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escribe Gonzalo Ciarleglio
Si alguien quiere saber cómo hacer que una buena idea termine
en un fiasco, puede probar viendo este episodio...
Todo empieza cuando un tal señor Gibbons consulta al Dr. Jaeger,
un agreso-terapeuta que se encarga de liberar las tensiones psíquicas
de sus pacientes haciendo que estos simulen asesinar a la persona que
más odian (todo el tratamiento está bien aceitado con una
potente droga que aumenta la receptividad del cerebro a órdenes
externas). A instancias de los asistentes de Jaeger, y sin el conocimiento
de éste último, los pacientes son forzados, luego, a literalmente
asesinar a esa persona, siendo todas las victimas miembros del consejo
directivo de la Acme Precision Company. Básicamente, este es el
modus operandi del que se sirve nuestra mente diabólica de turno,
un tal Frank Tobias, quien a diferencia de sus secuaces recién
revela su verdadero rol hacia el final del episodio.
Y esta es, precisamente, la gran falla del episodio: ¿Por qué
mostrarle al espectador el tuétano de la trama tan temprano? En
mi opinión, las explicaciones deberían darse al final: uno
necesita que algo mantenga nuestro interés e intriga en niveles
altos para que no nos levantemos en medio de la función. Al enseñarnos
cómo operan los secuaces de la mente diabólica, el episodio
se vuelve monótono y predecible. Lo único que realmente
puede llegar a sorprendernos es cuando Tobias se descubre como la mastermind
del dia, después de pretender durante todo el episodio ser sólo
un inocente y sorprendido oficinista ante las muertes de sus colegas.
Mientras tanto, para darle algo de cuerpo a esta mezcla, se incluyó
un pretendiente para Tara: Teddy Chilcott, un joven bastante pushy
(insistente), como ella lo describe. Es interesante observar cómo
Teddy irá desarrollando un creciente odio hacia Steed, que siempre
le saca a Tara de las manos con sus "juegos de capa y espada".
Los enemigos del dúo tienen ahora un importante vehículo
para deshacerse de Steed cuando éste se convierte en una molestia
hacia el final (cabe remarcar que Steed es utilizado siempre como testigo
de todas las muertes que causa el método de Jaeger. Y ya sabemos
cómo es él... nunca se va a resistir a buscar problemas).
En conclusión, My Wildest Dream es un episodio con una idea original,
que desafortunada y absurdamente es trasformada en rutinaria. Sin embargo,
en manos de Steed uno nunca se aburre y podemos resistir hasta el final
sin bostezar.
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