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escribe Mackidockie
Este episodio centra su atención en el "paraíso"
de la Bolsa de Valores y todas las intrigas y ambiciones que lo rodean,
comenzando con las extrañas muertes de 6 ejecutivos, cuyo único
punto en común era su banquero, Henry Boardman. Steed no tarda
mucho en desempeñar uno de sus papeles favoritos, el de millonario
que no sabe más en que gastar su dinero, mientras Emma se dedica
a investigar el origen de unos molestos localizadores, posiblemente ligados
al caso. Sus caminos se cruzan por primera vez en una cena organizada
por Boardman, dándole a Steed una oportunidad más que perfecta
para "atosigar" a Emma con preguntas "difíciles"
sobre su supuesta identidad. Durante dicha cena, Frederick Yuill, un corredor
de bolsa amigo de Boardman es asesinado, aparentemente de manera similar
a los anteriores, reforzando este hecho la corazonada de Steed y Emma
sobre los enigmáticos localizadores. Con el propósito de
obtener un arma dañina para Steed, en este caso una copia de su
reloj de bolsillo, ambos son invitados a una divertida degustación
de vinos, al mejor estilo "Duelo al Sol" pero con armas un poco
distintas, aunque sin duda alguna de entre las preferidas de Steed: ¡copas
de vino!
En cuestión de minutos Steed logra, al mejor estilo Superman,
salvar su vida y la de la chica en apuros, en este caso Emma (¡qué
vergüenza Peel!), y descubrir a Ruth Boardman y Fitch como los malvados
secuaces de la mente diabólica de turno. La batalla final se desarrolla
en el hábitat de Steed, una bodega, y entre botellazos y corchazos
despachan a los malos (digamos que Emma se reivindica) para luego trasladarse
a un lugar más tranquilo a seguir degustando vinos. ¡Lástima
que Emma deguste con los ojos en vez de con la boca!
Uno de los primeros episodios en mostrar la tecnología de los
'60, en este caso los localizadores, costumbre que se repetiría
bastante seguido en esta temporada y en la posterior. Poseedor de varias
escenas cómicas y memorables , como Steed haciendo de "torero"
en el estacionamiento de los Boardman y la degustación de vinos,
este episodio caería, en mi opinión, dentro de la categoría
de "bueno" (más que "aceptable" y menos que
"muy bueno").
escribe Pablo Alonso
Enumeremos las virtudes de este episodio. Parecer más actual
ahora que cuando se emitió, ya que los pagers son más
conocidos hoy de lo que eran entonces los beepers. Un gran reparto:
Peter Bowles, (banquero inescrupuloso); Clifford Evans (banquero honesto
-toda una anomalía- y cornudo) , Gerald Sim (broker con
cierto parecido a Jerry Lee Lewis), y John Carson (psicópata con
tintes melancólicos), sumando a Anthony Newlands (Ben Yago, tan
repugnante como su expresión) y Jan Holden (la que pone los cuernos).
Una historia bien contada, que a pesar de todo resulta verosímil,
con un approach muy serio al mundo de las finanzas, y espléndidos
diálogos, desde las trivialidades en los encuentros sociales hasta
el intercambio cuasi drama teatral entre Emma y Fitch (con la sensación
de que ella está en manos de un verdadero perverso), pasando por
todas las incursiones de Steed en el negocio bursátil. Este último
recurriendo a su revolver mientras torea con dos motociclistas. La pelea
del final, resuelta con un certero corchazo. El tag, pasando de parecer
disfrutar de vinos en un auto con chofer, bien de clase alta, al estar
disfrutando de vinos en un taxi, indulgencia de clase media. Y es que
Steed gana bien pero no para tanto...
Mención especial merece el duelo de catadores entre Boardman y
Steed. Se genera de la nada una tensión como si realmente estuviera
en juego la vida, o cuanto menos se pudiera descubrir el bluff
de Steed. En otras manos (o en posteriores épocas de la serie)
esto podría haber sido simplemente absurdo o camp, pero
aquí está ejecutado con una mezcla de seriedad y surrealismo
que hace a esta escena una de las más quintaesenciales y memorables
de la serie, la clase de situaciones que la distinguen de cualquier otra.
Enumeremos los (pocos) defectos. El recurso del villano "killed
by his own arm", asesinado por su propia arma, casi nunca resulta
convincente, y Fitch se merecía una muerte mejor. La impresionante
escena de Yago disparándole a Boardman (quien se da una violenta
sacudida hacia atrás como si le hubieran disparado con una Magnum),
punto culminante de una escalada dramática en la que se desnudan
las miserias de los personajes; se echa a perder cuando nos enteramos
de que Boardman sólo está herido en el hombro. Tal vez sintieron
pena del pobre y les pareció que matarlo era demasiado... Pero
ya saben, es como en otras ocasiones, un clásico más.
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