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escribe Gonzalo Ciarleglio
Steed y Cathy Gale deben capturar al otrora "rey del bajo
mundo" londinense, un tal Mr. J. P Spagge, quien se presume es el
autor intelectual de grandes golpes criminales. Nuestros héroes
cuentan con la increíble cooperación del gobierno al dejarles
utilizar tres millones de libras en oro como señuelo para capturar
al señor Spagge.
Mientras Cathy se aprende de memoria las medidas de un lingote de oro
y el funcionamiento del sistema de Bretton Woods, Steed visita a Spagge
para pedirle su ayuda en la organización del robo. A pesar de sus
titubeos iniciales (que le llevarán unos días resolver),
Spagge se decide a llevar a cabo el robo: unos hombres, que se hacen pasar
por agentes de Scotland Yard, van al departamento de Steed y arrestan
a Cathy, quien es acusada de haber asesinado a Spagge, con la prueba de
haber encontrado su cartera, perdida unas horas antes, en la casa de Spagge.
Cathy es sometida a un hiperrealista simulacro de una cárcel para
mujeres, donde espera su ejecución luego de un juicio que no puede
recordar. Una vez que la banda averigua la "buena fe" de Steed
y Mrs. Gale, deciden "dejarla en libertad". Tras conocer a la
banda, compuesta por simpáticos delicuentes que se pasan el episodio
haciendo chistes y dirigida por un tal Abe, el robo se planea y se lleva
a cabo. La historia termina con un tiroteo entre la banda y Steed, y una
lucha entre Cathy y uno de los malechores en el jardín de Abe,
quedando todos (incluso Spagge y su mayordomo Fleming), arrestados.
The Gilded Cage es una versión condensada de la película
de James Bond "Goldfinger", con Sean Connery y Honor Blackman.
En ambos se planea el robo a un depósito de oro y el procedimiento
es similar. Además, el episodio está plagado de buen humor,
proveniente de Abe y su pandilla, y las escenas de Cathy en la cárcel
son realmente desesperantes: la calidad actoral de Honor Blackman permite
al espectador sentir la misma desesperación y angustia que siente
Mrs. Gale estando encerrada. Es tal la intensidad de estas escenas que
el televidente se convierte en un partícipe más de la acción,
sintiéndose afectado por Cathy.
A su vez, el episodio logra mantener un alto nivel de interés
e intriga, haciendo que el público se sienta tan perdido como Cathy
en su celda. Hasta que ella es arrestada, todo parece seguir un curso
claro. Pero las escenas de la cárcel, consecuencia de sutiles maniobras
con la trama, logran desconcertar al espectador, que es recompensado con
una de las mejores actuaciones de Honor Blackman en la serie y una generosa
dosis de humor que se prolonga hasta el final.
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