|
Nunca los olvidé
Resulta increíble, para mí, ver que pasó tanto tiempo
desde que estuvimos en contacto por última vez. "No puede
ser": esa frase que de tan repetida está deshilachada, pelada
y borroneada, es la que repito para mí cada vez que lo pienso.
Y acá estoy, cargando 39 —cumplidos en marzo— y unos
kilos más que cuando los conocí —acumulados en poco
tiempo de mucho laburo sedentario y con la inestimable ayuda de una artrosis
en mi rodilla derecha—, pero con el amor irredento por Los Vengadores.
Como dice una canción de Charly publicada en el '73 y casi desconocida,
"estoy bastante vivo", pero el sitio resplandece de vida. Por
Dios, ¡qué lindo es! Les aseguro que conocí, frecuenté
y frecuento un montón de sitios. Pero como éste... Hmmmmm...
Difícil encontrar uno mejor. El de nuestro común amigo David,
quizás, porque ingresar a él es como hacerlo en una biblioteca
ad hoc, pero después... ¡Es impresionante lo que
ha crecido! Y no sólo en cantidad de información: la palabra
CALIDAD encuentra sentido para ser aplicada en comentarios que sean requeridos
sobre este sitio. Brilla, refulge, impacta por su calidad. Entonces, atrae,
entretiene, divierte. Y mantiene encendido el faro que guía hacia
una realización de TV maravillosa, cosa que en tiempos de "Pasión
de gavilanes" y negaciones al ingenio por el estilo, ya es bastante.
Mis tiempos ya no son los mismos que hace cuatro años, como tampoco
mi realidad. Pero mi fanatismo por Emma Peel y Steed (ah, sí: ya
recordarán ustedes que yo, con Tara, "hola" y "chau",
nada más) formará siempre parte de mi ser, gracias a Dios
por los pequeños favores (como diría mi admirado Stephen
King). ¿Saben? Cada vez que paso por el Tortoni, se me escapa una
sonrisa al recordar el encuentro con ustedes y con
David. Y siempre que surge el tema o que me acuerdo, cuento acerca
de eso. ¡A mucha honra!
Quiero mandarles un abrazo enorme. Ojalá, y de verdad lo digo,
alguna vez pudiera colaborar con ustedes. Pero bué... Habrá
que conformarse, por ahora, con este saludo. Y con recordar cálidamente
que, casi con seguridad, fui el espectador que más kilómetros
recorrió para asistir a aquella maratón de episodios de
LA MEJOR SERIE DE TODA LA HISTORIA en el Atlas Recoleta. Si tuviera que
hacerlo hoy, Analía —mi novia— intentaría asesinarme.
Cada vez que hablo de ello con alguien recibo alguna burla, pero ¿a
quién le importa? Hay un montón de Vengadores here, there
and everywhere, que seguro saben comprenderme. Y con eso, sobra.
Chau, hasta otro día.
Guillermo Clausi
loqueves@hotmail.com
San Lorenzo (Santa Fe), Argentina.
|