ingenuidad expresiva, aunándolos —a
través de una concepción integradora de los elementos de
la sociedad de consumo al mundo del arte— a un tipo de soporte más
habitual en las presentaciones publicitarias que en las galerías:
la gigantografía.
Tal vez como una manera de integrar el insurgente lenguaje visual desencadenado
en la tierra de sus nuevos y demandantes productores (la ABC americana);
o como un modo de continuar jugándole bromas a las series de éxito
del momento; o simplemente motivada por su inclaudicable deseo de estar
a la vanguardia y ser “in”, Los Vengadores abrió generosamente
sus puertas a este flujo renovador y la explosión cromática
que caracterizó a la estética del comic (y por extensión
del Pop y el Op Art) fue ganando terreno en la serie —especial y
obviamente a partir de las temporadas color— dando origen a una
nueva corriente visual en la que la minifaldas
de Mary Quant, los diseños futuristas de Pierre Cardin (Emma),
las tipografías gigantes y el colorido rimbombante y kitsch del
Op Art (Tara) se conjugarían para embriagarnos.
No obstante, mucho antes del desenfreno y la rabia Pop, los comics ya
habían estado ganándose un lugar dentro de la serie a través
de apariciones furtivas durante las primeras temporadas. La intención
de este artículo no es por lo tanto profundizar solamente en el
reflejo que Los Vengadores hacían de su contexto, sino también
rescatar aquellas menciones y/o apariciones más obvias en donde
el mundo de las historietas —un mundo de ilusión, fantasía,
ingenuidad y misterio que tanta relación guarda con la serie—
irrumpe para dar cuenta de su existencia y, porque no, de su belleza.
|