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Temporada Emma Peel, Monocroma
Quick-Quick-Slow Death

Una Muerte Rápida, Rápida Pero Lenta

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Quick-Quick-Slow Death
Steed Has Two Left Feet
Emma Dances With Danger

UNA MUERTE RÁPIDA, RÁPIDA PERO LENTA
Steed Tiene Dos Pies Izquierdos
Emma Danza Con El Peligro

Quick-Quick-Slow Death

Ficha Técnica Títulos

Producción: Noviembre 1965
Re-emisión en Argentina: 27/12/99
Escrito por: Robert Banks Stewart
Dirigido por: James Hill

Reparto
Lucille Banks / Eunice Gayson
Chester Read / Larry Cross
Peever / James Belchamber
Ivor Bracewell / Maurice Kaufmann
Willy Fehr / Michel Peake

Titulos De Apertura

Títulos De Cierre
Conexión Avengers In & Out
Temas vinculados a este episodio Teasers & Tags. Secuencias de Introducción y Cierre.

Sumario
Una academia de baile recibe a novatos sin ningún talento para la danza, quienes a pesar de su torpeza egresan con su diploma de bailarines consumados. El truco consiste en reemplazar a aquellos alumnos solos en el mundo por agentes extranjeros que asumen sus identidades, sin que haya luego amigos o familiares que puedan notar el cambio.

Comentarios
Mackidockie | Terylene | Pablo Alonso
 

escribe Mackidockie

¿Alguien, por favor, puede explicarme cómo hicieron para esconder el cuerpo de un hombre adulto en un carrito de bebé? ¡Está bien que estemos en Avengerland, pero esto ya es demasiado!

Pero no, nada es demasiado para nuestros incisivos agentes, quienes al no obtener ninguna pista del agente enemigo que tiraba del carrito, se apoyan en dos pistas que obtienen del occiso. Emma acude al señor de los tatuajes, que curiosamente se acuerda del nombre del difunto con sólo ver la foto del tatuaje que éste traía (se ve que el negocio de los tatuajes anda flojo), pero Steed no tiene la misma suerte, ya que tanto en la sastrería como en el banco camina un paso atrás del asesino. Emma hace su siguiente parada en la zapatería del Sr. Piedi (pies en italiano), un loco obsesionado con los "traviesos piecitos parlanchines" de Emma, la que a simple vista tiene unos pies comunes y corrientes, pero parece que el enfermo este les veía algo sobrenatural, como un sexto dedo o algo así. La cuestión es que gracias al fetichista, Emma llega al núcleo del misterio, o sea la escuela de baile, donde consigue trabajo como profesora de baile en tan sólo treinta segundos (más o menos, igual que acá). Mientras tanto, Steed visita al señor de los tatuajes, para hallarlo muerto y con un salchichón en la mano, en el cual se encargó de tatuar la frase "El asesino tiene una rosa tatuada en su muñeca derecha" minutos antes de morir, en vez de usar ese tiempo para intentar pedir ayuda. Curioso, ¿no?.

Entre la rumba y el tango, Emma tiene la dicha de ser pisada por los pies de Peever, pero, ¡atención!, que no se trata del mismo que fue hallado muerto, sino de su reemplazo, quien se graduará dentro de poco aunque no sepa ni bailar el arroz con leche. Con el objetivo de saber si lo elegirán como la próxima víctima, Steed se enrola en la escuela, dejando muy en claro su falta de amigos y familiares. Y como era de esperarse, el "cuerpo docente" muerde el anzuelo al organizar un baile donde el solitario Steed será liberado de su soledad y un agente extranjero tomará su lugar. Trabajando, o mejor dicho bailando en perfecta sincronía (aunque más no sea con una orquesta de cartón), Steed y Emma logran descubrir al asesino tatuado y al famoso Comandante de la operación, que no era otro que el borracho director musical de la escuela. Salida triunfal para Los Vengadores al son del vals vienés.

Un episodio para disfrutar de principio a fin, con infinidad de momentos memorables, como Steed probando su puntería con latas de cerveza vacías,o "probando el piso" del salón de baile, y ni hablar de Emma con el salchichón en la mano y una mirada que lo dice todo, para luego desplegar su "sutileza" a la hora de cambiarle el número a Steed en su espalda o de empujar al asesino del tatuaje. ¿Y qué me dicen del "¿Bailamos?" que Steed le propina a Emma con tal de hacerla callar?



escribe Terylene

Al compás de la música de una academia tan insólita que sólo puede circunscribirse a Avengerland y nada más, "Quick-Quick Slow Death" es otro de los brillantes movimientos que James Hill dirige con su mágica batuta. Los franceses titularon a este episodio "La Danse Macabre," pero honestamente no hay nada de macabro aquí, sino por el contrario, mucha gracia, humor, ingenio y donaire. Y ya que hablamos del título –traducido absurdamente por la emisora local– el mismo hace un curioso juego de palabras con el conocido sistema de danza QQS ("Quick-Quick-Slow" / "Rápido-Rápido-Despacio") y la premisa de hacer las cosas "rapidito, rapidito," a la modalidad de estos bizarros profesores de baile.

Quizás esta sea la primera vez que un episodio de la era Peel nos muestra en sus comienzos, un sector de las calles de los suburbios londinenses donde se ven vehículos y transeúntes –la información nos dice que dichos exteriores corresponden a la Shenley Road, aledaña a los Elstree estudios donde se filmaba el show. Era, claro, una forma de demostrar que aunque concebida en un "país" propio y original, Los Vengadores también, si quería, podía acercarnos un poco más a la realidad social. Total, la serie daba para lo que fuere.

Pero más que nada, es el surrealismo y no el realismo, la originalidad y no el pastiche, para variar, el foco dominante de esta historia. En Los Vengadores de 1965, muchos de los cerebros maquinadores se ocultaban bajo la cómoda fachada de alguna institución presumiblemente honorable –una agencia matrimonial, clubes o sociedades secretas, una escuela de mayordomos... y claro está, ¡una academia de danza! ¿Hay acaso alguna razón para sospechar que tan torpes alumnos, "solos en el mundo," puedan ser los candidatos elegidos para una operación de infiltración de espías, que se lleva a cabo durante los habituales Bailes de Gala? Suena decididamente delirante. ¿Es imaginable una oficina en un alto edificio de la calle Mackidockie, cuya puerta conduce al vacío? Ni Steed lo hubiera pensado. ¿Y alguien había esperado un final en el que Emma y Steed desaparecen por la pantalla envueltos en el romanticismo de un vals y en una bruma que gira a su alrededor? Bueno, es muy posible que muchos lo hayan esperado, pero nadie creyó que tan idílica escena se rodaría alguna vez...

Mención aparte se llevan los personajes que como siempre, tienen a su cargo esa cuota que por ínfima que fuere, contribuye necesaria y suficientemente para redondear el multifacético espectro Avengeriano. Los nombres son varios: el Capitán Noble, cuya forzada voz termina en alfabeto Morse cuando debe comunicarse telefónicamente con Emma; el autor de los tatuajes, que ensaya sobre salchichones para "familiarizarse" con la piel humana; el borracho Chester Read, ameno villano que apenas abre la boca en todo el episodio... o el vendedor de zapatos Piedi, rendido irremisiblemente a los pies de Mrs Peel. ¿Parece poco? También es digno de elogio el dúo de instructores que cae en manos de los Vengadores: Lucille e Ivor, este último personificado por Maurice Kaufmann, por entonces casado nada menos que con Honor Blackman, la mismísima Mrs Gale.

Gran entretenimiento inmerso en una atmósfera sutil, casi idílica por momentos, coronado por una disparatada y ocurrente lucha final y con el distintivo sabor al que ya estamos acostumbrados. Una historia que sólo puede ser recreada en Los Vengadores, porque sólo con ellos encuentra el marco perfecto para lucirse como una verdadera pintura de esa década sin par.



escribe Pablo Alonso

Sin duda un firme candidato a mejor episodio de la serie, Q-Q-SD no deja, desde el teaser hasta el tag, de acumular una gran escena tras otra. Empezamos con una introducción bien rara, no sólo por el hombre muerto dentro del cochecito de bebé, ¡sino porque también se ve una calle llena de gente! Después, las indagaciones de Steed y Emma por separado son antológicas: el tatuador, la sastería que "viste a la nación entera", los diálogos ventanilla-a-ventanilla de Steed con el empleado del banco, su búsqueda de una oficina en un noveno piso (de un edificio en el que también están las oficinas de "Gordon Jacksons Ltd.", señaladas en un cartel que reaparecería en How To Succed...At Murder) cuya puerta da al vacío (a Maxwell Smart una vez le pasó algo parecido), y, sobre todo, el zapatero fetichista Piedi. David Kernan se roba la pantalla con una performance breve (ni siquiera lo matan más tarde, como a su asistente Bernard), sudando de exitación ante los pies de Emma.

Tenemos también al Captain Noble como nexo con las autoridades, que suele aparecer para permitir a nuestros héroes realizar un racconto de la acción o simplemente hacernos reír con su imposibilidad de hablar debido a su estrangulamiento. Y como si fuera poco, todavía no llegamos a la escuela de baile. Ahí, como en otras misiones, Emma se sumerge en el tedio laboral, en este caso dándole lecciones de baile a unos auténticos pataduras. Mientras tanto, averigua todo lo que puede charlando con la simpática Nicki (es curioso, sin embargo, que ésta nunca se cuestione el por qué de tantas preguntas de Emma). Pero la verdadera estrella es Steed al presentarse a tomar lecciones como un auténtico solitario, simpaticón, deseoso de sociabilizar. También se hace llamar Johnatan, aunque Lucille Banks luego se referirá a él por su verdadero nombre.

La historia va atando cabos sueltos y soltando información de manera muy atractiva, hasta quedar el plan completamente claro en los últimos diez minutos. Un plan, que si bien no vamos a ver en otro lado fuera de esta serie, es lógico y verosímil, ya que la academia resultaba ser una manera perfecta de conocer hombres solitarios, además de permitir hacer algunos mangos. O sea, una idea que es todo lo efectiva y encantadora que la premisa de The thirteenth hole no es. El twist de que Chester Reade sea la mastermind ("El Comandante"), es un plus adicional, ya que el personaje había hecho maravillas con su actitud errática de borrachín durante todo el episodio, en especial cuando "dirige" a la "banda". ¿Usará el mismo grabador de cinta abierta que apareció en Room Without A View, Small Game For Big Hunters y Honey For The Prince?. La contienda final es completamente lúdica, ya que Steed y Emma se impregnan del espíritu de baile a la hora de pelear. Y para un episodio en el que la danza es un presencia importante, nada mejor que ese tag de ensueño, en el que además, por primera vez, repasan lo intrincado de la trama, algo que volverían a hacer en el siguiente episodio, The Danger Makers.

No todo son flores. La regla de no sangre otra vez se vuelve absurda cuando el tatuador recibe a quemarropa un disparo en la sien, lo que debería haberle volado los caramelos del frasco. Ni hablar de que jamás podría haber tenido unos segundos de agonía para escribir un mensaje en el embutido. Como compensación, la falta de sangre les permitía filmar muertes violentas como esta. Y en cuanto a la música, si bien no tengo ningún problema con el vals que hizo Laurie Johnson, su aproximación al tango es la "internacional", o sea, un ritmo de marcha bien marcado, lo cual para cualquier argentino que tenga incorporado el 2x4 es bastante molesto. Pero estas cosas no dejan de ser detalles para un episodio paradigmático de lo que fueron los mejores Vengadores. Desde aquí hasta el final de la temporada, con la excepción de How To Succed... At Murder, la serie mantendría un alto nivel.

a The Danger Makers / Los Amantes Del Peligro

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