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escribe Mackidockie
Episodio acuoso con algunos toques enológicos, y una Emma
atada a una prensa para deleite de sus fanáticos pervertidos (¡vamos!,
que seguro andan por ahí). Si ya es raro que llueva a cada rato,
más raro todavía es que aparezcan personas ahogadas por
la lluvia, hecho que atrae la atención de Steed y Emma. Por un
lado Steed entrevista a Jonah Barnard, el carpintero del pueblo obsesionado
con la idea de que nuevamente el mundo se verá envuelto en agua,
mucha agua, y por lo visto él se cree una especie de Noé
(me pregunto si habrá recibido algún mensaje del Todopoderoso)
ya que se encuentra abocado a la tarea de construir un arca, que por lo
que se ve en pantalla puede albergar a dos perros,un gato y un loro. Si
bien a Jonah le faltan unos caramelos en el frasco, su comentario sobre
una nube inamovible ubicada en la zona de la fábrica de vinos llama
la atención de Emma, quien logra entrar a la misma para encontrar
a una nueva víctima de la "lluvia asesina". Así
que a Steed no le queda otra que hacerse pasar por vinatero y, vinito
va vinito viene, descubre que algo se esconde en el patio de atrás.
¿Alguna lluviecita, tal vez?
Emma deseosa de contar con una segunda opinión un poco más
científica que la del "loco del Arca", llama a Sir Arnold
Kelly, un meteorólogo que, ¡oh, sorpresa!, corre la misma
suerte que todos aquellos que intentaron analizar la extraña lluvia.
Al enterarse de que Emma fue la causante de la visita de Sir Arnold Kelly,
el Dr.Sturm y sus hombres deciden deshacerse de la molesta Emma, de una
manera bastante inusual: atandola a la prensa para fabricar "jugo
de Emma" (más de uno quisiera tomarse una copita, ¿eh?).
A segundos de convertirse en papilla, Emma es liberada por Steed (quien
a cambio, debe sacrificar su bombín) y el "loco Jonah"
(ya le quedó ese apodo), y entre los tres derrotan no sólo
a los villanos sino también a la incompasible lluvia.
Bromas aparte, creo que el personaje de Jonah Barnard, interpretado
por Noel Purcell, pone la nota humorística a este episodio cargado
de agua (ah, claro, si se titula "Un Exceso de Agua"). Magnifica
la estrategia de Steed ante la secretaria de la fábrica de vinos
(Patrick Macnee en su elemento: las mujeres), y ni hablar de la expresión
agonizante de Diana Rigg atrapada en la prensa (hasta me pareció
en algún momento escuchar una costilla quebrarse). Muy bien coordinada
la pelea bajo la lluvia... lástima que no se haya ahogado Jonah
con su molesto ¡Aleluya, Aleluya!
escribe Pablo Alonso
Lo único que se le podría reprochar a este episodio
serían las discontinuidades en las vestimentas de Steed, pero yo,
la verdad, ni las noté. Se ve que estaba distraído con una
idea central muy piola, bien desarrollada y oscilante entre el típico
humor que podemos encontrar en la serie y una carga dramática bastante
inusual.
Colin Finbow, en su único episodio escrito para la serie, impecablemente
dirigido por Sydney Hayers, va muy bien de la comedia al drama. El humor
está menos presente que en otros episodios, pero lo poco que hay
es de primer nivel: el hilarante monólogo de Steed —perfeccionando
su arte de resultar fastidiosamente entrometido— frente a Sue "Yo
también fui una chica Steed" Lyon es uno de los mejores momentos
de Macnee en toda la serie, mostrando su veta más histriónica.
También hay dos grandes excéntricos, gente que siempre trae
risas, pero que en este caso inspiran compasión, incluso tristeza,
más allá de algunas prédicas y "¡Aleluyas!"
—siempre en un tono afligido— de Jonah (Noel Purcell), y de
la escena de té con paraguas dentro de casa de Eli (Talfryn Thomas)
con éste y Emma. Su excentricidad les genera rechazo en el pueblo.
No tienen dinero ni posición social respetable, por lo cual sus
actitudes no son indulgencias permitidas, como la de muchos otros oddballs.
Jonah me recuerda al ciego que interpretaba Gene Hackman en El Jóven
Frankestein, pero sin que ninguna de sus escenas termine en risas. Eli
no tiene muchas luces, pobre, y termina trágicamente como su hermano,
muerto bajo la lluvia asesina. El tratamiento de estos personajes arquetípicos
para el universo avenger son sólo una parte del elemento dramático
de esta historia. Emma la pasa realmente mal bajo una prensa hidráulica,
experimentando un dolor físico no visto en otros episodios. El
Dr. Sturm es una auténtica diabolical mastermind; sádico,
pero con una antipatía que lo acerca al típico agreta que
hay en cada rama profesional, lo que ayuda a hacerlo uno de los villanos
más verosímiles de toda la serie.
Para coronar este episodio está la pelea final, única,
una de las mejores de la serie. Fighting in the rain. Y guay con el que
diga que con esa gorra Diana Rigg tenía un look varonil.
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