|
Los Caballeros No Las Prefieren Rubias
escribe Terylene
Pocas
veces se habrá dado el caso, en la televisión británica
de los 60s, de un protagónico femenino para el que la fila de postulantes
se contaba por cuadras. Mas la historia nos dice que no se trataba de
una selección para series tipo "Wonder Woman" ("La
mujer maravilla") o "Charlie's Angels" ("Los ángeles
de Charlie"). Tales productos aún no habían irrumpido
en la misógina TV de entonces. Esta vez se buscaba un reemplazo
de la componente femenina de una pareja que había llevado a Los
Vengadores a distinguirse de todos los demás shows televisivos
de entonces.
Tal había sido el atractivo y la
corriente sexual generada en pantalla entre Steed y Mrs Gale, que la fórmula
del éxito rotundo ya había sido patentada y guardada celosamente
en la caja fuerte de la Associated British Corporation. Pero una vez que
la susodicha Mrs Gale decidió tomarse unas largas vacaciones en
las Bahamas (o mejor dicho, Miss Blackman cambió de formato de
pantalla para coquetear con James Bond), quedó claro que Steed,
aún desprovisto de la pequeña ayuda de Mother, que "conocía
sus gustos", necesitaba una nueva socia.
Nadie sabe a ciencia cierta a quién
llamó Steed en la última escena de "Lobster Quadrille",
luego de recibir el perentorio goodbye de boca de Cathy Gale. Lo
cierto es que aún estupefacto por la despedida de la dama de cuero
negro, Steed levanta el tubo del teléfono, disca un número...
y el episodio termina justo ahí. Pero, quizás, del otro
lado de la línea ya le habrían apuntado que su futura socia
sería una tal Emma Peel.
La "Primera" Emma Peel
Bueno, no tan "M Appeal" por
entonces. En realidad, el primer nombre que se le ocurrió al equipo
de producción integrado por los flamantes Wintle, Clemens y Fennell
y que ya figuraba en los primeros tres guiones, era Samantha. Luego lo
acortaron por Mantha. Pero a decir verdad, ni uno ni otro sugería
el particular atractivo que todos buscaban. Cuando a la encargada de prensa
Marie Donaldson se le prendió la lamparita con el nombre Emma Peel,
las voces de aclamación se escucharon hasta en la abadía
de Westminter.
Empolvado con el rosario de atributos que
ya todos conocemos, el personaje de la debutante Emma Peel comenzó
a deambular entre bambalinas hasta encontrar a una diva de carne y hueso
en quien pudiera corporizarse. No fue esta una tarea sencilla. Pero en
noviembre de 1964, luego de incontables pruebas a decenas de candidatas,
la producción se decidió por una joven apabullante de rubia
cabellera y ropaje distinguido.
A
sus 28 años, Elizabeth Shepherd, "Beth" para los íntimos,
distaba mucho de ser una novata en la escena inglesa. La niña venía
con una nutrida serie de personajes shakespeareanos a sus espaldas y había
enmudecido al director Peter Graham Scott, que la describiría como
"una actriz muy poderosa", en producciones para la pantalla
chica como "The Citadel" y "Doctor Everyman's Hour".
Sin embargo, esto no era todo muchas
otras cualidades acompañaban las dotes histriónicas de Miss
Shepherd. Un suntuoso vestuario creado por la hoy desaparecida diseñadora
neoyorquina Bonnie Cashin realzaba notablemente una figura que de por
sí ya era objeto de alabanzas. Patrick Macnee, por cierto ducho
en esas cuestiones, no duda en afirmar en su libro "The Avengers
and Me" que Beth era parecida a Honor Blackman "en muchos
aspectos", y desliza un toque poético al declarar que
el cabello de la diosa "brillaba como las hebras de una finísima
telaraña dorada". Mas, subrayando que si bien Beth mostraba
"una figura mejor proporcionada que la de Honor", el
viejo Patrick apunta que "la constitución física
de Honor, convenientemente enfatizada, creaba un efecto más sexy
que los redondeados contornos de Beth"...
Ni lerda ni perezosa, Beth le indicó
a Julian Wintle que el de Bonnie Cashin sería, muy probablemente,
el vestuario que elegiría para su papel de Mrs Peel. El sagaz Fennell
se mostró escéptico y ordenó pruebas de cámara
para evaluar la performance del vestuario y el maquillaje. Nada de lo
visto convenció al "trío maravilla", pero dado
que la fecha de filmación del primer episodio hacía estragos
en el almanaque, no había tiempo de diseñar nuevas prendas
y Miss Shepherd enfrentó la cámara con algo de lo más
sofisticado que sacó del guardarropa de la novel Emma Peel. El
atuendo más alucinante era un traje en cuero rojo con una larga
capucha, y botas y guantes del mismo color. Sin embargo, Fennell gruñó
cuando Mrs Cashin le mandó la factura: ¡nada menos que 600
libras cantantes y sonantes!
|