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Introducción
Tal vez como una muestra más de la liviandad y falta de compromiso
que rigen los tiempos que corren, el periodismo -alguna vez sinónimo
de seriedad, idoneidad y conocimiento- se ha convertido en un territorio
minado cuyas explosivas materias primas suelen ser la desidia, la improvisación
y la ignorancia.
Un periodista no necesita ser un connoisseur, un experto en cada
tema que aborda. Y como humano que es también puede equivocarse,
claro. Pero su trabajo de investigación debería estar al
menos basado en fuentes confiables y fidedignas, y su interpretación
de las mismas configurar un todo coherente que cumpla con su objetivo
básico: informar.
Del mismo modo que ocurrió con las traducciones
al castellano de sus episodios, Los Vengadores no pudieron escapar
de este maleficio y la crónica de su paso por la Argentina y el
mundo es un patético muestrario de errores, confusiones e incoherencias
que encajan a la perfección dentro del nuevo rol asumido por el
periodismo en la actualidad: entretener desinformando.
Visitando la web hemos comprobado que esta dolencia contemporánea
que aqueja al periodismo argentino se extiende, en realidad, de manera
forma global y no sabe de fronteras. Debe ser cierto nomás que
"en todas partes se cuecen habas".
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