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Tara King ¿La Peor De Todas?
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Segunda y Última Parte

Steed Descansa Bajo El Árbol De La Gloria
Tara Le Ofrece Una Manzana!

La manipulación de la opinión pública mediante falacias y argumentos pueriles derivó en el repudio generalizado hacia Tara King-Linda Thorson, pobre chivo expiatorio señalado como único responsable de la debacle. Este tipo de consideraciones superficiales, propagadas por los medios a la velocidad de la luz, constituye el alimento predilecto de los que se resisten a los cambios y apuran conclusiones fáciles amparados en el consenso masivo.

Ya le voy a enseñar a esa bruja de Emma...Podría seleccionar innumerables ejemplos para refutar, una por una, las acusaciones simplistas con las que se pretende atribuir a Linda Thorson no sólo el fracaso de su personaje en Los Vengadores, sino el destino de toda la serie: que era incapaz de devolver un diálogo; que no podía sostener una escena más de dos minutos (sigue una larga lista). Pero mi intención, más que defender a la responsable de dar vida a Miss King con un contraataque, es analizar un poco más a fondo la creación de su personaje, si es que ésta existió en algún momento, ya que lo desdibujado e inhasible de su rol es un vago indicio para afirmarlo.

Uno de los principales lugares comunes en la excomunión de Tara King-Linda Thorson del paraíso de Los Vengadores recae sobre las -supuestas- pobres dotes actorales de la última. ¿Será esto cierto?. Analicémoslo un poco... Pongamos en primer lugar lo más obvio: no hace falta ser un genio para darse cuenta que Linda Thorson no es una actriz extraordinaria, en el sentido que Katherine Hepburn o Ingrid Bergman pueden serlo. Pero ¿acaso es necesario ser una actriz de este calibre para resultar convincente en una serie televisiva como Los Vengadores? ¿Podríamos decir, por ejemplo, que el correcto desempeño de Honor Blackman en el rol de Cathy Gale se deba solamente a un inigualable talento interpretativo? Personalmente creo que no.

Antes, durante y después de actuar en la serie, Diana Rigg siempre se mostró susceptible acerca de su participación en Los Vengadores, sabiendo que una actuación de este tipo era algo "menor" con relación a su carrera teatral. Es posible que los prejuicios respecto a los valores de un arte "culto" por sobre uno "popular" incidieran directa o indirectamente en sus comentarios, pero también puede serlo el hecho de que recrear un personaje de Shakespeare sobre las tablas de un teatro exige una ductilidad, versatilidad y compromiso emocional que no son imprescindibles a la hora de rodar Small Game For Big Hunters.

Tal vez los antecedentes y los incuestionables quilates de Diana Rigg como actriz hayan contribuido a forjar una leyenda actoral en torno a su rol de Emma Peel e incidido en la creación de un "standard" a superar para el mismo. No lo sabemos con certeza. Lo que sí resulta evidente, es que un episodio de Los Vengadores no es un drama shakesperiano. Para actuar en él, no es necesario bucear en las profundidades del alma humana y surgir de ella con una actuación que sacuda en lo más hondo la intimidad del espectador. No. Sólo es necesario ajustarse de la mejor manera posible al rol asignado y tener un mínimo de carisma y creatividad para llevarlo adelante. Y no es la falta de estos últimos atributos en Linda Thorson lo que originó el fracaso de Tara King, sino la absoluta fragilidad de su personaje.

Cathy Gale, por ejemplo, fue construyéndose magistral y paulatinamente en torno a una idea revolucionaria respecto al rol tradicional de la mujer en este tipo de series. Y Honor Blackman lo representó con una actuación que estaba a la altura de un personaje ya extraordinario en sí mismo. Pero la creatividad y buena fortuna que alumbraron el nacimiento de Mrs Gale, no pudieron serle más esquivas a Linda Thorson, cuyo rol de Tara King es y probablemente será recordado siempre, como una de las peores y más inconsistentes creaciones en toda la historia de la televisión mundial. Porque, después de todo, ¿Quién es Tara King? ¿Esa chica regordeta y desvalida que vemos en Pandora? ¿La mojigata calzonuda de Steed que se aprecia en Thingumajig (Algo Mágico)? ¿O esa mujer joven, inteligente y resuelta que protagoniza All Done With Mirrors (Todo Hecho Con Espejos)? No lo sabemos. Por obra y gracia de una pléyade de incompetentes entre los que se cuentan sus creadores, guionistas y la mayoría de quienes tuvieron a cargo su dirección, Miss King es un personaje que se debate en los límites de la existencia misma. Muchas veces, haciéndose cargo de una participación cuya incidencia en el desarrollo de la historia resulta incomprensible. Otras, ocupando un lugar incierto dentro de las escenas, condenada a permanecer en el background sin diálogos ni acción durante largos minutos, como si se tratara de un elemento más de la escenografía. Aún cuando sus actuaciones no fueran superlativas, resultaría ingenuo o malintencionado responsabilizar a Linda Thorson por semejante estropicio. ¿O acaso Diana Rigg podría haber interpretado mejor su rol en guiones tan lamentables como los de Pandora o Requiem? Cuando en una serie de espionaje y acción, las únicas instancias protagónicas en todo un episodio se reducen a dormir en un sillón bajo los efectos de un gas, deambular aturdida por drogas o permanecer en cama con una pierna enyesada, probablemente ninguna actriz en el mundo lograría destacarse.

Nunca sabremos con certeza cuales fueron los verdaderos motivos que impulsaron la contratación de Linda Thorson para el rol de Tara King en esta nueva versión de Los Vengadores 1968. En realidad, no importa mucho. Lo que salta a la vista es que tanto haya sido por exigencias financieras, estéticas o de alcoba, nadie en su sano juicio puede haber pensado en ella como un reemplazo de Diana Rigg. La razón de esta afirmación es tan sencilla como contundente y excede largamente el problema de las virtudes actorales: Rigg era una mujer, Thorson una niña.

Tara King, vistiendo peluca morocha made in ClemensHasta entonces, la edad del personaje había sido una cuestión central en la definición de los roles femeninos que se convertirían en marca de fábrica de Los Vengadores. Y esto es aplicable tanto a Emma Peel como a Cathy Gale. En el momento de sus respectivos apogeos en la serie, Honor Blackman tenía 37 años y Diana Rigg 28. Ninguna de las características principales de sus personajes -presencia, aplomo, asertividad, autonomía, conocimiento, experiencia, madurez sexual, elegancia y femineidad, entre otros- podrían atribuírsele a una casi adolescente como Thorson (en definitiva y más allá de su profesión, apenas una mujer en ciernes, buscando su identidad). Por esto cualquier comparación entre Tara King y sus antecesoras es desde todo punto de vista ridícula y viciada de nulidad desde un principio, no obstante haberse convertido en el blanco principal de los disparos hacia ella.

Pero al margen de las comparaciones y los misterios que envuelven a su elección, la edad de Linda Thorson no hubiera representado un problema en manos de un productor creativo. Aún cuando su juventud le hubiese impedido representar en forma convincente los frutos de la madurez, la misma podría haberse canalizado hacia un rol mucho más interesante que el de una chica atolondrada y pusilánime, que no hace más que entorpecer las investigaciones y a quien cualquier estúpido termina atrapando, pese a desempeñarse mejor y más convincentemente que la propia Emma Peel en la mayoría de las escenas de lucha. Sin embargo, las dificultades para lidiar con su edad no fueron resueltas satisfactoriamente en sí mismas por los responsables creativos, sino que acabaron involucrando también al personaje de Steed, a quien el equipo de producción decidió escamotearle todo el encanto de su relación con el universo femenino, reservándole para su vínculo con Tara un rol puritano y paternalista, tal vez asustados ante el rasgo incestuoso que podría haberse inferido de una asociación más sugerente. Cabe preguntarse: ¿No hubiera sido mucho más interesante una Tara King algo distante, enigmática y decididamente carnal, aún siendo tan joven? No parece haber sido esta idea la que circulaba por la cabeza de los creativos al elegirle esa patética peluca rubia y llena de rulos con la que aparece en los rodajes originales de Invitation To A Killing y The Great, Great Britain Crime. Los detractores de Linda Thorson seguramente argumentarán que su cara bonita es demasiado explícita para ser lucida por un personaje más misterioso. Pero ¿acaso esa belleza de rasgos no podría haberse atenuado confiriéndole a su papel un poco más de carácter, sacándole esa sonrisa de colegiala tonta que exhibe todo el tiempo y otorgándole a la vez un peinado digno y un vestuario sugestivo? Los productores, en cambio, decidieron peinarla y vestirla de las formas más ridículas imaginables y diseñaron para ella un rol tan insoportablemente insulso y naif que ningún varón que se precie se atrevería siquiera a mirarle el escote. El resultado de esta fabulosa y desgraciada comedia de errores es que Los Vengadores, una serie que se había caracterizado por su audacia en la definición de personajes que transgredieran la norma televisiva, acabó siendo una mueca irónica de sí misma y reinstaurando aquellas cosas que, intencionalmente o no, había superado.

a página 6, Epílogo Brevísimo

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