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escribe Mackidockie
Tengo la sensación de que este episodio
pasa bastante desapercibido entre la mayoría de los fanáticos, quizás
sea por una trama sin sentido ó porque la crianza de moscas no entusiasma
absolutamente a nadie. Steed y Emma llegan a Hertfordshire para presenciar
el extraño caso de un hombre que presenta los síntomas de la enfermedad
del sueño y que fue encontrado usando ropa tropical con una flecha en
la espalda. Emma invita al Profesor Swain, experto en tribus primitivas,
quien plantea la posibilidad de una "maldición del sueño", un culto practicado
en Kalaya. El Dr. Gibson, furioso ante la intervención de Swain en el
tratamiento del paciente, se marcha para más tarde caer él también víctima
de la maldición. Siendo evidente la conexión con Kalaya, Steed sale a
investigar cierta asociación presidida por el Coronel Rawlings, y en viaje
hacia allí queda atrapado en una trampa para animales. Al abrir sus ojos
se encuentra sumergido en un extraño ambiente selvático con un rifle apuntándole
al rostro. Se trata de Trent, el ayudante de Rawlings, quien lo conduce
hasta su jefe, un desquiciado que se piensa que aún se encuentra en Kalaya.
En la noche, mientras Emma cuida a las dos Belladurmientes, sus defensas
caen y se queda dormida, oportunidad perfecta para que alguien se robe
a los dormilones, y los traslade hacia Kalayaland. Steed es obligado a
punta de pistola a quedarse allí, y recién a la mañana consigue comunicarse
con una Emma bastante apenada por haber "perdido" a sus dos "pacientes".
Sorpresivamente uno de los lugareños
resulta ser un agente del Servicio de Inteligencia de Kalaya, y luego
de develar su identidad a Steed, le habla sobre la hostilidad de Trent
hacia su país. Lamentablemente es asesinado antes de poder continuar
con su trabajo, y Trent, pensando que el autor del hecho fue Steed,
lo felicita por atrapar a un espía. Luego le explica su propósito de
criar moscas tse-tse inmunes a cualquier insecticida, para soltarlas
posteriormente en Kalaya, donde se multiplicarán y desolarán la región.
Pero la idea no salió de su cabecita, no, no, sino de la de Swain, quien
hábilmente usó todo el mambo de la maldición para alejar a los curiosos.
Steed se prepara para huir pero la lucha con Trent comienza, ayudado
por Emma disfrazada de nativa y portando la cajita con las moscas. A
segundos de ser atrapada, John "Tarzán" Steed salta a su rescate colgado
de una liana (lástima que no usase un taparrabos...). El clima frío
y lluvioso de Hertfordshire ayuda a deshacerse de las moscas, y a terminar
así con un absurdo plan de destruir al país enemigo a través de un par
de insectos que a pesar de su protagonismo no pudieron ni hacer Bzzz,
Bzzz.
Arranca bien e incluso es bastante aceptable
el aura de brujería y maldiciones que rodean este inicio pero después
todo se cae, particularmente por la separación de Steed y Emma y la
inactividad de Emma hasta el final. Los actores invitados no logran
levantar una trama un tanto tonta, al menos en comparación con otros
episodios. Quizás si hubiesen usado las moscas para algo menos ambicioso
como desolar un país mi comentario sería más favorable... en fin...
uno de los más flojos de la temporada.
escribe Terylene
Salido de la máquina de escribir
de Philip Levene, Small Game For Big Hunters parece un episodio poco característico
del mismo autor de The Cybernauts, From
Venus With Love o Mission... Highly Improbable.
Pero lo cierto es que el prolífico guionista por excelencia de
las épocas Peel, esta vez dejó de lado la ciencia-ficción
y desempolvó la siempre inquietante trama (aún en una serie
como Los Vengadores) de las tribus africanas, los hechizos y el colonialismo.
Lejos de verse envuelta en la atmósfera
de magia negra de Warlock, esta historia presenta uno de los masterminds
posiblemente más peculiares de todo el show. El profesor Swain
(semejante nombre suena como "Swine"="cerdo") escudado
en su sapiencia sobre asuntos tropicales, cría sus "armas"
en una "cálida jungla" cerca de Londres, encubriendo
sus pérfidos planes dentro de un falso ambiente tribal, con nativos
y todo. ¿No suena estrafalario? Claro que Swain no es el único
personaje con esas características. El bueno de la película,
el extraviado Coronel Rawlings, el que cree vivir aún en Kalaya
sin admitir cambios que afecten sus convicciones, es otro de los que adornan
un episodio que de otro modo, se tornaría ligeramente tedioso.
Episodio que por otra parte, no deja de
ser un tanto frustrante a la hora de disfrutar de la química proverbial
entre Emma y Steed. Lo sorprendente es el papel poco relevante que Mrs
Peel tiene en esta historia, la mayor parte de la cual la confina a ese
chalet, "cuidando" de Kendrick y el Dr Gibson, ambos sumidos
en un profundo sueño. Y la que se declara insomne ante Steed, queda
rendida ante Morfeo justo en el momento en que los "nativos"
se ocupan de transportar el par hasta la "jungla."
Steed, en cambio, se asegura el show casi
de principio a fin. Y es siempre un deleite viéndolo en el universo
de sus propias excentricidades. En lugar de preguntarse qué cuernos
hace un nativo con su rostro pintado en las afueras del chalet, o más
aún, correr tras él cuando comprueba que algo le ha robado
de su Bentley, Steed despliega su soberbia flema inglesa confesándole
a Emma que por suerte, sus sandwiches de pepino quedaron intactos. Más
tarde, nuestro eterno amante de los animales admite que él también
le disparó a un elefante... con una máquina de fotos (¡vaya
fantástico mensaje para la preservación de la vida silvestre!).
Como siempre, lo vemos seguirle alegremente la corriente al Coronel Rawlings,
mientras éste divaga sobre sus aventuras en Africa. Y claro, el
toque Tarzanesco no podía faltar en un episodio donde vemos tanta
"jungla": nuestros originales agentes secretos Emma vestida
de nativa pelean con los malos al grito de "Yo, Emma,"
"Yo, Steed" (algo que repetiría Purdey en Trap, de Los
Nuevos Vengadores).
Unas pocas curiosidades vienen bien al
comentario: por un lado, la inclusión de un actor de color en el
reparto, en el papel de Razafi, el espía amistoso de Kalaya. Y
por el otro, la velada alusión a Two's
A Crowd, a través del extraño expediente rotulado PZEV
(aunque en Two's A Crowd era PSEV) que se asoma en el asiento trasero
del Bentley, precisamente cuando Razafi se encuentra hurgando por entre
los papeles de Steed.
Hasta aquí, todo bien. Pero una vez que las soporíferas
moscas reciben su merecido, el caso queda cerrado y Emma y Steed se escapan
por la pantalla remando en su canoa (no antes de que Emma le sugiera a
Steed que necesita de un "motor" extra) nos preguntamos qué
habrá sucedido con los "bellos durmientes" Kendrick y
Gibson. ¿Alguien sabe?
escribe Pablo Alonso
El episodio arranca muy bien, con un teaser de esos que hicieron
a Los Vengadores una serie única. Pero así como el Profesor
Swain nunca parece un villano sino un simple chanta, el episodio, que
prometía un clima misterioso con ritos vudú de por medio,
nunca llega a pagar. Un factor es que Emma, en vez de casi no aparecer
como en The Girl From Auntie, se pasa gran
parte de la historia en una función más cercana a la de
Tara King en Bizarre (eso es, al pie de la cama de una víctima,
sin aportar mucho, aunque nunca tan insulsa). Otra causa (que engloba
a la anterior) es, como en The Thirteenth Hole,
la falta de dinamismo. Y eso que aquí al menos hay un gran personaje,
el Coronel Rawling, uno que cruzó la línea entre excentricidad
y locura; una especie de Coronel Kurtz (Marlon Brando en "Apocalypse
Now") inofensivo. También se vuelve a lucir Macnee en otra
de las infiltraciones de Steed, situación en la que los diálogos
tienen su mejor momento. Pero el problema principal está en la
historia; las posibilidades que exhibía el episodio en el principio
no pueden ser correspondidas por el resto de la trama, que no llega a
explotarlas. De los muchos episodios en los que lo sobrenatural o mágico
no son más que una farsa cuidadosamente puesta en juego (la mayoría
escritos, como este, por Philip Levene), Small
Game For Big Hunters es el menos logrado.
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