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escribe Terylene
Para delicia y regocijo de los
Avengers fans (y no tanto) el maestro Philip Levene vuelve a descollar
en "The Hidden Tiger" con un guión que combina suspenso,
absurdo y un ocurrente fino humor, en una entrega que sin duda se ubica
en el pináculo de la 5ta. temporada. Eso siempre y cuando, estimado
lector, no se tome demasiado en serio la premisa de la que hace alarde
este episodio y al término del mismo no mire a su pobre gato
con cara de desconfianza... Nuestros adoradas mascotas felinas seguirán
siendo tan inocentes como siempre, por más que para Los Vengadores,
"en cada gato se oculte un tigre."
Lo cierto es que desde el comienzo, Levene
maneja el elemento intriga a su libre arbitrio y nos deja cavilando
durante un buen rato acerca de qué siniestra cosa podría
atacar a esos hombres y hasta a un toro adulto. Obviamente el "Vengador
Alado" había sido dejado knock-out en un episodio anterior,
por lo que ahora la incógnita es otra. ¿Alguna pista?
Bueno, uno puede especular que la rápida visita de Steed al insólito
Mayor Nesbit, un veterano experto en caza mayor que colecciona cabezas
embalsamadas de grandes felinos, está orientada hacia la búsqueda
de un león o un tigre, especialmente cuando Steed le dice a Emma,
que sostiene un precioso gato blanco en sus brazos: "Creo que
es algo un poco más grande que ese." Sin embargo, cuando
Nesbit es atacado y muerto dentro de su particular "jaula,"
uno comienza a sospechar que el animal ha sido capaz de atravesar los
barrotes de la misma. La intriga aumenta: ¿es un gato o un felino
de la selva? Veamos: todos los atacados miran a "esa cosa"
en terrible estado de pánico, con su vista apuntando hacia arriba,
como si estuvieran viendo algo mucho más grande que un gato.
Además, en el ataque a Bellamy, los zarpazos dejados en la puerta
de la cabaña aparecen en su parte superior. Uno sabe que los
gatos pueden saltar grandes alturas, pero si Bellamy era más
bajo que esa puerta, ¿porqué los arañazos deberían
llegar hasta el tope de la misma? ¡Y vaya arañazos! ¡Largos
y profundos, como si estuvieran hechos por un animal de mucha mayor
fuerza que un gato! Pues bien: es aquí donde reside el gran absurdo
del guión de Levene--especular con la idea de que cada gato doméstico
puede convertirse en asesino por medio de cierta irradiación
de sus ondas cerebrales y, llegado el caso, poner de rodillas a todo
un país. No sólo eso: también parecen estos ser
gatos muy inteligentes: "Lo que sea, estuvo aquí--dice
Mrs Peel, saliendo del laboratorio de Erskine--. Y va hacia el norte...
y ahora al oeste, hacia la casa de Nesbit." ¡Tan delirante
como Los Vengadores en su conjunto!
Toda esta singular charada no hubiera
resultado harto efectiva si no era apoyada en personajes tan excéntricos
como la propia historia del episodio. Y si deben mencionarse los excéntricos
de "The Hidden Tiger," hay para rato. Desde Nesbit, que sale
de cacería por la campiña inglesa como si estuviera de
safari por el corazón del Africa (ataviado con su uniforme "de
combate") y luego prepara un suculento potaje para atraer al felino
asesino--que le arranca a Steed un "Hmmm... ¡se ve delicioso!"--hasta
los extravagantes personajes de P.U.R.R.R., uno no sabe con cuál
quedarse.
Como si esto no bastara, el juego de
palabras que Levene ha concebido para cada personaje y las connotaciones
de doble sentido que implican muchos de los diálogos, son para
sacarle el sombrero. Es obvio que tales sutilezas se pierden irremisiblemente
al traducir al castellano todas estas expresiones, pero bien vale aclarar
que "purrr" es la onomatopeya inglesa para el ronroneo de
los gatos, Cheshire, Angora y Manx son distintas razas de gatos y el
"identi-cat" (o en castellano, "identi-gato") no
es más que una delirante aproximación a "identi-kit."
Como se ve, todo muy jugoso. Pero faltan los diálogos: "¡Otra
vez dándole al trago!", exclama el Dr Manx cuando lo
sorprende a Cheshire bebiéndose un vaso de leche al mejor estilo
gatuno. "¡Qué alegría debe ser cuando ella
se le acurruca en la falda!", le dice Cheshire a Steed, refiriéndose
a la "falsa" gata de éste, Emma. "La verdad,
no lo había pensado de ese modo," remata Steed, con
evidente expresión lasciva. O Mrs Peel, comentándole a
Cheshire las señas particulares de su "falso" gato
John, el de "nariz aristocrática": "De
mañana se despierta de muy mal humor... hasta que toma su primera
copa de champagne."
¿Es necesario aún brindar
más detalles sobre el encendido rapport entre Steed y Mrs Peel?
Si lo es, ¿entonces quién no podría quedarse enganchado
con la tag scene? No hay más que prestarle atención al
corazón que Steed pinta sobre la pared, escribiendo SÓLO
sus iniciales "JS" al lado, bajo la perspicaz mirada de Emma,
que lo espía por detrás. Una joya. Como TODO el episodio,
ante el que, más que "¡Guau!" deberíamos
decir "¡Miau!" Para verlo una y mil veces sin cansarse
ni aburrirse... con nuestro gato en el regazo.
escribe Mackidockie
Me parece que vi un lindo gatito...
¡Es cierto, es cierto, vi un lindo gatito!. Toda la pandilla de "Don Gato"
(Benito incluido) se hace presente en este magistral episodio, donde irónicamente
los gatos pasan a un segundo y hasta tercer plano, abrumados por una trama
central brillantemente concebida, acertados e hilarantes diálogos, actuaciones
precisas y muy naturales, y una puesta en escena que te hacen sentir como
en "Gatolandia Inc.".
Sir David Harper aparece muerto en su
residencia bajo extrañas circunstancias, con su ropa desgarrada y con
varios arañazos en su cara. Su vecino, el Mayor Nesbitt, niega la existencia
de criaturas feroces en los alrededores, pero ello no impide que un
toro de la granja de Harper sea la nueva víctima de este extraño acechador.
Ni lerdo ni perezoso, Nesbitt organiza un safari para atraparlo, ayudado
por Steed y "la cazadora" Peel, pero en el proceso el cazador es cazado
a pesar de estar herméticamente encerrado en una jaula. ¡Cosa 'e mandinga!
Siguiendo la pista de un medallón con
la sigla P.U.R.R.R. hallado en el cuerpo de Nesbitt, Steed llega hasta
las puertas de una sociedad benéfica para gatos, manejada por Cheshire,
un filántropo gatuno, su asistente Angora y el Dr. Manx. Grande es su
sorpresa al enterarse que todos los atacados (menos el toro) pertenecían
a la comisión directiva de P.U.R.R.R. Un fallido intento de avisar al
cuarto miembro lo lleva a localizar al quinto, mientras Emma se dirige
a reportar a su gatito perdido, "pequeño John" (¡qué obsesión, por Dios!).
Un empleado de la granja de Harper la reconoce, y para silenciarla envía
a Cheshire con un gatito de esos que "se comen al canario". Afortunadamente,
en la residencia del último directivo asesinado Steed halla a un gato
con un medallón de P.U.R.R.R., formado por un circuito en miniatura.
Idéntico dispositivo presenta el gato de Emma, dueño de tan mal carácter
que origina su evicción de la residencia Peel. Para cuando Emma llega
a P.U.R.R.R. a devolver el gato, Steed ya anduvo haciendo de las suyas
y espera atado a que alguien llegue a rescatarlo. El plan de Manx y
Angora de apoderarse del país alterando el proceso mental de los gatos
para así convertirlos en asesinos despiadados termina cuando Manx recibe
flor de susto a cargo de "sustituto de pequeño John".
¡Terror en las calles, pánico en las rutas,
el día que tanto temíamos ha llegado!, ...¡y ya están aquí los gatos para
apoderarse del mundo! Una de las historias más descabelladas que nos ha
ofrecido esta serie, y quizás eso y el hecho de que hasta el final no
se sabe que los asesinos son los gatos la hayan favorecido para convertirse
en una obra de arte. Todo el elenco parece estar relajado y pasándola
en grande, ayudados por escenas tan divertidas como la del identi-cat,
la búsqueda de Jones en la guía telefónica, Steed primero y luego Emma
describiendo sus "mascotas" a Cheshire, y ese final donde se descubren
los verdaderos sentimientos de Steed hacia Emma (¡amo los desenlaces románticos!).
Para destacar la excelente ambientación de P.U.R.R.R., y la interpretación
gatuna de Cheshire a cargo de Ronnie Barker. Digno merecedor de cinco
miaus.
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