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escribe Mackidockie
Sin duda uno de los episodios más sobresalientes de esta
temporada, fundamentalmente por el excepcional trabajo que efectúa
Patrick Macnee al intercalar dos personajes tan distintos como Steed y
Webster, como lo hizo previamente en The Man With Two Shadows.
Cuando cuatro agentes que trabajan para el Coronel Psev llegan a Londres
a horas de iniciarse una conferencia de defensa, es evidente que nada
bueno va a pasar. Enterados de que Steed está a cargo de la seguridad
de la conferencia, utilizan a Brodny, el embajador ruso, para llegar hasta
él, y su suerte es mucha cuando Brodny halla a Webster, un sujeto
totalmente opuesto al Steed cortés y elegante que todos conocemos,
pero físicamente idéntico. Cual Eliza Doolittle, Webster
es transformado de la noche a la mañana en nuestro querido Steed,
y para asegurarse de su éxito deciden "mostrárselo"
a Emma, para ver si se aviva. Emma en efecto se aviva y es hecha prisionera
en la Embajada. Un asistente de Brodny, Ivenko, es culpado del fracaso
del plan, y aterrorizado solicita ayuda a Steed pero antes de poder encontrarse,
los agentes envían un mini-submarino a asesinarlo (¡cosas
de la vida, que se le va a hacer!). Atrapada en la Embajada, Emma cree
ver en Steed a su salvador, pero sólo se trata de Webster, quien
logra probar que ella no conoce tan bien a Steed (¡quién
lo hubiera dicho!).
Más confiados de su plan, los agentes envían a Webster
a eliminar a Steed para luego tomar su lugar en la conferencia y robar
ciertos secretitos de gobierno. El micrófono instalado en el departamento
de Steed permite a los agentes y a una preocupada Emma escuchar su "muerte"
para retornar luego con el microfilm de la conferencia. En ese instante
Emma logra liberarse de sus ataduras pero antes de poder actuar Webster
la domina y aclara que sólo le entregará el microfilm a
Psev. Ante tal insistencia los agentes revelan que ellos cuatro son PSEV,
nombre formado por las iniciales de sus nombres. Satisfecho, Webster cumple
con su parte y sale apresurado con Emma, para revelarle que él
es Steed (¡oh, por Dios, sorpresa de sorpresas!). El microfilm obviamente
contiene una bromita, lo cual genera la ira de los agentes que mandan
un avioncito manejado a control remoto para que los mate. Emma aún
no está convencida de estar junto al verdadero Steed, pero al divisar
el avioncito aproximarse con malas intenciones, se convence. Al fallar
las balas, Steed saca de la galera un último recurso: interferir
el control remoto del avioncito usando el radio transmisor de su Bentley
para así desviarlo hacia la Embajada, donde todo hace ¡kabum!,
y adiós la P, la S, la E, y la V.
¿Qué puedo decir?. No sé si será por lo mucho
que me reí con Macnee y su playboy, holgazán y antipatriota
Webster, ó si la imbecilidad de Brodny fue tanta que terminé
queriéndolo, pero el hecho es que este episodio ha conseguido atraparme,
no sólo por su argumento (¡vamos, nadie puede decirme que
se dio cuenta de la verdadera identidad del Coronel Psev desde un principio!)
sino también por el excelente trabajo de sus actores, los de siempre
y los casuales. Episodio no recomendado en estado de ebriedad. ¡Podría
llegar a verse cuatro Steeds..!
escribe Pablo Alonso
Primer punto: soy un fan del embajador Brodny, y cualquier serie
o película en la que encuentre a Warren Mitchell ya sé que
tiene un mínimo de satisfacción garantizada. Por lo tanto,
disfruto de cada momento en que Brodny aparece en escena. Segundo punto:
El doble papel de Patrick Macnee es excelente. Gordon Webster es exactamente
lo opuesto a Steed, y Macnee se hace tal festín con el personaje,
que hasta dan ganas de que hubiera habido un spin-off con GW. Cualquier
papel que sea un buen vehículo para demostrar su versatilidad es
bienvenido. Tercer punto: La idea de usar aviones a escala como aeronaves
en miniatura y no para simular estar filmando el vuelo de aviones verdaderos,
es un recurso muy original e interesante. Si bien en el teaser, antes
de revelarse como un pequeño avión, parece un efecto demasiado
obvio para ser creíble, luego queda claro que Roy Baker y Brian
Clemens están encontrándole un nuevo valor a estos trucajes,
además de pariodiarlos al mismo tiempo. Esta idea de darle otra
función distinta a elementos típicos de la producción
en tv o cine, pequeños comentarios metadiscursivos, también
aparece en otros capítulos como The
Gravediggers o Epic. Cuarto punto (el
que resta): si bien la idea central de Steed haciéndose pasar por
un sosías suyo es interesante, está ejecutada de manera
tal que no cierra ni a ganchos; por lo cual lo que podría haber
sido una gran episodio se queda a mitad de camino.
No tenía sentido que Steed engañara de esa forma a Emma,
ni tampoco resultan convincentes los métodos para hacerle creer
a PSEV de que hay un Steed y un Webster. Al final uno se siente burlado
como espectador; que se buscaron las más locas situaciones de doppelgangers
pero que luego no pueden sostenerse al final.
Otra cosa incomprensible es el instante previo a que Emma termine de
creerle a Steed de que él es Webster, antes de que aparezca el
pequeño aeroplano que los tirotearía. Mrs. Peel apunta con
el revolver a la nuca de Steed, como si fuera a ejecutarlo; por más
que ella creyera que era un impostor nunca lo iba a matar a sangre fría.
En vez de haber sido un amague de la dirección para luego terminar
disparando contra el avioncito (recurso bastante utilizado) queda como
otro insostenible momento de tensión. Y si bien Los Vengadores,
a diferencia de muchas otras series, por lo general no suele hacer ninguna
alusión en el tag a los hechos acontecidos durante el episodio,
más allá de estar a veces relacionados temáticamente
(como en este, tonto pero lindo, con Emma fingiendo ante Steed no ser
ella), aquí bien hubiera venido que se utilizara para aclarar un
poco la confusión.
No me quiero olvidar de la primera aparición de otro doppelganger,
Julian Glover (atención: el nombre de su personaje, Vogel, ¿será
un anagrama de su apellido sin la "r"?), quien aparece más
risueño que en futuros capítulos, haciéndole sudar
la gota gorda al pobre Brodny. En conclusión, podría haber
sido un muy buen episodio, con grandes performances (y momentos, como
cuando PSEV lee en el micofilme "Two's A Crowd!"), pero se quedó
a mitad de camino porque Philip Levene y Roy Baker se tiraron a chantas.
Además, es cierto que las modelos en los '60s eran más caderonas,
pero viendo las que desfilan en este episodio ya sabemos por dónde
la producción cortó gastos...
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