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escribe Mackidockie
Toda serie tiene su malvado top
que vuelve en busca de venganza porque le arruinaron su plan maquiavélico.
Suele ser un familiar el que busca que le paguen todo el sufrimiento
de su despreciable pariente, pero en estos casos el parentesco se conoce
al final (cuando decimos: "Ahhhhhhhh, ¡viste que yo te dije
que era la hija!"). En este episodio podemos ver desde el comienzo
que Paul Beresford sólo busca que Steed y Emma paguen por lo
que padeció su hermano. En casa de Beresford, Steed recibe el
mensaje de que un segundo científico ha sido secuestrado, y al
instante de su partida, un cibernauta emerge de otra puerta con el científico
en cuestión inconsciente. Un tercero es secuestrado, usando su
cardiograma para rastrearlo y apresarlo. Steed y Emma advierten la vuelta
de los cibernautas, mientras Beresford explica a los tres científicos
su plan de deshacerse de los asesinos de su hermano, siempre que ellos
tres hallen la forma de lograrlo (perdón, ¿dónde
está el plan?). Uno de ellos se niega al homicidio, lo que le
termina costando su vida, y en menos que canta un gallo otro científico
toma su lugar. Tomando unos vinitos en lo de Beresford, Steed recibe
una llamada sobre el paradero del abogado del Dr. Armstrong, quien podría
informarle sobre algún posible pariente del mismo.
Cuando llega a su casa, Steed descubre
que el cibernauta ya despachó al abogado y que para él
también hay algo de cariño cibernético. El Dr.
Garnett, el último secuestrado, también intenta escapar
usando una bomba casera, pero al llegar a casa de Emma ya se imaginarán
que pasó: ambos reciben "mimitos" de Cyber, el novio
de Robotina. Habiendo descubierto una forma de deshacerse de Steed y
Emma, los dos científicos restantes necesitan información
de sus cuerpecitos golpeados, oportunidad perfecta para que Beresford
juegue al gato y al ratón con sus presas. Los resultados son
más que satisfactorios, restando la instalación en un
reloj para Steed y en un brazalete para Emma del mecanismo que los convertirá
en marionetas. Tendida la trampa, sólo Emma se coloca el brazalete
y se convierte en Lady Penelope en Agente Secreto (con esto no quiero
decir que sea de madera, ¿eh?), ya que Steed no llega a ponerse
su reloj antes de que Emma salga hecha una zombie, al extremo de casi
atropellarlo. Pero a Beresford la vaca se le vuelve toro, y el cibernauta
termina estrujándolo como a una esponja, corriendo éste
la misma suerte que sus hermanos: ¡un depósito de chatarra,
y sin jubilación!
Debo ser la única Avengeriana
que disfrutó más la segunda que la primera parte de esta
trilogía cibernauta, pero tengo mis razones: me resultó
muy interesante (aunque irrealizable, lo admito) la búsqueda
que hacen los cibernautas de los científicos, usando sus cardiogramas,
y lo del reloj ya sé que es mucho pedir, pero aún puedo
soñar con el día en que se tenga absoluto control de una
persona con un simple reloj. Además, Cushing supera ampliamente
como villano a Gough, y los celos de Steed y las acciones de Emma para
generarlos adhieren mucho más sentimiento al episodio que la
un tanto fría primera parte (si bien Steed y Emma en una misma
habitación difícilmente generen frío). Sí,
me gustó más, ¿y qué?
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