|
escribe Gonzalo Ciarleglio
Episodio un tanto desparejo, cuyo buen
comienzo con esa magnífica pelea entre Sean Mortimer y uno
de los agentes enemigos en la fábrica de vidrio, seguida por la escena
del taxi nos hace esperar mucho más (a propósito, ¿cómo
hizo Mortimer para llegar tan rápido desde esa fábrica que
está a kilómetros del despacho de Mother hasta una calle
típicamente londinense?). No obstante, el hecho de conocer desde
un principio la forma en que Sean pierde la memoria, le quita a su trama
el toque de intriga que necesitaría para poder atraparnos. La escena
posterior en el departamento de Steed, en la que Emma trata de ayudar a
Sean a recordar lo que pasó en las últimas semanas, tampoco
agrega demasiado, ya que si bien tiene una pequeña dosis de suspenso,
acaba resultando tediosa. Además ¿qué son esos gestos
que Emma hace con su boca cuando le pregunta: "And the man who just
left, do you remember his name?" (¿Se acuerda el nombre
del hombre que se acaba de ir?")?
Por suerte todo mejora cuando Steed llega
al cuartel de Mother... bueno, casi. Su recibimiento por parte de la agente
69 no es el que uno esperaría en una dependencia del gobierno,
ni tampoco que su instructor (George Burton, el traidor y líder
de Brad y Karl, los chicos de los dardos amnésicos) esté
escondido dentro de un árbol hueco... Pero el fantástico
escenario de la oficina de Mother, con todas esas escaleras, los uniformes
colgando de la pared y el techo con una grilla con cordones de goma de
los que él se asiste para poder servirse un trago, le brinda un
marco especial a su presentación y vuelve a poner las cosas en
orden (lástima que los productores lo destruyeran antes que la
ABC americana pidiera que Mother fuera un personaje regular, optando por
"the goofy location of the week" (la tonta ubicación
de la semana) para los episodios subsiguientes).
A partir de allí el episodio se
hace muy monótono, siendo sólo un ir y venir constante entre
el departamento de Tara y el de Steed, el hospital, las escenas en la
fábrica de vidrio entre Emma y Mortimer, etc, etc. Lo único
interesante, como cierre de la acción y justo antes de ir al tag
final, son esas líneas que Emma le susurra a Steed en el oído
y continúan siendo un misterio hasta el día de hoy: Emma:
"Are you the man who...?" Steed: "I'm afraid
so" (Emma: "¿Es usted el hombre que
?"
Steed: "Me temo que sí.")
La "tag scene" merece un párrafo
aparte, ya que la calidad que Patrick Macnee y Diana Rigg le otorgan a
este final es tan excepcional que aún después de haber visto
el episodio unas quince, veinte veces, todavía me sigue emocionando.
Sólo algo magistral como esta escena puede lograr el mismo efecto
a través del tiempo, justificando por sí misma mirar el
episodio.
La dirección de James Hill, quien
nos provee una impecable muestra de su habilidad en las cámaras,
es excelente. El vestuario también es muy bueno, aunque no vendría
mal un cambio de tanto en tanto: ver a Steed con el mismo traje todo el
tiempo resulta bastante aburrido. Para sumar una intriga más a
este episodio enigmático, cabría preguntarse cómo
hizo Tara para cambiar su vestido negro (escena con Steed, cuando se conocen)
por uno verde (con Burton) ¡sin siquiera ir a su casa! Ni hablemos
de los abrigos: en una escena lleva un saco verde y en la siguiente un
sobretodo color crema... Otro detalle curioso en The Forget-Me-Knot son
los títulos, que tuvieron una edición especial por tratarse
de un episodio "puente" entre dos temporadas. Los de cierre
corresponden a la Shooting Gallery de Tara
King, y los de apertura a la temporada Emma Peel a color, aunque
modificados (el cambio se debió a que los puestos dentro del
estudio habían cambiado -Julian Wintle no era más el productor
ejecutivo, sino el consultor para la serie.)
En resumen, una buena excusa para decir
¡Chau, Emma! ¡Hola Tara! No es lo mejor de la temporada, pero
vale la pena verlo.
|