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c) Hipótesis Varias
Este largo y tal vez un poco vago intermedio
es imprescindible para trazar un panorama capaz de señalar los tres
motivos principales que, a mi entender, causaron el deterioro progresivo
de Los Vengadores durante la temporada 6, así como su estereotipada
evaluación pública: las dificultades para enfrentar los cambios; la
intromisión del poder del dinero en el libre accionar artístico; la
falta de coherencia e idoneidad en su equipo de producción.
La
menesunda creativa instalada por el Pop -cuyo aporte a la confusión
general y el caos transformador es más verificable que su intrínseco
valor artístico- así como las promesas de dinero que vislumbraron en
él las cadenas televisivas que aportaban capital a la serie, fueron
factores más determinantes en el nacimiento de aquella nueva versión
de Los Vengadores 1968, que el simple retiro de Diana Rigg de su staff,
ya que aún con ella dentro, la serie había comenzado a mostrar señales
de agotamiento.
Siempre he creído que el rechazo a priori
de la temporada 6 por parte del público se debió y debe, principalmente,
a las dificultades para lidiar con los cambios radicales en la concepción
estética de estos que bien podrían haberse llamado "Nuevos"
Vengadores; cambios en los que Tara King representa apenas un mínimo
porcentaje. Asimismo y en el propio momento de su concepción, la intromisión
de los grandes capitales americanos no sólo afectaron al equipo de producción,
influyendo decisivamente en el nuevo rumbo estético a tomar, sino que
como sugerí anteriormente, obstruyeron definitivamente los canales por
donde fluía la creatividad que, hasta ese momento, había hecho de Los
Vengadores un producto atípico del espectáculo televisivo.
Los geniales cambios generados en ediciones
anteriores de la serie, habían respondido siempre a un criterio más
bien prudente, que promovía avances dentro de la tradición. Cierto es
que luego de su arribo a los EEUU, buena parte de la estética dominante
en ese mercado acabaría contaminando la exitosa fórmula británica que
convirtiera a Ms Peel en una suerte de Reina Monocroma En El Pais De
Los Colores. Pero no obstante la proliferación de rayos láser, hombres
eléctricos y personajes de historietas recorriendo sus guiones, las
primeras temporadas a color de Los Vengadores conservarían la estructura
básica que hizo famosa a la serie en el mundo entero: la del dúo glamoroso
que vence a los malos en su trabajo secreto para un enigmático "ministerio".
La temporada 6 supuso una ruptura con
esta tradición, ya que si bien conservaba ciertas "reglas"
que siempre han caracterizado a la serie (la ausencia de extras, sangre,
policías y mujeres muertas, entre otras) incorporaba una multitud de
personajes secundarios a la vez que convertía al dúo protagónico en
un trío, mediante la inclusión del personaje de Mother (Madre).
Señalar estos cambios como el comienzo
del fin de Los Vengadores, es sencillamente un argumento simplista y
falaz que no resiste mucho análisis. Basta observar el maravilloso resultado
obtenido en Super Secret Cypher Snatch (Robo De Cifras Super Secretas)
o Killer (Asesino) -en el que la debutante Jennifer Croxton en el rol
protagónico sumaba otra novedad a la larga lista- para darse cuenta
que la magia vengadora podría haberse mantenido con vida si la producción
hubiera sido capaz de generar un equipo estable y coherente, con la
idoneidad suficiente como para lidiar con cambios de esta magnitud sin
detrimento de la veta creativa (resulta difícil comprender porqué directores
competentes e innovadores como Robert Fuest, por ejemplo, no estuvieron
a cargo de más episodios). Por desgracia no fue así y con el correr
de los episodios la magia que siempre hizo de Los Vengadores algo nuevo
y diferente, comenzó a deshilacharse sin remedio.
Como es habitual, a nadie le gusta hacerse cargo de los fracasos y
la búsqueda de un único culpable capaz de exonerar a los verdaderos
autores del desastre no tardó en organizarse. Esta caza de brujas sigue
vigente hoy en día. Es así que no obstante lo evidente del giro a contramano
de la temporada en su totalidad, su incoherencia general, sus dudosos
y poco convincentes escenarios, personajes, guiones, vestuario y diseño
de producción en general, a la hora de señalar los responsables de todo
este desastre y cuando el remanido argumento de los cambios es mirado
con desdén, el dedo inquisidor del público y un amplio sector de la
prensa recae invariablemente sobre Tara King... ¿no será mucho?
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